Louis sabía que no le sería fácil encontrar a su alma gemela, pues a diferencia del resto del mundo, él no lleva en su piel una marca de reconocimiento, solo posee un collar con las iniciales de su pareja.
Cansado de esperar en Ámsterdam la aparici...
La decisión más difícil para Louis finalmente había sido tomada, dejaría atrás su vida en Londres y volvería a Ámsterdam con los suyos, el pasaje de avión ya estaba comprado para entre dos días y los papeles para trasladarse nuevamente a su trabajo de Ámsterdam estaban firmados. Despedirse de su equipo de trabajo fue difícil, hubieron lágrimas de por medio y un montón de abrazos, las despedidas nunca eran fáciles. En el transcurso de esos días se contactó también con Stella y Simón, la pareja se había mostrado desbastada con la noticia, pero rápidamente entendieron que algo más estaba sucediendo cuando el nombre de Harry salió en la conversación, no indagaron más sin embargo.
Pero la despedida más difícil de enfrentar fue la de su princesa Emily, la niña había llorado y se había aferrado a él pidiéndole que no se fuera, le tomó demasiado tiempo calmarse y entender que extrañaba a los suyos, pero finalmente lo hizo cuando le aseguró que nunca dejaría de estar en contacto con ella, que la llamaría, que harían videos llamadas seguidas y que incluso la visitaría en algún momento. Abrazarla y besar su cabecita fue lo último que hizo antes de alejarse y consumirse en su propia miseria.
Ahora estaba ahí, en la habitación de la casa de sus abuelos con una hoja y un lápiz en mano intentando plasmar en palabras todo lo que sentía, toda la verdad que albergaba su corazón roto. Si no tenía la fuerza para despedirse personalmente del hombre que amaba y que no había visto en días, entonces al menos quería ser sincero con él por medio de una carta.
Con lágrimas en los ojos lentamente comenzó a escribir.
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Con lágrimas cayendo por su rostro metió el papel dentro de un sobre para luego acurrucarse bajo las frazadas en su intento de reprimir el sonido de sus sollozos. Todo dolía y se preguntó cuánto tiempo más lo haría.
***
El día de abandonar Londres finalmente había llegado, Louis miraba el cielo pintado de gris con tristeza, el cielo parecía haberse conectado con sus propios sentimientos, ambos iguales de deprimentes.
"Intenta no demorarte mucho, si? recuerda que aún tenemos que llegar al aeropuerto". Su mama le recordó desde el asiento trasero del vehículo.
"Lo sé, no lo haré, solo le entregaré algo a Lina y regresaré". Respondió antes de quitarse el collar que lo había acompañado toda una vida, lo sostuvo entre sus manos y pasó sus dedos por el lentamente, había puesto todas sus ilusiones en ese collar, cada vez que había estado pasando por un momento mental difícil se había aferrado a ese silbato, a la idea de que en algún momento aparecería el hombre que lo llenaría de calidez, de felicidad, que lo amaría incondicionalmente. Pero todas esas esperanzas terminaron deslizándose por sus dedos en un simple segundo.