Capítulo 10

882 45 7
                                    

-Dime que esto es una broma, Miriam, por favor.

Imploro sintiendo mis hombros pesados, como si tuviera el mundo en ellos. Miriam suspira y sacude la cabeza, cierro los ojos y pongo mis manos en la cara.

-Sabíamos que no lo recordarías... - Oigo a María comentar, pero estoy muy ocupada con mi preocupación. ¿Dónde está Mimi? - Entonces, Miriam y yo regresamos aquí.

-Creímos que Mimi estaría aquí.

-No. - Froto las manos en mi rostro y suspiro. - Ella se ha ido hace un par de minutos.

-Hey, Ana, no estés así. - Miriam me tira a sus brazos y agarro automáticamente su cintura, por lo que mi cabeza está en sus pechos. - No es tu culpa que no recuerdes la fecha de hoy, Mimi lo sabe.

-Lo sé, es sólo que... - Se me forma un nudo en la garganta. - Deberías haber visto cómo estaba, nunca vi a Mimi tan triste como ahora. Ella se fue de aquí llorando y desde ayer está así. Yo no sé, yo...

-Ay, hermana.

María me abraza junto a Miriam, de nuevo estoy llorando debido a Mimi. No puedo explicarlo, ya no es el odio que sentía antes, diría que tengo algún tipo de afecto por ella, y verla triste por mí, me hace muy mal. No sé qué más hacer, trato de hacer las cosas de manera correcta, pero de una manera u otra todo acaba saliendo mal.

¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?

Miriam acaricia mi pelo mientras Maris dice frases para tranquilizarme, es importante contar con mi mejor amiga y mi hermana a mi lado, creo que no podría soportar todo esto sin las dos.

Minutos después logré calmarme, Miriam y María me enviaron a tomarme un baño mientras prepararían algo de comer. Sólo obedecí y me desvestí para entrar al cuarto de baño, cuando entre bajo el agua casi caigo al suelo, sentía mi cuerpo más ligero.

-¿Ana?

-En el armario.

Grito y luego María entra al armario, sonrió para ella que me sonríe de vuelta, esa sonrisa disimulada de pregunta. Conozco a mi hermana, sé que quiere preguntarme si estoy mejor, pero sé que no lo hará sin mi permiso.

-Ven a comer, los sándwiches están listos. - Avisa y termino de vestirme, mantengo el cabello en una cola de caballo con una cinta, sonrió a mi propio reflejo. Estoy usando una sudadera negra del Real Madrid, uno de los que más utilizan Mimi, tiene su esencia en él y es muy bueno, como me gustan las sudaderas. - Hm, sé de quién es ese suéter.

Volteo hacia María sonriendo torpemente y ella entrecierra los ojos.

-Es mío.

-No, el tuyo es blanco. - Levanto las cejas con sorpresa, ni siquiera sabía que tenía una sudadera así. - Pero es casi tuya de todos modos.

-¿Por qué?

-Siempre has tenido la manía de usar la ropa de Mimi, especialmente los suéteres.

-Ella tiene buen gusto con la ropa. - Me encojo de hombros, un intento fallido de justificarme. - No me mires así, ¿hice mal en tomar su suéter sin su permiso?

-Obvio no, estoy segura de que Mimi estará feliz de verte vestida con su ropa. - María cruza sus brazos debajo de sus pechos y me mira de pies a cabeza y luego fija su mirada en mi cara. - ¿Estoy mal o estás intentando en mejorar las cosas?

Deje salir un largo suspiro, muerdo la esquina izquierda de mi labio.

-Estoy tratando. - Admito y ella sonríe grande. - ¿Lo estoy haciendo bien?

STUPID WIFE // WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora