𝑃𝑖𝑛𝑡𝑜𝑟.

20 2 0
                                    

Manos, manos que tomaban un pincel, que sumergían en pintura y comenzaba la danza de un pintor, danza perfecta.

Todo se movía en armonía, el pincel al pasar por el lienzo hacia un trazo perfecto, todo en esa habitación estaba en armonía, todo se acomodaba a aquel pintor que se sentó a pintar aquella tarde de primavera, mientras una brisa suave entraba por el balcón con las puertas abiertas de par en par. Balcón por el que un perfecto sol entraba y unas cuantas hojas llegaban al piso de este, hojas del árbol que crecía junto a su ventana.

Esta perfección que inspiraba al pintor, danzaba junto al pincel. Pincel que ya ha hecho tantos trazos, tantas bellas pinturas.

La tarde avanzó y al pintor no le paraba la inspiración, inspiración que corría a través de él, quizás fue la briza primaveral que entro esa tarde de por el balcón abierto de par en par o la prefecta iluminación que entraba o el hecho de que las hojas que llegaban al piso del balcón eran tan perfectas como esa tarde... quizás fue que en la otra habitación con solo una puerta y una ventana por donde entraba un pequeño rayo de luz, el hombre atado a la silla había dejado de gritar, luchar y llorar.

En ese momento el pintor supo que todo estaría otra vez en perfecta paz.

                                    Alex63 (18/05/2021)

"Cuentos cortos para una tarde de lluvia" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora