☁︎·̩͙ ───────────── Langa, vamos, no te puedes quedar acá.
─ No quiero.. Déjenme.
─ ¿No quieres ir a visitar a Reki? Yo me pondría triste si nadie me visitara. Ven, tienes que entender la realidad de alguna u otra manera. ─ Vio cómo negaba, dando unos pocos pasos hacia atrás. ─ Si no vienes te llevo a la fuerza. ─
─ Ya, ya, ya.. Ahí voy. ─ Dijo de mala gana, empezando a caminar hacia su habitación. Sólo buscaría un calzado y abrigo. Mientras ataba sus cordones, volteó a ver su mesita de luz donde tenía un libro, al cual le sobresalía una hoja escrita. Tomó el papel y empezó a leerlo, maldiciéndose por haberse olvidado de esconderlo. Ése guión no lo debería ver nadie más, así que se apresuró en esconderlo en uno de sus cajones, bajo todas las cosas que tenía.
─ Langa. ─ Dio un salto en su lugar ante el susto que le había provocado su madre, quien estaba reposada en el umbral de la puerta, viendo fijamente hacia él. ─ Me puse a pensar y llegué a la conclusión de que vayas sólo con tus amigos. Yo me quedo acá, limpiando la casa. ─ Era algo simple, nada del otro mundo ni tampoco raro para él, pero sabía que su madre tenía algo planeado. Se palideció más si es que éso era posible, recordando la vez en que su madre lo vio escribiendo en el guión y ahora mismo, que lo estaba viendo guardar un papel en su cajón. No le podía negar nada si no quería verse más sospechoso de lo que ya era, así que con todos sus nervios decidió aceptar lo que su madre decía y salir de su habitación junto a ella. ─ Espera ahí en la puerta, de seguro no tardan tanto en llegar. ─
─ Está bien.. ─ Salió de la casa mientras acomodaba su abrigo, empezando a pensar cómo actuaría frente a los demás teniendo en cuenta su comportamiento con ellos anteriormente. Volvió a la realidad al ver que el carro de Shadow se estacionaba en frente suyo. Lo mejor sería solamente entrar y no hablar.
─ Hola.. ─ Saludó Miya, manteniendo su mirada fija en el canadiense. Intentó mantenerse en el medio todo el tiempo, sin dejar que el pálido tuviera interacción con los adultos. La última vez había recibido una cachetada cuando mencionó la muerte de Reki, ésto claramente enojó a Cherry, quien se estaba aguantando de no tirarse sobre el chico. Después de todo, Langa los había tratado mal a todos.
── Shadow no esperó y empezó a conducir hacia el cementerio, no queriendo darle importancia al ambiente tenso que se formaba dentro del carro. Decidió colocar música, logrando que el ambiente se calmara un poco.
─ Hemos llegado.. ─ Apagó la música y abrió su puerta, saliendo del auto y esperando a los demás. Una vez abajo todo el grupo de amigos, caminaron hacia la tumba de Reki. Langa solo seguía a los demás, nunca había estado en ése lugar, ni siquiera en el funeral del pelirrojo.
── Ver tantas tumbas y saber que su Reki estaría en una de ellas lo aterraba, sintiendo sus piernas con menos fuerza y su respiración entre cortada.
─ Llegamos.. ─ Se escuchó del peliverde, quién ya estaba agachado junto a la tumba y dejaba un ramo de flores sobre ésta. Miya se agachó de igual manera, terminando de sentarse y pasando la yema de su dedo índice por encima de la tierra, dejando sus lágrimas correr por sus mejillas. Nunca te acostumbras a que tu mejor amigo esté bajo tierra, sin pulso.
─ Lo extraño.. ─ Dijo en un susurro, abrazando la pierna de Cherry, quién se había parado a su lado y dejaba caricias en su cabello. Miya tenía catorce, era un niño de secundaria, no tenía porqué vivir aquello. El pelirosa sólo lo consolaba, dejando que se apegara más a él. ─ Si yo no hubiera ido tan rápido.. Seguramente ésto no hubiera pasado.. ─ Lloriqueo, ocultando su rostro lloroso en el muslo del adulto.
─ Si tú no hubieras ido más rápido, seguramente hubieras muerto.. ─
─ Hubiera preferido éso.. ─
─ No vuelvas a decir éso, Miya. ─ Regañó Shadow, acercándose al pelinegro.
─ Oigan.. ¿Y Langa? ─ Rápidamente levantaron su cabeza, buscando al canadiense con su mirada. Muy tarde, Langa ya se había ido.
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─ Éso no es verdad, éso no es verdad, éso no es verdad, no lo es.. ─ Repetía en voz alta el canadiense, cubriendo sus oídos y dejándose caer, apoyándose en un árbol mientras se colocaba en posición fetal. En ése momento solo deseaba volver a casa, meterse en su cama y volver a aquella realidad. Junto a su amado.
── Tal y como quiso, empezó a caminar hacia su hogar. Le iba preguntando a personas que se cruzara dónde quedaba cierto lugar, después de todo, no sabía exactamente cómo volver. Terminó usando su celular para poder llegar tranquilamente.
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── Llegó a su casa sin dar aviso alguno de su presencia, sólo se dirigió a su habitación silenciosamente, encerrandose en ésta. Ahí fué cuando recordó. Sus hojas.
── Corrió hacia los cajones, buscando aquellos papeles. No estaban, su madre se los había llevado y había hecho quien sabe qué con ellos. Desesperado, se dirigió hacia la habitación de su madre, queriendo reclamarle. Ella no estaba.
─ ¡Mierda! ─ Dió una patada a la puerta, sintiendo su cabeza doler. Estaba apunto de gritar hasta que escuchó una voz conocida. "¡Langa!¡Amor, ayuda!" Rápidamente comenzó a buscar al pelirrojo por toda la casa.
── Paró al ver que una silueta se escondía en la cocina. Aquellos cabellos despeinados y rojizos delataban quién era. Correteó detrás de él, logrando ver a su novio, quién lo miraba con una amplia sonrisa y sus brazos extendidos, esperando un abrazo del canadiense. No lo pensó dos veces y saltó a abrazarlo, cayendo en el frío suelo, sin nadie que lo sostenga. Levantó la mirada, buscando con ésta a Reki de forma desesperada, pero era imposible. Su novio ya no se encontraba.
── En cualquier momento enloqueceria.
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𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗰𝗶𝗼 ─❛ 𝐋𝐚𝐧𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐬𝐞𝐠𝐚𝐰𝐚.
Fanfiction─ 𝖫𝖺𝗇𝗀𝖺, 𝗌𝗂𝗆𝗉𝗅𝖾𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾, 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝖾 𝖾𝗌𝖼𝖺𝗉𝖺𝗋 𝖽𝖾𝗅 𝗺𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗿𝗲𝗮𝗹. ──────────── 𝗟𝗮𝗻𝗴𝗮 𝘅 𝗥𝗲𝗸𝗶. ❛ 𝗮𝗹𝗲𝗿𝘁𝗮: • 𝗋𝖾𝗅𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇 𝗍𝗈́𝗑𝗂𝖼𝖺. • 𝗈𝖻𝗌𝖾𝗌𝗂𝗈́𝗇. • 𝗆𝖺𝗇𝗂𝗉𝗎𝗅𝖺𝖼𝗂𝗈́𝗇. • 𝖺𝖻𝗎𝗌𝗈 𝖽�...