🦋 Capítulo 1 | Definiendo amor 🦋

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"La pintura es más fuerte que yo, siempre consigue que haga lo que ella quiere"
Pablo Picasso.

31 de agosto de 2016

Camila Aglow

El amor. Diecisiete años existiendo y todavía no he descifrado el sentido real de aquella palabra. No lo entiendo, ¿sabes? Vi personas a las cuales el amor que sentían por alguien podía vérseles claramente en el rostro, pero que no hacían sentir amada o amado a esa persona. Por otro lado, vi a personas que hacían de todo para hacer sentir amada o amado a alguien, pero que no podía ver amor reflejado en sus rostros. Vi a personas mantener despiertas a quien aman a pesar de que él o ella solo querían descansar, y otras dejarlas descansar a pesar de que querían que estuvieran despiertas. Vi... vi muchas versiones de amor. Tantas que no sé cuál creer, y es que son tan contradictorias.

Con sumo cuidado, trazo los bordes de la pintura que acabo de crear, la razón por la que comencé a pensar sobre el amor. En los últimos meses el tema del amor ha sido lo último en lo que me he permitido pensar, no solo porque cada vez que lo hago me confundo más sobre lo que es, sino porque la última vez que creí saber lo que es amor me equivoqué terriblemente. Hoy volví a intentar descifrar qué es. Y he aquí el resultado, otra pintura abstracta.

Mis pinturas abstractas son otra cosa que tampoco entiendo. Son muchos los cuadros que he pintado y son abstractos. Lo curioso es que ni siquiera los planeo. Quiero decir, soy yo la que toma el pincel, pero, a la hora de pintar, no soy yo la que pinta, es como si mi pincel tomara el control e hiciera lo que él quiere.

Supongo que al tener una mente como la mía necesito tomar pintura para sacar mis pensamientos y sentimientos afuera. De manera contraria, ellos seguirán haciendo eco en mi cerebro.

Un fuerte ruido llenó la habitación, sobresaltándome y haciendo que me lleve una mano al corazón al mismo tiempo que me volvía rápidamente hacia el origen de tal estruendo.

— ¡Lo siento! —habló el joven que acaba de entrar.

Abrí mi boca para decir que no pasaba nada, pero de pronto aquel joven de castaño cabello comenzó a dar pequeños brincos, como si el piso quemara bajo sus pies, por lo que dirigí mi mirada hacia el suelo bajo él. En ese momento recordé los botes de pintura nuevos, llenos y abiertos que dejé tras la puerta. Muy tarde. El estruendo que había escuchado era precisamente de los botes de pintura al caerse y comenzar a desparramar su contenido sobre el suelo. Ahora pintura de color rojo, amarillo y azul luchaban por tener el control mayoritario del suelo, teniendo como víctima principal las zapatillas aparentemente nuevas de mi hermano.

—Dios, lo siento tanto, Cami —repitió, al mismo tiempo que se agachaba para volver a poner los botes parados, aunque ya casi la mayoría del contenido estaba desparramado y desperdiciado.

—No pasa nada, tranquilo —dije yo, intentando reprimir una mueca de tristeza en mi rostro, no quería que mi hermano se sintiera culpable.

—Sí, sí que pasa —replicó él, volviendo a ponerse de pie y darme una mirada apenada—, soy muy torpe. Te compraré unas nuevas, lo prometo. Es más, te compraré muchísimas más, todas las pinturas que encuentre, y pinceles, también te compraré pinceles, y-

—Dylan —lo interrumpí, haciendo un gesto con las manos para que se calmara—, no es necesario, está bien, fue un accidente.

—Lo siento —repitió.

Negué con la cabeza.

—Deja de disculparte, está bien, en serio. Pero, dime, ¿a qué viniste? —no me importa que mi hermano venga a verme, me importa que venga a verme mientras estoy en el estudio. No me gusta que nadie aparte de mí entre aquí, no tengo interés en que otras personas vean lo que pinto, o que sepan siquiera que yo pinto.

La razón de su arte [Arte y artistas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora