Capítulo 2. Torneo de golf

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POV Calle

Me encontraba saliendo de una prestigiosa junta de negocios, donde mi padre había salido mucho antes que yo.

Su emergencia parecía importarle más que yo y la propia integridad de su hija en medio de esa calle nocturna y peligrosa, pero ya era bastante normal sentirme insuficiente y menos querida para él, contrario a lo que significaba mi hermana la mayor en su vida.

Mi hermana, con la que no podía tener una conversación sana por una vez en la vida.

Tal era el caso que al salir de dicho lugar tenebroso metida en mis pensamientos de frustración por no saber que responder, ni como ganarle a mi hermana dicha pelea telefónica tan estúpida como siempre, pasé junto a un par de autos y camionetas sin mirar a mi alrededor.

Saqué aún sin mirar nada las llaves de dicho auto recién adquirido por la agencia y antes de poder quitar la alarma y los seguros, algo duro, de metal me sacó de mis pensamientos y de mi celular.

Mi cuerpo se tensó, comencé a temblar del miedo a ser robada por primera vez en mi vida.

Con un movimiento torpe intenté apretar los botones de dicho auto lujoso, pero más fue mi torpeza que dicha persona encapuchada con aquel hoodie negro giró mi cuerpo hacia él o ella, unos ojos verdosos intervinieron en mi camino paralizándome aun más por la profundidad con la que me miraban.

Esos ojos me habían hipnotizado, me habían paralizado por una extraña conexión que sentía.

El asaltante parecía nervioso, su cuerpo temblaba como el de un chihuahua, al igual que su pequeño tamaño que no ayudaba para lo que estaba haciendo.

Mi único instinto fue soltar el celular de mis manos esperando a que lo recogiera del suelo, tomara las llaves de mi auto y se llevara lo de mi bolso, pero para mi sorpresa y por el nerviosismo de ambas, lo único que tomó en un movimiento rápido fue el anillo de compromiso que adornaba mi dedo anular desde hace apenas dos semanas.

La joya más valiosa y más preciada para mi sentimentalmente hablando.

Intenté gritar, intenté suplicar que no se lo llevara, pero fue inútil, las palabras no salieron de mi boca.

El asaltante salió de mi vista corriendo y perdiéndose en medio de la oscuridad dejándome ahí parada, sola y con el corazón latiendo al mil por hora. Mi celular había quedado destrozado de la pantalla y todo lo demás había quedado intacto.

¿Por qué solo se había llevado mi anillo de compromiso y no otra cosa más valiosa monetariamente hablando?

Esas eran las dudas que comenzaban a atormentar mi cabeza. No había terminado mi pelea con Juliana, mi estúpido auto no reaccionaba gracias a los mil botones presionados en mi ataque de pánico y lo más importante, no sabia como contarle a Arturo, mi prometido sobre dicho robo.

Aunque lo más importante iba a ser mi integridad personal, mi seguridad y en todo caso, él podía comprarme otro anillo igual o parecido.

O eso era lo que mi ingenua cabeza pensaba...

~~~

Mi vida había cambiado tanto desde aquella noche del asalto, tanto era así que en tan solo un segundo me había quedado sin prometido y por lo consiguiente, sin esposo.

Arturo...

Ese gran hombre del que me había enamorado desde hace más de dos años, con el que llevaba una vida más que perfecta, llena de lujos, de fama entre los grupos de empresarios, revistas, entre otros medios más. Claro, sumado a la gran reputación y renombre del apellido Calle, un apellido que había llegado al primer lugar de los rangos de mayor prestigio a nivel de empresas.

LIMERENCIA.  (CALLE Y POCHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora