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Varios días después Bakugou descansaba acostado con el brazo tapando sus ojos en el sillón con la televisión de fondo solo haciendo ruido, suspiro y aprovecho el momento que tenía para estar solo y relajarse pero termino pensando una y otra vez en lo único que parecía querer pensar. Trato de negarlo de no pensarlo y solo lograba enojarse. Pero ¿A quien iba a engañar? Ese pelinegro lo venía siguiendo con el pasar de las horas, moría de ganas de saber quién era, de volver a verlo y volver a sentirlo.
Sentía que necesitaba esos labios, esos dientes , esa espalda y poder volver a escucharlo pero más necesitaba esa boca.
Presionando a su subconciente recordó lo bien que se sintió cuando ese pelinegro le mordía los labios y ese calor en su cuerpo empezaba a subir.

¿Y si ya tenía pareja? , ¿Y si el pelinegro no quiere saber de él? Eso lo hacía apretar los dientes, en un punto tiene muchísimo sentido, él sabe de su carácter sabe que solo pocas personas lo aguantan y sabe que por eso mismo nunca tuvo una relación seria, siempre fue cosa pasajera o de meses dependiendo la persona pero nunca se había enamorado de verdad, no había querido estar en una relación, las que tuvo fueron porque la otra persona quería volver a verlo hasta que uno de los dos se cansará y ahí terminaba. Nunca sufrió por amor, porque no se permitió querer a alguien sabiendo como iban a terminar las cosas. Entonces no entendía porque lo que fue una noche más, se convirtió en algo que todavía lo acompaña.

El rubio sintió la puerta abrirse y saco el brazo de sus ojos dejando ver a un Midoriya felizmente entrando y con una bolsa en la mano y dos cajas de cartón en la otra.

- ¡Katchan! Traje pizza y cerveza.-levantaba los objetos como si fueran trofeos.- ¿Estabas durmiendo? Perdón- El rubio chasqueo la lengua y se sentó a un costado del sillón mientras el pecoso se acomodo al otro lado y se sacaba la campera.

- Como sea...No dormía igual.-miro para otro lado.

- ¿Seguís pensando en él?.-se saco las zapatillas.

- Lo odio.-apretó los dientes y Midoriya rio.

- Eso no es cierto.-abrió la caja de pizza, tomo una porción y empezó a comer.

- Tampoco lo amo.

- Eso no lo sabes.-sintió como Bakugou lo mataba con la mirada.

- ¡¡¿¿DE QUE PUTO LADO ESTÁS??!!

- ¡¡Cálmate!!.-fue una orden y lo apunto con la porción de pizza.

- ¡¡Estoy calmado!!-respiro lo más profundo que pudo y tiro su cabeza hacia atrás mirando el techo y suspiró.- No amo a una persona por una buena noche de sexo.. nisiquiera sé si fue buena...pero...

- ¿Porque no querés tratar de buscarlo?.-Bakugou rio tomo una lata de cerveza y acaricio el borde mientras miraba un punto muerto en la caja de pizza.

- Hola, disculpa no se quién sos pero me gustó lo que pasó aunque no lo recuerde, vamos a repetirlo pero sin querernos porque soy un asco para querer y mi personalidad es una mierda.- miro a Izuku y este solo fingía enojo, mientras ocultaba las ganas de reír. - ¿Que le diga eso te parece bien?.

- En realidad si.-y empezó a reír.

- Morite.- le saco el dedo del medio. - Voy a olvidarlo en algún momento.-Izuku tomo su lata de cerveza la abrieron al mismo tiempo chocaron sus latas y dieron el primer sorbo mirando la tele.

- Búscalo.

- Que venga. Antes no lo busque y solo apareció.

Ambos sonrieron y dieron por finalizada esa conversación. El resto de la noche se baso en una mala película, comentarios peores, hacer avergonzar a Izuku, gritos, comida chatarra más cerveza, guerra de comida , almohadonazos, bebida en el piso y la mesa y un rubio dormido en el piso y un pecoso dormido en el sillón.

Esa nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora