El pasto del valle da ligeras cosquillas ante mis descalzos pies, nuestros pasos son pesados y cansados, pareciendo que lo hiciéramos apropósito para que nuestra llegada al muro se atrasara más. De mi parte, estoy así, ya que tengo miedo a lo que puedan hacer conmigo, la guardia anterior a la que es dirigida por su actual líder solía tener mano de hierro, haciendo decisiones cuestionables y tratos denigrantes con la excusa que "es para mantener el orden y justicia". Kalen y Selene mencionaron que hoy en día ya no es así, los ideales antiguos son reprochados por Miiko, la actual dirigente de Eel, no obstante, la insuficiente experiencia que ella tiene para el cargo ha dejado las expectativas decepcionadas según las opiniones de los poblados.
"Trata de no ser como sus antecesores" – excusó Selene.
A los pocos metros de distancia en la que estábamos de la muralla, siento como algo es colocado sobre mi cabeza, cubriéndome todo mi cuerpo. Volteo a ver al brownie, quien había colocado la capucha que traía puesta antes.
-La ciudad de Eel está completamente poblada por refugiados y reclutas de la guardia – comenta mientras busca algo en la pequeña bolsa que traía en su hombro – Hay que evitar que tu naturaleza sea notoria para impedir cualquier cosa – me voltea a ver dedicándome una sonrisa nerviosa – Solo espero que la guardia no sea dura con nosotros.
Entre más nos acercamos, la imponente estatura de los soldados que vigilaban la entrada de la ciudad hacia una revolución de miedo en mi estómago. Nunca me imaginé que llegaría a ver a alguien tan alto que mi mera presencia a su lado podría desaparecer con una pisada de ellos.
Parecían una especie de gigantes, sus anchas armaduras y cascos hacían detallar más su corpulenta estructura, es más que obvio que están así de protegidos por la delicada situación de guerra en la que se encuentran.
Presiono más la capucha a mi cuerpo, la intimidante mirada de estos me hace querer soltar todo por medio de orina. Al ya estar enfrente de estos, cada uno se encarga de pedir papeles de documentación a mis acompañantes.
Dios, ¿Qué excusa dirán para justificar mi falta de papel? ¡Ni siquiera sabía que aquí tenían noción de eso!
El primer guardia al terminar con Enya se coloca enfrente mío, acercando su mano como seña para que le entregase mis documentos no existentes. Siento como mis manos empiezan a sudar mientras busco patéticamente dentro del pequeño saco de comida que Diago nos había preparado para el viaje.
Maldita sea, la mirada de sospecha del guardia hace que tire el saco al suelo, haciendo que instantáneamente me agache para recogerla.
-Lo siento, Guardias – comenta Enya distrayendo la atención hacia ella – Esta carta es para ustedes – les entrega un sobre que contiene un sello rojo, ante eso los guardias toman apresuradamente la carta para leerla sin quitar su total atención de nosotros.
Diago nos había dado dos cartas sabiendo que nuestra entrada a la ciudad estaría vigilada, no obstante, desconozco la información que ambos sobres contengan. En el momento en que los 3 faerys escucharon sobre las cartas, estos le dijeron que no servirían debido a que unas simples cartas no servirían para que pasemos desapercibidos, sin embargo, eso no sucedió.
Realmente habíamos subestimado la sabia decisión del elfo.
-El oficial Eustace les dirigirá hacia la líder Miiko para que entreguen a la humana – informa de espaldas un guardia mientras que el otro se colocaba por enfrente de nosotros para guiarnos.
Usar las razones y mi origen verdadero tal vez haya sido la mejor opción, la honestidad siempre es superior a hacer un plan que por un simple descuido pudiera salir costándonos nuestras cabezas.
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Cayendo (Eldarya)
ФанфикLeonor se encuentra completamente perdida junto con su mejor amiga, Erika, en un mundo en donde los humanos no son completamente aceptados. No obstante, a pesar de las generaciones, la sangre mágica no se logra perder del todo.