ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ

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El día continuó bastante bien. Y lo que yo consideraba como "bastante bien" significaba que Jungkook no me daba órdenes sin sentido. Y por si fuera poco, estaba realmente agradable.

No decía nada como: "YoonGi, deja de mover tu pie." o "¿Cuántas veces te he dicho que no pongas los post-it en mi escritorio?".

¡Otra cosa, que iluminó mi día fue el hecho de que pude conducir a casa! Mi brillante BMW azul estaba estacionado junto al Mercedes negro de Jungkook. Apagué la alarma y reí cuando sonó.

—¡Oh, Jeremy. Te extrañé tanto! —exclamé eufórico, mirando con detenimiento el auto.

—¿Jeremy? —preguntó Jungkook, yo lo miré y él estaba a punto de entrar en su auto. Le sonreí y di unas palmaditas en el capó de mi auto.

—Este es Jeremy. Lo nombré en honor al personaje de Lee Hongki en Your're beautiful. ¡Es que era tan lindo! —mi felicidad en este momento no tiene límites; y sí, soy un fanboy y estoy orgulloso de ello.

—Ah —escuché a Jungkook musitar—, así que ese es tu tipo.

Antes de que pudiera decir algo, él ya se encontraba acelerando su auto para después alejarse de mi trayecto. Me encongí de hombros y me metí en mi propio auto. Nunca dije que Hongki era mi tipo, sólo me parecía tierno.

«¡Tal vez él desea ser tu tipo! ¡Le gustas!» Solté un bufido y negué rotundamente. Mi yo interior estaba loco. No le podía gustar al señorito tenso y acartonado.

Sonreí y encendí mi auto. Tan pronto como partí, subí el volumen de la radio. Salí del estacionamiento a la calle llena de tráfico.

—¡Libertad! ¡Adiós, transporte público!

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Cuando llegué a casa, no estaba sorprendido al ver que Jungkook no estaba. Me encogí de hombros y comencé el proceso de quitarme la ropa. Había bajado mis pantalones cuando mi teléfono sonó. Miré el identificador de llamadas, pero no reconocí el número.
—Hola? —contesté, a final de cuentas.

Hola, ¿YoonGi? —y entonces esa voz se me hizo conocida.

—Sí, lo soy. Y creo que eres NamJoon. —como repuesta recibí una risa suave que hizo que mis dedos se doblaran del placer.

Eres muy bueno con las voces. ¿Cómo estás, YoonGi? —al escucharlo, estoy de maravilla.

—Genial. ¿Cómo estás tú?

Estoy bien. Un poco mejor ahora que tengo la oportunidad de escuchar tu voz.

Oh, vaya.
—Así que... ¿a qué debo esta llamada? —cuestioné sin rodeos.

Bueno, no he hablado contigo desde ese día en la tienda de comestibles y cuando no me llamaste, me empecé a sentir un poco rechazado.

—Oh, no quise hacer eso. El trabajo me tiene totalmente atado, hasta el punto de que incluso viene a casa conmigo. —literalmente.

Entiendo completamente eso. —su voz me trasmitía tranquilidad— Por casualidad, ¿estás libre esta tarde?

—Libre como un pájaro. —exclamé— ¿Qué tienes en mente?

Cena, y posiblemente un poco de postre.

—Eso suena increíble —dije tratando de mantenerme al margen de la tranquilidad—. Son las cinco ahora, ¿puedes venir a recogerme en veinte minutos?

Bastante razonable. ¿Todavía vives donde los hacías cuando estabas en la Universidad? —verificamos mi dirección y él colgó primero.

—¡Tengo una cita! —grité a pulmón, manteniendo mi sonrisa de oreja a oreja. Esto es como si hoy me hubiera ganado la lotería.

Dᴇᴠɪʟ Bᴏss ; 국기 [KookGi] ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora