Cap 10

3.3K 137 9
                                    

[Zabdiel]

Estaba esperando a Camila en el restaurante que habíamos quedado, estoy pensado en como voy a terminar con ella, no quiero hacerla sufrir ya ha tenido bastante con mi indiferencia y que no quiera estar con ella en la intimidad pero no puedo seguir ilusionándola ni engañándola con un amor que dejé de sentir hace mucho tiempo.

Enfrentaría a mis padres de una vez por todas porque no puedo dejar que sigan metiéndose en mi vida y querer manipularme. Vi venir a Camila, se veía muy hermosa con ese vestido, recuerdo la vez que lo compramos. No puedo negar que es una mujer hermosa porque lo es, pero al verla así vestida no me provocó nada como al principio hubiese pasado. Me puse de pie para recibirla.

—Hola mi amor—se acercó a mi para darme un beso en los labios pero corrí mi rostro para que me lo diera en la mejilla

—Siéntate por favor—le abrí la silla para que sentara y eso hizo

—¿Como te ha ido en el trabajo?—sonrió y me senté nuevamente

—Bien—dije un poco seco—tenemos que hablar y es algo muy importante—dije con un semblante más serio y ella asintió—sabes que llevamos dos años de relación—sonrió iba a seguir pero el mesero llegó

—Buenas tardes, ¿ya saben que van a ordenar?—asentimos , miré el menú y pedimos nuestra comida, Camila casi siempre comía lo mismo en este restaurante y por eso pedí por ella. El mesero se retiró dejándonos nuevamente solos

—¿Que me estabas diciendo?—tomó agua de su copa, solté un pequeño suspiro

—Mira tu eres una mujer muy hermosa y no tengo la duda de que muy inteligente, tienes una personalidad muy linda de verdad, tienes unos padres que te adoran y te han dado la vida que te mereces—asintió para que prosiguiera—por esa razón es que te mereces un hombre que te ame y que te respete, que quiera formar una familia contigo y que te de una vida de reina por eso yo quiero decirte—me interrumpió

—Si, acepto—la miré confundido—mi amor, claro que quiero casarme contigo, no tienes que decirme nada más—se puso de pie emocionada y me abrazó

—Espera ¿que?—la separé con cuidado de mi—siéntate nuevamente por favor—hizo lo que le dije y se sentó—yo no he dicho que te vaya a proponer matrimonio—su cara tenía algo de desilusión

—No entiendo, yo pensé que me decías todo esto para proponerme matrimonio, llevamos mucho tiempo juntos y ya es hora de que nos casemos, tus padres y los míos no pondrían problema—dijo un poco triste—entonces ¿que era lo que querías decirme?—su voz se quebró pero de inmediato aclaró su garganta

—Camila créeme que esto es duro de hacer porque no te lo mereces, eres una mujer increíble pero yo ya no te amo y no quiero seguir en una relación contigo—ella me miró desconcertada

—No, no tu estás confundido, yo sé que tu me amas, te acostaste con otra mujer ¿verdad? tranquilo si pasó eso no te preocupes, yo haré como si nada pero yo sé que tu si me amas—sus lagrimas empezaron a caer

—No estas entendiendo, no estoy confundido ya no te amo ni me provocas nada, ¿por qué crees que ya no estoy contigo? no quiero estar más contigo, así que no hagas estas escenas por favor y entiende, hace un año no siento nada por ti—dije un poco estresado, tal vez estoy siendo grosero pero no puedo mentirle más

—Zab no me hagas esto, yo sé que podemos superar esto entre los dos—tomó mis manos y de inmediato las quité- tienes a otra ¿verdad? me estás dejando por una que no tiene un buen nivel social ¿verdad? por una arrastrada, dime ¿es eso?—dijo enojada, pero ¿que le pasa?

—Que no—dije ya molesto y todos voltearon a vernos, mierda, solté un suspiro y me calmé— entiende que ya lo nuestro terminó, no quiero nada que tenga que ver contigo, puedes quedarte con todo, no me interesa nada sólo quiero estar sin ti, lo siento y de verdad lo siento pero no quiero seguir creándote falsas ilusiones ni hacerte creer que te amo, lo siento—dije más calmado, me da un poco de pesar

—No lo entiendes ¿verdad? no puedo estar sin ti, te necesito, te necesito para todo Zabdiel, estabas en todos mis planes a futuro, ¿que voy a hacer sin ti?—habló desesperada mientras lloraba, no sabía que hacer

—No necesitas estar conmigo ni depender de mi, tienes mucho dinero y puedes viajar por todo el mundo si quieres, ni siquiera necesitas trabajar porque tus papás te lo dan todo, así que no necesitas un futuro conmigo y yo no quiero un futuro contigo, ya no—ella lloraba desconsoladamente, todos tenían sus miradas puestas sobre nosotros, no me importa lo que piense la gente de mi

—No y no—sentenció molesta—no me voy a quedar con los brazos cruzados, te recuperaré cueste lo que cueste y haré que te enamores de mi nuevamente, mi futuro depende de ti—rodé mis ojos ya fastidiado—dile a la mujer esa con la que te acuestas que no le dejaré el camino libre—ojalá estuviese esa mujer con la que me acosté, ella se puso de pie molesta y se fue dejándome solo.

Solté un pequeño suspiro de alivio pero a la vez de enojo, no me gusta hacer escenas y mucho menos que se pongan en ese plan de hacer shows. El mesero se acercó con la comida

—Hágame un favor y la comida de la señorita, envíenla a esta dirección—saqué un papel y anoté la dirección de la casa de Camila—aquí tiene—le entregué el papel—y cóbrese su propina—le pasé mi tarjeta—también la mía para llevar—asintió y se retiró.

Saqué mi celular para marcar el número de Chris, no quería almorzar solo.Después de tres tonos contestó

—Hola amigo, ¿qué sucede?—dijo un poco triste

—¿Estás bien?

—Si, es solo que estoy un poco cansado pero cuéntame en que puedo ayudarte

—Quería saber si nos podemos ver pero si estás mal o algo no te preocupes entiendo

—Tranquilo, si quieres puedes venir a mi casa, la verdad no quiero salir para no dejar sola a mi mejor amiga

—Está bien, estaré allá y almorzaré allá porque Camila se fue y no quiero almorzar solo—reí

—No me digas que terminaste con la niña de papi y mami—dijo en un tono burlón

—Cállate

—No puede ser, mis plegarias fueron escuchadas—rio

—Ya voy para allá, te cuento todo en tu casa—reí y colgué

El mesero se acercó nuevamente pero con mi comida lista para llevar

—Aquí tiene señor—me entregó la comida y mi tarjeta

—Muchas gracias—recibí ambas cosas y  me puse de pie—por favor le recomiendo la comida de la señorita y cuando llegue me avisa—asintió y salí del restaurante, Marcos mi chofer me estaba esperando

—¿A su casa señor?—me abrió la puerta del auto

—A la de Christopher por favor—él asintió y subí al auto, ¿es normal que no me sienta mal por Camila? esto es un poco confuso, después de todo herí sus sentimientos pero ella lo hizo más difícil, me causó un poco tristeza verla llorar porque sigue siendo una mujer pero sé que no tendré algún tipo de remordimiento.

AMANTES DE UNA NOCHE |ZABDIEL DE JESÚS Y TÚ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora