Alcohol + Infelicidad [DabiHawks]

Parte 1

Aclaraciones

Spoilers del manga y más o menos se sitúa en la actualidad de este.

Listo!! Espero que lo disfruten

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En el último mes no había podido regresar a casa, había pasado casi todo ese tiempo internado en hospitales, dando entrevistas a los medios por el fracaso de los héroes y sirviendo como apoyo a Deku y su misión de encontrar a AFO, pero necesitaba algunas cosas y la ciudad seguía sumergida en un caos que parecía no tener fin.

-... Jeanist, estoy seguro que nadie pudo entrar ahí, está en un piso 24, muy pocos conocen el acceso, no te preocupes estaré bien... -

Al otro lado de la línea el preocupado Pro Hero número 3 le recordaba a Hawks lo peligroso que era regresar a su departamento, no era que no confiase en él, pero debido a la pérdida "temporal" de su quirk era más arriesgado para él que para ningún otro héroe vagar por la ciudad sólo y sin armas de defensa.

A pesar que Hawks comprendía su preocupación necesitaba ir a su apartamento por algo de ropa y algunos documentos, sin embargo muy a su pesar sabía que aquello era una excusa. Se sentía bastante inútil al estar de un lado a otro con Endeavour y Best Jeanist sin poder ayudarlos realmente, necesitaba descansar en su propia cama y no en la del hospital en la que se alojaban la mayoría del tiempo, quizás estar sólo por algunas horas y no sentirse tan miserable por haber perdido su libertad, aquella que únicamente sentía al volar tan alto como podía y escapar de las tediosas órdenes de la comisión.

El camino hacia su hogar había sido tranquilo por completo, el reto vendría en subir esos 24 pisos por las escaleras de emergencia, ni siquiera recordaba en donde se ubicaban puesto que siempre había entrado en su propia casa volando a través del balcón.

El lugar no estaba tan destruido como algunos edificios que había visto en las últimas semanas, no parecía haber civiles resguardados en el e incluso se observaba desierto, al menos quería contar con ello. Desde el incidente con Dabi no se había recuperado del todo, le dolían los pulmones y aún podía sentir los golpes en sus costillas, aunado al hecho que ese dolor le recordaba el martirio que le había causado la recuperación por las quemaduras, no habían sido tan graves pero aún podía recordar el terrible dolor en su piel y su garganta por tan horrible fuego, se negaba a creer que él, Hawks el pro hero número 2 de todo Japón se había acostado más de un par de veces con aquel maníaco infeliz, quería mentirse a sí mismo que sólo había sido sexo y nada más, que era por ganarse la confianza del villano (algo que era obvio que no había logrado), que no había sentimientos, que no se había sentido traicionado una vez que el pelinegro lo atacó por la espalda y lo destrozó, le quito sus alas, era la segunda vez que alguien le arrebataba su libertad.

Entre aquellos pensamientos que parecían indemnes a su tristeza, a cada paso logró superar los cientos de escalones que lo separaban del 1er piso hasta el último, no se había dado cuenta lo cansado que había sido hasta que sintió la falta de oxígeno por tan intenso trabajo físico. Su garganta aun no se recuperaba del todo y le dificultaba el poder hablar, por ello lo evitaba la mayoría del tiempo, pero como alguna vez le había mencionado Mr Compress era un hablador nato. Buscó las llaves de su departamento esperando que este no hubiese sido saqueado por algún criminal o civil en busca de refugio. Una vez entró en el observó que todo estaba tal cual lo había dejado la última vez que había estado ahí, solo con un poco más de polvo del usual. No parecía haber nada extraño, tampoco había percibido a nadie en los departamentos aledaños, así que quizás aquella noche podría dormir profundamente, sin despertar a las 3 de la mañana por el dolor o por una llamada de auxilio de alguna parte en la ciudad en las que requerían héroes... héroes de verdad, no a alguien que había pedido su quirk, su todo, su confianza en incluso había perdido su voz. Se dirigió a su cama, la sentía tan grande a vacía, recordaba que la había encargado de tal manera que pudiese extender libremente sus alas para descansar, no había considerado la inmensidad de la misma hasta ese momento. Estaba cansado, necesitaba un trago y después dormir, dormir para no despertar hasta media tarde sin interrupciones, sin llamada de auxilio y sin miradas condescendientes de evasión de las personas al ver su espalda vacía.

Recobró un poco del aliento que había perdido y cambió sus ropas por algo cómodo, una camiseta negra de mangas largas y únicamente sus boxers, se dirigió a su cocina, en la cual habían perecido todos los alimentos frescos que había tenido los meses previos al ataque, pero quizás al día siguiente se encargaría de la limpieza, sólo quizás... Tomó una botella de vino de su pequeño almacén, tomó otras tres por si llegaba a terminarse la primera, no necesitaba copas, quería olvidar todo, olvidar su fracaso, olvidar la misión que había salido terriblemente mal, olvidar el incesante dolor en su espalda, olvidar a Dabi, a su verdugo... a su antiguo amante.

Tomó casi religiosamente la primer botella como si de agua se tratase, al avanzar con la segunda aún podía sentir lo inútil que era, estando al lado de los pocos héroes que quedaban, cuando llegó a la tercera y cuarta quizás ya no se acordaba ni del verdadero nombre de Best Jeanist o siquiera de suyo.

Hawks... Hawks... así le decía todo el mundo, así lo llamaba Dabi

¿Se podía soñar un recuerdo?... O era que sólo lo había imaginado...

Cuando llegó a las puertas de la Liga de Villanos cómo un infiltrado intentó acercarse a aquellos más relacionados con Shigaraki; Twice y Toga habían sido fáciles de convencer, incluso Spiner y tiempo después Mr. Compress ya bromeaba a su lado, pero el maldito pelinegro no. Tenía que admitir que le atraía su aura deprimente y lo cautivaba la forma en la que lo veía con aquellos profundos ojos azules que le recordaban algo importante... a alguien.

-Oye maldito héroe...

Era la primera vez que se dirigía hacía él. La reunión de los villanos había terminado y estaba a punto de volar de vuelta al cuartel... pensó que aquella se podría convertir en la oportunidad perfecta para acercarse al último miembro más cercano a Tomura que faltaba.

-Vaya vaya... y yo que creía que jamás me dirigirías la palabra Da-bi....

Al principio intentó hablar con normalidad, pero el villano poco a poco lo había monopolizado, ya no se acercaba a nadie más que no fuera el pelinegro, sólo algunos breves encuentros y charlas casuales con Twice, admitía que aquello lo intrigaba, pasaban demasiado tiempo juntos y a solas, hasta que cedió a los besos de Dabi, que día a día crecían en demanda e intensidad, escondiéndose para no ser descubiertos (algo que creía que a Dabi no le importaba) hasta que terminó siendo completamente consumido por él, por su pasión o quizás sólo su deseo y terminar acostandose con el villano casi en cualquier lugar en donde tuviesen la oportunidad.

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-Mierda...

Los rayos del sol deslumbran directamente su rostro, la mañana había llegado y él ni siquiera había disfrutado la noche. Se encontraba mareado, pero eso no lo detendría, le había dicho a Jeanist que estaría fuera por tres días y los aprovecharía, se hundiría todo lo posible en la tristeza y sentimientos de culpa a modo de catarsis y después regresaría a fingir que todo seguía bien.

Tomó una ducha helada, habían cortado los servicios de electricidad pero aquello calmaba el dolor en su espalda y lo había traído de vuelta de todo ese amargo sabor a alcohol, se vistió con una sudadera larga, ropa interior y unos pantalones holgados que encontró en su armario, recordando que debía preparar algunas maletas para asegurarle a Jeanist que no había ido a perder el tiempo y hacer cosas "importantes", no sólo para estar solo y beber un poco más de la cuenta. Comió lo que pudo encontrar en su alacena y regresó a su habitación, aún tenía algunas botellas de alcohol listas para su consumo, quizás más de las que debía de tomar, una tras otra llenaba por completo los vasos que le día anterior no había utilizado, ya no era sólo vino; vodka, bourbon y quizá un poco de brandy habían acabado con la poca cordura que tenía. No se percató el momento en que había caído nuevamente dormido, afuera la noche había caído sobre la ciudad, se encontraba mareado y asqueado de tanto alcohol, le dolía la cabeza y su sentido del equilibrio estaba totalmente hecho un desastre, en la oscuridad de su enorme habitación vislumbró difuminadamente los profundos ojos azules que había visto tantas veces.

¿Era real? ¿Seguía soñando? 

-Buenas noches pajarillo...