Capitulo 13 - Seiji enfrenta al acosador

11 2 2
                                    


—Ayumi, acaba de llegar una carta para ti —dice mi madre trayendo la carta en sus manos.
Tomo la carta.
—Muchas gracias madre —respondo invitando a que se marche y me deje sola para leer la carta con tranquilidad.
Leo la carta.
Señorita Ayumi. La carta que le hice llegar ¿la ha recibido? Espero con ansias que sea así, ya que no se tratan de meras bromas, sino de algo real. La estoy esperando en el parque con muchas ansias, estaré aquí hasta las 10 de la mañana y ojala no se le ocurra faltar. En el caso de que eso sucediera, no quiero imaginar lo desafortunado que sería eso.
Al terminar la carta, me dirijo al parque.

Voy tan deprisa como mis piernas me lo permiten, corriendo hasta quedar sin aliento, deseando llegar a tiempo. El parque esta delante de mi, pero lejos de estar tranquilo empiezo a preocuparme más y más puesto que Ayumi esta en peligro. No quiero imaginar lo que soy capaz de hacerle a esa persona si toca un solo mechón del cabello de Ayumi.
Entro al parque y me escondo en unos arbustos, que están a espaldas del lugar donde Ayumi esta sentada, y la vigilo.
Que bien, parece que llegue a tiempo.
Ayumi, sentada con las manos en su regazo y un atuendo muy elegante, propio de ella, esta bien o al menos eso me lo indica su exterior. Sin embargo sus ojos se ven hinchados y su rostro esta realmente pálido, producto de haber llorado tanto, y de soportar toda esa preocupación encima. Me enfurece no haber podido hacer nada, pero aún más me encabrona que ella no me haya pedido ayuda, eso me hace sentir más culpable. Después de todo esto lo genere yo mismo, si tan solo me hubiese reconciliado antes con ella, nada de esto estaría pasando.

De repente, una persona conocida se acerca a Ayumi y comienzan a platicar.
¡¿El vicepresidente?!

Que significa esto, que hace el vicepresidente del consejo estudiantil hablando con Ayumi, acaso él será el acosador o peor aún, será su n-novio…

Pensándolo detenidamente, no existen posibilidades de que ese sujeto arrogante y egocéntrico sea pareja de Ayumi, por más mal carácter que tenga. Es imposible, lo que quiere decir que es el acosador.
—¡Aléjate de mi! —grita Ayumi, de repente, el vicepresidente se lanza sobre ella.
Luego de ver eso, y sin dudas, corro hacia el vicepresidente a romperle todo lo que pueda.
—¡Aparta tus sucias manos de Ayumi! —grito insultando a este imbécil mientras los golpes se hacen cada vez más frecuentes, de modo tal que mucha sangre se derrama del vicepresidente por el alrededor.
Ayumi, con lágrimas en sus ojos, intenta apartarme del sujeto. Sin embargo, mi fuerza es mayor a la de ella y en lugar de limitar mis golpes, incremento su agresividad. No puedo detenerme.
—Por favor Seiji, ya fue suficiente —exige Ayumi.
—¡No es suficiente, esta persona tiene que recibir el mismo daño que recibiste tú! —respondo.
Ayumi me abraza por detrás.
—P-por favor, déjalo Seiji…. ¿e-esta bien? —dice mientras me sujeta fuertemente.
Asiento con la mirada, y me alejo unos metros del vicepresidente el cual se encuentra totalmente inconsciente. Pero antes de darme cuenta otra presencia desagradable llegaba, el presidente del consejo estudiantil llego a la escena y parece estar bastante enojado por lo que sucedió. O al menos eso me da a indicar su fea mirada y las venas de su frente.
—¿Qué rayos sucedió aquí? —pregunta furioso.
—Buena pregunta —respondo desinteresado.
—Seiji si esto fue provocado por ti te advierto que el castigo no serán meras suspensiones. Sabes que si esto fue obra tuya, serás expulsado de la preparatoria.
Ayumi se para entre nosotros, interrumpiendo nuestra disputa.
—No fue culpa de Seiji, el no tiene nada que ver —dice con seguridad.
—eñEsos nudillos pelados y toda la sangre en su uniforme no dicen lo mismo, señorita Ayumi —responde luego de revisar visualmente mi aspecto.
—Y-yo —trato de justificarme, pero no es mi decisión. Ayumi es la única que puede revelar lo sucedido, y nadie más que ella.

Miro a Ayumi a los ojos.
—Ayumi no podemos dejar que esto se quede así nada mas, ese sujeto debe pagar. Aunque no voy a decir nada, es tú decisión, cuanta información revelar y cuanta guardarla para ti misma.
—E-entiendo, también d-deseo que él page. No quiero que otra chica pase por lo que pase yo —dice Ayumi nerviosa, pero segura de su decisión.
—de acuerdo. Seguramente guardas las cartas que escribió, ¿no es así?
Ayumi asiente.
—En ese caso. Deja que las lea el presidente.

Ayumi toma las cartas de su bolso, y se las entrega al presidente. Él mismo, empieza a leerlas.
—¡¿Q-que rayos es esto?! —exclama sorprendido.
Miro fijamente al presidente.
—La letra es del vicepresidente, ¿o me equivoco?
—Y-yo no estaba al tanto…
—Es de esperarse. No me imagino a una persona divulgando que es un acosador fetichista.
—L-lo siento…
—¿Dijo que lo siente? Acaso tú puedes sentir lo que Ayumi siente, por supuesto que no puedes sentirlo. Es ridículo pensarlo, me atrevería a llamarlo estúpido, un tonto, si pensara que siente lo mismo que Ayumi. Nadie, salvo las personas que viven y atraviesan estas difíciles pruebas de la vida pueden sentirlo. Sin embrago eso no aplica para nosotros dos, pero lo que yo hago es estar ahí, y es lo que debemos hacer. Estar ahí para ayudar.

El presidente se queda en silencio, sin palabras.
—Esto tenemos que llevarlo a la dirección. Este sujeto debe ser expulsado y sus padres deben enterarse de lo que ha estado haciendo.
—E-estoy de acuerdo. Lo haremos mañana en clases, ahora yo lo llevare a casa.
—De acuerdo, entonces nos vemos luego. Nosotros también nos vamos Ayumi.
—S-si —responde.

Tomo la mano de Ayumi y me la llevo del lugar.
—Oye Ayumi, ¿te gustaría sentarte por aquí? —digo señalando varios asientos, que se encuentran en una zona apartada del parque y por ende, lejos del lugar de la pelea.
—S-si —responde apretando mi mano.
Ayumi y yo nos sentamos en uno de los bancos.
—Seiji… —susurra Ayumi.
—¿Si? —la miro a los ojos.
—¡P-perdóname! —grita de repente y llorando se aferra a mi pecho.
Acaricio la bonita cabellera de Ayumi, mientras sus lágrimas empapan mi camisa, y también mi alma. También salen algunas lágrimas de mis pupilas, es Ayumi después de todo, mi amiga de la infancia y, sobre todo, la mejor amiga que alguien puede tener. Aunque tenga un carácter insoportable.
—N-no hay nada que perdonar. En su lugar perdóname a mi por favor, aún no entiendo porque te enojaste aquel día, pero lo único que se es que desde entonces no he logrado sonreír como antes —seco mis lágrimas y separo a Ayumi de mi pecho y con mis manos retiro las lágrimas del suyo.
—Ayumi… ¡Tu me importas mucho! —exclamo.
—¿Qué? —responde con los ojos bien abiertos, sorprendida de que esas palabras salieran de mi.
—Cuando me entere lo que sucedió, estaba molesto conmigo mismo porque no fui capaz de hacer nada. No estuve ahí para ti, me sentí un miserable.
—¡Tu no eres un miserable, tonto Seiji! —dice tiernamente enojada y luego hace un puchero.
Me quedo sin palabras.
—Y-yo… —intento decir algo, pero no encuentro las palabras correctas.

De repente, Ayumi se acerca suavemente hacia mi. Antes de que pudiera reaccionar, sus frágiles labios presionan mi mejilla derecha. Ayumi me beso.
—¡¿Ayumi?! —exclamo de repente, alejándome rápidamente de ella. Ayumi nunca me ha besado, es más, ha día de hoy pensaba que era alguna clase de extraterrestre molesto y sin sentimientos. Sin embargo, hace esto contra todo pronostico. Porque…
Ayumi solo se limita a mirarme, para luego sonreír.
—Gracias Seiji, ya me siento mejor —dice ignorando lo que hizo hace a penas segundos.
—En ese caso, me alegro Ayumi —respondo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Entonces ya me voy, mi mama debe estar preocupada. Supuestamente fui de compras —dice entre risas.
—Esta bien pero, por si acaso, me gustaría acompañarte a casa.
—Claro —responde.
Ayumi y yo nos fuimos. De camino a su casa nos pusimos al día con muchas cosas, entre ellas la novedad de que aún sigue sin club, la situación con su familia y por mi parte lo de Keiko, entre otras cosas. Al llegar nos despedimos y regreso a casa.

Una cama suave es el lugar ideal para descansar luego de un día tan agotador como este. Tendré que llamar a mi madre para agradecérselo, ya que así como llego se marcho, sin decir nada. Al fin y al cabo así es ella, alguien impredecible. Hablando de cosas impredecibles, no pensé que Ayumi fuera de esa clase ya que realmente es muy predecible. Sin embargo hoy no fue así, y no se porque, pero desde ese beso hasta ahora he sentido un extraño sentimiento. El corazón me late demasiado deprisa, cada vez que recuerdo ese beso, también mis mejillas se enrojecen, y esto último, lo se por el ardor que siento en las mismas cuando revivo ese momento en mis pensamientos. No pienso que sea una sensación extraña, solo es diferente.

¡¿Pero si es diferente, eso quiere decir que me estoy enamorando de mi amiga de la infancia?! ¡¿De Ayumi?!

Nota del autor:

¡Saludos queridos lectores!
Y ahí va un capitulo más de Sakura, en el cual Seiji y Ayumi han fortalecido su vinculo, Seiji ha salvado el dia, pero... que hay de esos sentimientos que tiene por Ayumi? ¿Y que hay de Sakura, y el club de teatro? ¡Habrá que leer más capitulos para descubrirlo! Es decir, los siguientes.... ¡Gracias por leer!

Por cierto, si les ha gustado el capitulo, pueden dejar su voto y comentario jaja
¡Nos vemos en el siguiente capitulo!

SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora