𝙲𝚘𝚜𝚊 𝙽𝚘𝚜𝚝𝚛𝚊

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En el momento que se identificó el caso como un asesinato de la mafia genovesa se supo que la investigación terminaría en un callejón sin salida. Sin huellas dactilares, dentadura, huella de pisadas u otra pista que llevara a la identidad de los asaltantes o la víctima, muy poco se podía hacer.

－Esos cabrones nos llevan la delantera todo el puto tiempo – Natasha se tiro sobre el desgastado asiento de cuero. Este debía de llevar un par de décadas en la oficina de homicidio, la rajadura en el centro superior del espaldar se hacía notar con creces －Me siento como una ignorante cada vez que los Genovese hacen algún movimiento －replica la rubia recogiendo sus cabellos largos rubios en un moño alto y despeinado. La mujer era parte del grupo de detectives de TaeHyung. Llevaba cinco años trabajando en el departamento y tenía cierta manía por la mafia; lo más probable era que dentro de algunos años terminara en el FBI.

－ Si, casi vomito mis entrañas cuando vi el cuerpo –replica Philip; quien, sin embargo,  tenía unos muchos más años encima, llegando a los cuarenta y cinco muy pronto; y con cierto índice de obesidad demostrado con la barriga prominente que resaltaba por encima del cinturón. Por si fuera poco en su mano llevaba una dona glaseada que comía con ganas. Al parecer el analista de perfiles se sentía cómodo llevando algo a su boca luego de una atroz escena; seguro había visto cosas peores.

－Yo lo que me pregunto es ¿cómo no te han diagnosticado con hipertensión? – TaeHyung hablo con el ceño fruncido, mordiendo la punta de un bolígrafo, manía que tenía cuando la ansiedad le atacaba.

－¡Respétame niño! Serás quien nos lideré pero mi experiencia te gana por mucho –los ojos claros de Jimin subieron hacia la comisura del mayor, manchada de azúcar. Los movimientos de su boca con el resto de comida, aun sin ingerir, moviéndose en su lengua, hizo que el asco llegara de nuevo. Rápido sujeto el cubo de basura más cercano y volvió a vomitar. La tensión no es nada buena para su estómago débil.

－¡Mira Philip, hiciste vomitar a Jimin de nuevo! Traga antes de hablar hombre –la voz contrariada y suave de Seok Jin llego a sus oídos junto a el cierre de la puerta de su despacho. Una de sus manos se posó sobre su espalda presionándola en movimientos verticales – Suéltalo todo Jimin.

－Señor – TaeHyung hablo a su superior con todo el respeto que el ajeno se merecía －¿Cómo lidiamos con este caso?

Jimin levanto la cabeza medio ido, frunciendo el ceño ante el asqueroso olor que desprendía el cubo sobre sus piernas. Natasha se lo quito de las manos y siguió caminando disgustada por el pasillo, seguro a lavarlo. Una toallita húmeda se colocó frente a su rostro y enseguida la tomo agradeciendo con la mirada a TaeHyung. El suspiro resignado de Jin provoco que volteara a verlo, sus ojos entrecerrados no eran una buena señal.

－Bueno, aunque ya tengamos las respuestas, analicemos lo que hay hasta ahora.－ dice parándose frente al tablero con las fotos del asesinato reciente — Sabemos que no fue asesinado en el lugar dado a que no encontramos manchas de sangre al rededor del cuerpo.

En ese minuto aparece Christian. Sus ojos agotados, aun siendo tan temprano, dejaba claro que no tenía nada －Nadie vio nada. Las cámaras de seguridad fueron evitadas, lo que indica que es el trabajo de un profesional. ¡Joder! No había auto alguno a los alrededores, por lo que no podemos comprobar las “black box” tampoco－gruño frustrado, lanzando las fotos del caso a la mesa de TaeHyung.

－ Ya sabemos que es así como actúa la familia Genovese－ alega Natasha.

－También el forense dijo que necesitaba unos días, pero por el nivel de descomposición del cuerpo lleva mínimo un día muerto. －  comenta TaeHyung con el lápiz aun en la boca.－¿Han sacado huellas de la escritura? – pregunto.