Prólogo - Yumeko

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POV Yumeko

Otro año más y debo admitir que extraño la academia, o al menos su sistema. Podíamos ser cazadores o presas sin tener que agradarle a los demás y acá eso no es suficiente. ¿De qué me sirve ser cazadora si necesito la aprobación de los demás para no convertirme en la presa?

Bueno, no todo es malo por acá... gano dinero todos los días, soy el centro de atención, todos me dan lo que quiero... no me quejo, tengo una buena posición.

Lo único que me disgusta es... Mikura, ella ha sido una piedra en mi zapato desde el primer día. No me considero una persona posesiva pero tratándose de Sachiko, ella me da suficientes razones para desconfiar de su lealtad

– Ya me voy – avisó Sachiko

– ¿Y el desayuno? – pregunté antes que se vaya

– Esta en la mesa

– ¿Dejaras que desayune sola? – hice un puchero de tristeza

– Tengo prisa, preciosa – me guiñó el ojo

– ¿Prisa, para qué? – levanté una ceja – Es el primer día, solo hay recorridos y presentación de los nuevos

– Cierto, lo había olvidado – se excusó – Igual debo hacer un par de cosas

– Esta bien – sonreí – No olvides mandarle mis saludos a Mikura

– Esta bien – sonreí – No olvides mandarle mis saludos a Mikura

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– Ah... no es lo que crees

– Te advierto que Tsuzura ingresó este año así que Mikura estará ocupada con ella – finalmente llegué al comedor y me senté a desayunar – No te prestará atención – me burlé

– Estas loca – se acercó a mí y se sentó junto a mi – Lo que Mikura haga o deje de hacer no me interesa. Solo me importas tú – acarició mi mejilla

– Eso espero – sonreí aliviada

– Deberías dejar de imaginar cosas o me vas a perder – amenazó burlonamente

– A diferencia de ti... yo nunca pierdo – le guiñe el ojo

– ¿Ya vas a empezar con eso? – puso los ojos en blanco en señal de molestia

– Me conoces muy bien, ¿y bien, cuando me pagarás?

– ¿Es necesario hablar de eso ahora? – bostezó

Mi intento de molestarla no dio resultados así que negué con la cabeza para acabar con el tema

– Sera después – sonreí – ¿Puedes decirme la hora?

– Déjame ver – de su bolsillo sacó su celular – 7:13

– ¡Es tarde! – me apresuré en tomar lo que quedaba de mi té

– Pero la entrada es a las 7:30 – explicó

– Ya sé – me levanté de la mesa – Pero se rumorea que Mary ingreso este año y quiero comprobar si es cierto, así que debo llegar temprano – expliqué mientras me dirigía a la puerta

Eclipse de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora