My Ghost Academia (BNHA x G.Academy)

Exploración

Primer día y ya se había inmerso en una pelea con un compañero. No se agredieron físicamente gracias a la intervención oportuna de Delta y Kirishima, pero iban con toda la intención.

Les tocó soportar un leve regaño de parte de algunos funcionarios de la U.A , incluyendo claro al maestro Aizawa, un hombre con cara de insomnio crónico y un claro problema para usar colores en su atuendo.

—¡Ni siquiera le pegué! —se quejó Nova con Delta, que caminaba distraída.

—Oye, anímate. El castigo es pequeño en comparación con el lío que armaste en el comedor. Solo hay que sacar la basura de todas las habitaciones de la U.A ¿qué clase de castigo tan suave es ese?

—No me quejo por el castigo. Estoy molesta de que Bakugou trate mal a todos aquí y a nadie le importe…¿ves como trata a su amigo? —Delta no le respondió, pues estaba enfocada en alguien que caminaba por el pasillo— ¡Contesta cuando te hablo, niña!

—Eh, sí. Oye has sentido esa presencia extraña…como cuando hay un telepata cerca.

—¿Se debe a la firma psionica de Midoriya?

—No. Es diferente, además Izuku está en otro lugar ahora. Me refiero a que siento algo como un telepata ¿crees que haya alguno? ¿Quizás otro enviado por Telus?

—Nah, no lo creo. Mejor vamos a sacar basura pronto. No quiero quedarme aquí toda la tarde. —refunfuñó Nova— Quería empezar por la bodega en la que guardan las colchonetas y mancuernas. Se ve demasiado sucia.

—Te ayudaré con eso. Tu puedes ir a otro salón a limpiar.

—Bien. Iré por la sala de la clase 2-B entonces. Está desocupada.

Delta caminó hacia la bodega, cargando la escoba y tarareando una vieja canción que su madre solía cantar en su antigua casa. Limpió el suelo y quitó el polvo del mobiliario. Los azulejos brillaban de limpios y también las colchonetas ya sin polvo. Creyó haber terminado de limpiar, solo faltaba la bolsa de la basura que había conseguido en su jornada de limpieza.

Iba a recogerla cuando su instinto le indicó la presencia de alguien. Levanto la mirada hacia la puerta en la que entró un chico parecido al profesor que les enseñaba a la clase 1-A, pero quince años más joven, con el cabello morado y muy desordenado.

—Vine por una colchoneta. —habló él con una voz profunda y ronca.

Tenía un aspecto misterioso que no daba una buena impresión al primero que lo viera. A Delta está actitud le parecía familiar. La mayoría de los cadetes en  su academia  anterior eran de comportamiento frío y sistemático, era algo natural.

—Eh, claro. Las acabo de limpiar. Traeré una enseguida. —corrió hacia la estantería de las colchonetas.

Había algo raro en él. Sospechoso quizás. Quiso averiguar más, sacando una de sus más viejas y desagradables costumbres: atraco mental. Algo sencillo con una persona normal. Es por eso que Delta comenzó a desesperarse cuando por más que intentaba indagar en la mente del extraño no pudo sacar nada. Es más, parecía que su telepatía rebosaba y le mostraba fragmentos de sus propios pensamientos.

¿Barreras mentales? Un civil podría ser brevemente entrenado para resistir lecturas mentales o incluso ataques telepáticos. Ella sabía eso, pero le pareció inusual que alguien aquí recibiera dicho entrenamiento. Pero ella no vio nada, ni una muestra débil de un pensamiento o memoria, ni siquiera programada. El tipo debía ser un genio en crear muros mentales como para resistir su telepatía.

—¿Pasa algo? —preguntó el chico, que se percató del comportamiento extraño de Emblock.

—Todo bien.