𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗰𝗶𝗼 ─❛ 𝐋𝐚𝐧𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐬𝐞𝐠𝐚𝐰𝐚.

─ ☁︎·̩͙𝗵𝗲𝗮𝗹𝘁𝗵𝘆 ﹅⁺˖

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─ Langa, háblame bien.

─ Dios, cállate, no sé ni porqué contesté.

─ Ajá, ya contestaste, ahora hab–

─ No quiero hablar contigo, me voy con Reki, él si me apo–

─ ¡Cállate! ─ Desde la otra línea, se escuchó la voz de Miya. Cherry volteó preocupado a verlo, Miya estaba cubriendo sus orejas y miraba al suelo. ─ ¡Dile que se calle!¡No vuelvas a hablar de él! ─

─  Miya.. Uhm, adiós Langa, piensa bien lo que haces, sólo te cuidamos. ─ Colgó.

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─ Se acurrucó en el pecho de su novio, intentando olvidar lo que había pasado en la mañana en aquella llamada con Cherry. No sabía porqué había contestado, sólo lo hizo por instinto, nada más. Cerró sus ojos, enfocándose en la tierna y delicada manera en la que el pelirrojo pasaba el cepillo su cabello, separándolo en secciones y empezando a trenzarlo. Reki solía hacerlo con sus hermanas menores, que le pedían que las peinara. Tomó una de las pequeñas liguitas que tenía para terminar una de las trenzas, atando la parte sobrante para que no se desarmara. Repitió el mismo procedimiento del otro lado y unió ambas trenzas, formando una media cola con éstas.

─ ¡Tada!¿Te gusta? ─ Preguntó, tomando su celular para abrir la cámara y mostrarle a Langa cómo le había quedado. El sólo mostró una pequeña sonrisa y asintió, dándose la vuelta para poder quedar frente a frente con su pareja, dejando un corto y tierno beso sobre sus labios.

─ Te quedó muy lindo, amor.. ─ Volteó la silla en la cual se encontraba para una mayor comodidad. Abrió un poco sus piernas y miró al pelirrojo, dando unas palmaditas en el ligar libre que se encontraba entre él para que se sentara en éste. ─ Ven, ven.. ─

─ Reki asintió, levantándose de donde estaba para ir y sentarse en donde le pedía, recostando su espalda en el pecho de Langa y dejando que lo abrazara. Tomó la mano del canadiense, extendiéndola frente a él y empezando a acariciarla, viendo lo blanca y delgada que era, aparte de tener unos dedos largos, los cuales entrelazó con los suyos.

─ ¿Pasó algo? Estás algo desanimado.. ─ Levantó su mirada hacia Langa, utilizando su mano libre para colocarla sobre la mejilla del nombrado y acariciarla lentamente, aun que veía que no tenía muchas ganas de hablar del tema.

─ No es nada, no te preocupes, ¿Si?.. Mejor vamos a dar una vuelta por el río con Sam? ─ Intentó cambiar de tema, escondiendo su rostro en la espada de Reki para que no lo viera.

─ Uh..  Está bien, supongo, deja que voy a ponerle la correa a Sam y ya vuelvo. ─ Langa asintió con su cabeza, soltando a su pareja para que pusiera ir a buscar al cachorro, al cual no fue tan difícil ya que con sólo decir "paseo" el canino se presentaba.

─ Unos pocos minutos más y ya se encontraban fuera de la casa, dirigiéndose tranquilamente al camino apedreado que estaba en el río, deteniéndose de vez en cuanto cuando el cachorro se quedaba explorando alguna zona en particular. Iban con las manos tomadas, al menos hasta que llegaron al camino, ya que Sam salió disparado en dirección al río, llevándose a Reki con él y haciendo que la pareja soltara sus manos. 

─ Con algo de dificultad, el pelirrojo logró parar al cachorro, sacándole la correa antes de que se metiera al río con ésta. Dejaron el objeto dentro de una mochila que habían traído con abrigos dentro por si se quedaban hasta tarde y comenzaba a refrescar. Se sentaron en el césped que estaba alrededor del río, viendo como el cachorro jugaba dentro de éste y de vez en cuando salía para ir a pedirles que le tiren una de las muchas ramas que habían.

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─ Unas horas más tardes, decidieron devolverse a casa porque ya estaba anocheciendo y la temperatura empezaba a disminuir. Se colocaron los abrigos que habían llevado y le colocaron la correa al canino, para así partir su camino hacia su vivienda, donde tendrían que bañar a Sam ya que se había revolcado en el césped y se encontraba lleno de éste y de tierra.

─ Llegaron a la casa, encerrando al perro en la sala para que no mojara nada. Se fueron a cambiar lo más rápido que podían para no dejar sólo al canino. Una vez ya listos, Langa se ocupó de distraer al cachorro mientras que Reki preparaba la tina con agua tibia y buscaba el shampoo de Sam.

─ Con todo listo, pusieron trabajo ambos para llevar al gran perro al baño y meterlo a la tina, si bien era un cachorro, gracias a su raza era más grande. Cerraron la puerta del lugar para que no escapara si lo lograba hacer. Apenas se mojó un poco y empezó a sacudirse, y quien sufrió las consecuencias terminó siendo Langa, ya que su pareja se encontraba detrás suya.

─ ¡Sam! ─ Se quejó, secando con su antebrazo las gotas de agua que tenía en su rostro. Volteó su vista rápidamente al escuchar la risa de Reki sobre su nuca. ─ No es gracioso ─ Hizo un berrinche cual niño pequeño, cruzándose de brazos y volviendo su mirada al frente, evitando ver al pelirrojo.

─ Ya.. No te enojes, ¿Si? ─ Aguantó su risa y abrazó al canadiense, intentando llamar su atención para que no lo ignorara. ─ ¡Ven aquí! ─ Al final se tiró encima suyo, haciéndolo caer al suelo con él encima. Se acomodó lo más rápido que pudo sobre su regazo, colocando sus piernas a los costados de Langa, evitando que escapara. ─ Dame bola, dame bola, dame bola. ─ Lo tomó por los hombros, sacudiéndolo levemente. 

─ Ya.. Bueno. ─ Dejó ver sus mejillas en un tono carmín, dándole una adorable vista a su pareja. Al darse cuenta de la calentura en su rostro, se cubrió éste con ambas manos. ─ No me mires.. ─ Volvió a escuchar ésa risa, cual el dueño de ésta era quien en ése momento ya se había tirado sobre su pecho, intentando ver debajo las manos de langa.

─ Vamos.. Ya te eh visto rojito muchas veces. ─ Rendido, se dejó descansar sobre el hombro de Langa, dándose el lujo de repartir algunos besos por su cuello, sabiendo que le gustaba ésos mimos de su parte. De apoco, logró ver que el peliceleste apartaba sus manos de su rostro, dejando ver el sonrojo que tenía por sus mejillas y, ahora que lo notaba, también orejas. ─ Lindo, lindo.. Lindo Langa. ─ Asintió ante su mismo comentario.

─ Langa iba a decir algo, pero no pudo ya que el canino había saltado fuera de la bañera, comenzando a sacudirse nuevamente y ésta vez mojando a ambos.

─ ¡Sam!

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