Capitulo 01 [Encuentro con el Destino]

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[Un sueño, estoy atrapado en un sueño, estoy sufriendo, estoy llorando, y junto a mí se encuentra º#º#º#º]

RIIINGGGGGGG! RIIIINNNGGGG! RIIIIINNNGGGG! [...] [...]

Tal parece que ya amaneció, significa que debo levantarme y comenzar el día, pero las sábanas están tan cómodas que sería absurdo dejarlas, y acompañado del tenue sonido del aire acondicionado hacen imposible que mi despertar se lleve a cabo, no es que sea un flojo que no desea levantarse temprano, no soy madrugador, eso es todo.

Luego de unos minutos, al fin logró poder despertar por completo, y decido bajar a desayunar. Mientras bajo las escaleras, pienso en lo importante que es este día, el mejor día de mi vida o, mejor dicho, el peor. Hoy comienza la primavera, y junto a ella por más raro que se vea, el inicio de clases, sin dudas el silencio acompaña el apartamento en donde me encuentro [ventajas de vivir solo quizás] lo que me gusta mucho. Al llegar a la cocina, decido preparar lo típico de todos los días, una tostada acompañada de un café con una suave fragancia estimulante y deliciosa, y solo por precaución observo el reloj antes de degustar mi manjar personal de las mañanas, el reloj marca las ocho y cuarto, y la campana suena a las ocho y media, es decir, que solo dispongo de quince minutos y eso que la escuela queda a veinte minutos a pie, en ese momento tomo el café como si no hubiese mañana desintegrando mi lengua con cada sorbo hasta terminar por completo la taza, y con mucha prisa salgo disparado como un cohete con el pan tostado en mi boca con la esperanza de llegar antes que el profesor ingrese al aula. [lo veo imposible, ya que es rápido y no demora en llegar, pero aun así debo intentarlo]

En mi camino a la escuela, siempre hago un atajo cortando camino por un parque, que en estos momentos debe estar floreciendo como nunca, después de todo es el comienzo de la primavera [y las flores comienzan a florecer como locas] y como hay demasiadas flores, a esta hora no hay mucha gente por este sitio.

Al llegar al lugar comienzo a caminar [el cansancio se salió con la suya] y como veo, no hay nadie, solo un montón de flores esparcidas por todo el parque. Decido continuar mi camino, observó una vez más mi reloj que está marcando las ocho y cuarenta, aceptando que llegaré tarde de cualquier forma, decido descansar debajo de uno de los árboles del parque. Me siento debajo de un árbol bastante alto, que está en el centro del parque, y da bastante sombra. Allí sentado debajo de ese árbol, la imagen es inexplicablemente preciosa, mientras veo como los pétalos de las flores vuelan lentamente delante de mí, percibo una paz y tranquilidad interior que me hacen desear quedarme en este lugar por siempre. Disfrutando de la calma del lugar, comienzo a escuchar una voz preciosa, al parecer de una mujer, una voz un poco baja, pero dulce.

[...] [oye.]

[...] [oye.]

[...] [has escuchado, las personas están destinadas a encontrarse, porque si en verdad lo deseas, es posible encontrar a esa persona que perdiste, aunque debas esperarla por siempre.]

[...] [no debes olvidarlo, Seiji.]

[Seiji] [¡oh!]

Al escuchar mi nombre, me doy cuenta que la voz que vagamente escuchaba, si era en realidad una chica, pero ¿dónde está?

[Seiji] [¿eres real?] [Pregunto con temor]

[...] [claro que soy real] [suelta una risa preciosa]

[Seiji] [¿Dónde estás?]

[...] [estoy muy cerca de ti]

Al escuchar eso, me levantó y me alejo de el árbol buscando la misteriosa voz. Me detengo a unos diez pasos y observo con atención, lentamente comienza a aparecer una silueta que paso a paso se va haciendo más clara. La silueta es una chica muy bonita, con pelo largo y de color negro, alta pero no tanto como yo, a medida que más se acerca su belleza se va haciendo más grande. Una vez la chica está delante de mí, dice unas dulces palabras con la intención de iniciar una conversación, pero con dificultad puedo mirarla, mi corazón palpita a la velocidad de la luz, y mi boca al hablar tiembla demasiado, no puedo controlarme.

SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora