Me paso las manos por el pelo y respiro hondo. Me dejo caer en el sillón de cuero de mi despacho y alcanzo un vaso de cristal con un poco de whisky con algunos hielos flotando. Esa chica no es Loren y me jode que hayan estado siguiéndola una puñetera semana. No puedo negar que no se parece, ambas son rubias, con el pelo largo, ojos azules y con esa apariencia de no romper ni un solo plato, pero obviamente esa no era Loren, simplemente había que mirarla durante un segundo a la cara para darse cuenta que esa chica es inocente. Muevo el vaso haciendo que los hielos choquen entre si. Se los dije, ¿estáis seguro?, todos decían que si, pues la primera y en la frente. Mi padre me lo dijo. No se puede confiar en los hombres, estos trabajos tienes que hacerlo tú mismo, y aquí estoy, con una puñetera niñata que no superará los 20 años y sin saber que cojones hacer ahora. Lanzó el vaso de cristal contra la pared con rabia y me llevo las manos a la cara.
—Señor— escuchó como Toni llega corriendo.
—Fuera de mi vista Antoni— le grito sin siquiera mirarlo, juro que lo mato como no desaparezca en menos de un segundo—¿¡Como se te ocurre!?— vuelvo a gritarle al ver que sigue clavado en la puerta— ¿ahora que hago con esa niña?, ¿la mato?.
—Ares— murmura acercándose con cautela— pensábamos que era ella, tiene todas las características.
—Pensabais...- me rio histérico y me pellizco el puente de la nariz-¡Pues no es!— le grito furioso a la vez que me levanto y doy un golpe sobre la mesa, todo tiembla a mi alrededor— os la describí con pelos y señales.
—Lo se... pero- murmura. Levanto la mano haciendo que se calle o de lo contrario terminare volviéndome mas loco de lo que ya estaba.
Me dejo caer en el sillón y me pellizco el puente de la nariz. Debería matarla pero no puedo hacer eso. Esa chica no tiene absolutamente nada de culpa de lo que está ocurriendo en la ciudad y ni siquiera sabrá porque cojones estamos enfrentados ambas bandas de New York.
—¿Nos deshacemos de ella?—me pregunta.
No puedo evitar reírme por lo surrealista que me está pareciendo todo en este momento, si esa chica está flipando en colores después de lo que acaba de pasar yo le gano por goleada, estoy seguro. Lo miro fijamente y doy un golpe en la mesa con furia.
—Claro Toni, vamos a matarla—asiento con ironía elevando los brazos—¿Qué te parece que si le damos los restos a los perros?- me rio con más ironía todavía— mejor, mándasela a sus padres, no te jode. ¡ES UNA CRÍA, PUTO SUBNORMAL!.
Me paso las manos por el pelo y salgo del despacho bastante enfadado. Subo las escaleras y escucho gritos. Quizás eso de matarla es buena idea después de todo. Ando hasta la puerta.
—¡Socorro!— grita con la voz desgarrada mientras pega en la puerta de madera— ¡ayuda!.
Respiro hondo y paso de largo. Saco mi teléfono y marco el numero de Luke, ahora mismo lo que necesito es salir de esta casa y poder desconectar la mente unas horas de todo este caos que se me acaba de venir encima hasta saber que hacer con ella. Me dirijo a mi habitación y cojo las llaves de mi coche.
—Luke, ¿Cómo esta inferno?— le pregunto mientras acaricio la cabeza de mi doberman.
—Rebosando, jefe- me contesta y puedo escuchar como le da una calada a su cigarro— ¿te vas a pasar por aquí?
Me quedo callado unos instantes, puedo percibir que la chica ya se ha callado. Mejor.
—Si, cabrón- le contesto levantándome y saliendo.
—¿Llamo a una de tus chicas?— me pregunta con ese tono de voz que reconocería en cualquier lugar, el muy cabrón esta cachondo.
—Hoy no— sentencio serio—y tu deja de calentarte con las tías que están allí y vigílame a la gente— le regaño.
Salgo de la casa y no puedo evitar mirar hacia arriba, la luz de la habitación esta encendida y ella en la ventana. Tiene ambas manos puesta en la barandilla y observa el cielo. El pelo rubio y despeinado de Ariana se mece con la brisa de la noche. Debería traerle algo de ropa, cuando Toni la trajo pensando que era Loren vi que tenia el uniforme de una empresa, debe de ser una becaria. Entro en mi coche y respiro hondo. En que puto problema me he metido, joder.
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A.R.E.S- "Amor por error".
Teen FictionAmor por error. 1 año. Eso es lo que tenía Ariana para superar a Zed y vivir su "independencia" en New York, alejada de la cálida California. 1 año. Para volver a empezar y superar su depresión. 8 meses en New York. Nuevos amigos. Nuevo romance. N...