Capitulo 09 - La Llamada De Una Dulce Hermanita

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—Soy yo —murmura una dulce voz.

—¡Keiko, eres tú! —respondo sorprendido, pero a la vez alegre de escuchar nuevamente a Keiko, mi hermanita.

—¡claro que soy yo! —exclamo de repente con su tierna voz, indignada por mi sobresalto. —¿Acaso pensaste que era alguien más? —pregunto.

—n-no me esperaba ninguna llamada, mucho menos una de ti hermanita. Tan solo me tomaste por sorpresa —respondo abrazando el telefonó mientras giro con mis dedos el cordón del mismo. Este aparato, que me permite volver a escuchar a Keiko, luego de tanto tiempo...

—Espero, por tu bien, que estes diciendo la verdad hermanito. —inicio su advertencia. —Recuerdas, me prometiste que y-yo sería.. tu esposa. ¿Lo recuerdas hermanito? ¿tú.. lo recuerdas o... ya lo has olvidado? —susurro avergonzada en voz baja. ¿Recuerdas nuestra promesa?

Durante unos segundos el silencio rodeo ambas partes. Sin embargo, no es ese incómodo silencio que protagonizan las parejas cuando aparece la anterior de una de ellas. Este silencio, en cambio, que nos tiene como protagonistas a Keiko y a mí no es para nada incomodó, si tuviera que definirlo lo haría como uno nostálgico. Mi corazón rememora aquella época, donde eramos niños.

—Lo recuerdo perfectamente, sobre todo aquella promesa —empece, recordando aquel día. Fue un invierno, en el bosque que solíamos frecuentar a diario, debajo de un árbol. El frío era fuerte en aquella época, ya que vivíamos en una zona donde suele nevar mucho en invierno, las casas estaban cubiertas de tanta nieve que se tenía que recurrir a los famosos vehículos conocidos como barredoras, diseñados para empujar la nieve. Aunque así y todo con Keiko nos las arreglabamós para salir a jugar ya que amamos el invierno. Estar en casa, ser mimados por nuestros padres mientras tomamos una taza de chocolate caliente acompañado del pastel recién horneado y juegos junto a la chimenea. Fue la mejor época, pero de un día para otro todo se volvio polvo.

—Aquel día tu y yo nos encontrabamos acurrucados en el bosque, producto de una abalanchá que cubrió el camino con nieve impidiendo así que pudieramos regresar a casa, estabas asustada. Entonces para cortar la gravedad de la situación murmuré "parecemos recién casados" y tú no tuviste mejor idea que responder "¿porque no lo hacemos?". Fue así como pasamos aquella época haciendo planes creando así nuestro perfecto futuro, partiendo desde "la promesa". —cuento las vivencias de aquel recuerdo.

—hermanito... lo recuerdas todo —responde Keiko avergonzada. —Pero lo más importante sucedió cuando hicimos la promesa. Tomamos nuestras manos colocando anillos que hiciste con ramitas, como si fuera un matrimonio real, ¿verdad? —dice con su tierna vocecita, que entre risas acaba suspirando al final.

—ciertamente, pero habría que agregar mi juramento: cuando crezca te entregaré un anillo de verdad, digno de tu belleza —respondo recitando aquel juramento que se sumo de incognitó a mis palabras.

—hermanito... —susurra Keiko, tan bajo que con dificultad puedo oírla. Sus mejillas sonrojadas arden atravesando el telefonó y llegando hasta mí. Cuando Keiko hace ese tierno chillido de vergüenza comprendo todo lo que siente.

—Lo siento hermanita, a veces hablo por hablar y eso me hace un idiota. —digo lamentando haber dicho tan vergonzosas palabras. Si bien no me arrepiento porque pienso que nuestra relación es transparente, tengo que cuidar no sobresaltar a Keiko.

Después de todo, esta enferma...

—¡No es eso! —responde levantando su voz un poco. —solo me preparaba para decirte q-que y-yo... —continuo tartamudeando torpemente y decidida a decirme eso tan importante para ella.

—¡y-yo! —traga aire y saliva al mismo tiempo. Sin embargo, la interrupción de la enfermera arruino el momento y la atmosferá generada —Señorita, el doctor quiere hablar con usted sobre los exámenes de hoy. Por favor venga.

—No te preocupes hermanita, pronto platicaremos de nuevo y con más tranquilidad —murmuro alegre para tranquilizar a Keiko, quien esta presionada a colgar.

—Esta bien... —refunfuña tiernamente resignada. —Prometo llamarte en los próximos días, cuídate mucho y mantente alejado de las mariposas por favor.

Con mariposas se estará refiriendo a las chicas...

—Buenas noches hermanito.

—Buenas noches hermanita.

Keiko cuelga el telefonó.

Las llamadas telefonicás son sorprendentes. Es decir, normalmente pensamos en ellas como medios de comunicación, pero son más que eso.
Personalmente no suelo recibir llamadas, salvo alguna que otra por parte de mis padres o Keiko, por lo que no me pongo a pensar en lo importantes que son, realmente no le presto atención. Pero así es, las llamadas son importantes y aún más cuando el emisor del mensaje es una persona importante.

Había pasado tanto tiempo. Tanto que por un momento no reconocí su voz, debe haber crecido muchísimo desde entonces, pero no ha cambiado ni un poco desde nuestro último encuentro.

Me pregunto si esa promesa de niños será solo una promesa de niños o existe la posibilidad de que sea más que eso. Sinceramente, estoy ansioso por descubrir que sucederá.

—¡Oh mira la hora que es! —mire el reloj de la sala, que marcaba las 1 AM.
Me fui a la cama mientras las ideas de como atraer miembros al club y arreglar las cosas con Ayumi circulaban por mi cabeza como boxeadores en una batalla campal. Tantos enredos acaban disueltos cuando todo se vuelve negro.

"Aquel quien tiene el poder de cambiar el destino, si realmente es su deseo, puede dirigir el futuro de esa persona importante, por uno con menos dolor y sufrimiento que el destino real que se apróxima".


Notas del autor:

¡Ohayo a los que quedan, gracias por seguir aquí después de tanto tiempo y continuar aguradándo por nuevas actualizaciones de Sakura. Los apreció!

Como es habitual, Sakura entra en haitus/pausas constantes ya que su creador no sabe organizarcé. Pero no se preocupen que Sakura continuara así hasta el confín de los tiempos.

Una vez más, gracias por el apoyo.
Nos volveremos a encontrar en el próximo capítulo que puede ser hoy o dentro de algunas semanitas. Ojala sigas aquí para descubrir las nuevas aventuras por las que tendrá que atravesar nuestro Seiji norteño.

¡Hasta la próxima amados lectores!

SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora