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Minho ; 20 años
Hyunjin ; 18 años

Lee Minho declaró que los celos eran la cosa mas estúpida que conocía, la cosa mas innecesaria en los sentimientos humanos y la cosa mas dolorosa que había experimentado apenas dos semanas después de que aceptara que estaba estúpidamente enamorado del menor.

— Mirarlo así no lo matará, rindete

Minho miró de mala manera a la chica, apartando su mirada del australiano de pecas que besaba al idiota de Hyunjin.

— Felix no te ha hecho nada, ¿Recuerdas? Tú mismo dijiste que no tenías razones para odiarlo

— Pero es que tú no entiendes Ryujin —bufó el castaño frustrado, causando una risita de la chica.— Cuando dije eso yo no sabía que en realidad si tengo razones para odiarlo, por qué el tiene algo que yo no puedo tener

— Suenas estúpidamente infantil, Lee Minho

— ¡Me importa un bledo! —bufó cual niño haciendo rabietas, Ryujin volvió a reir.

El castaño alzó la vista, al otro extremo de aquella fiesta los menores dejaban de comer los labios del otro para comenzar a caminar rumbo a las escaleras de aquella casa entre risas traviesas y miradas cómplices.

Ese tonto dolor en el pecho, ese nudo que se formaba en su garganta cada que el menor hacía algo que le recordaba que tenía a alguien más, que era feliz con alguien más, que él solo era su mejor amigo, y que no tenia oportunidad alguna de hacer que eso cambiara.

Por que en el fondo no quería que eso pasara, por muy doloroso que fuera.

Ya que el amor que le brindaba Hyunjin con su amistad ya era más valioso para él que el de cualquier relación.

Y no planeaba tirar eso a la basura por unos sentimientos egoístas que tarde o temprano desaparecerían.

— Necesitas distraerte —murmuró Ryujin, entregandole una botella de alcohol— Haz estupideces, anda

Minho no la obedeció en ese momento, ni horas o días después. Minho no quería hacer una serie de tonterías gracias a otra tontería.

Pero Minho no contaba con que algo lo terminaría convenciendo.

Un empujón.

— ¡Oye! Idiota...

— ¡Lo siento! Yo...

Minho lo miró aterrado.

— ¿C-christopher?

— ¿Minho?

Aquel chico fue la primera persona en la que se interesó, pero los separaron por miedo a que Christopher fuera a corresponder aquellos sentimientos que el castaño ni siquiera había confesado.

Y seguro no lo habría hecho, pues el chico afirmaba ser hetero, tal y como sus padres rogaban.

O algo así.

— ¿Como van las cosas con Hyunjin?

El castaño se encogió de hombros.

— Él está bien

— ¿Y tú?

Minho lo miró en silencio.

— Deberías decirle

— No, así estoy bien

El rubio resopló.

— Solo dejemos de hablar de mis problemas sentimentales no correspondidos, ¿Sí? —dijo el castaño mientras se sentaba en el regazo del rubio.— Estoy aburrido

Christopher lo miró con diversión antes de atacar sus labios, para poco después recostarlo en aquel sofá mientras se deshacía de su camisa.

No lo malinterpreten, Chris solo era su amigo.

Un amigo común, que sabía sobre su situación sentimental, y que lo aconsejaba para hacer lo que creía mejor.

Solo debemos agregar que tambien era un amigo con el cual se divertía de vez en cuando, sabiendo que el compromiso no era algo capaz de aparecer entre ellos.

¿Amigos con beneficios les llaman? Tal vez.

Pues Minho solo accedía a aquello cuando estaba lo suficientemente frustrado consigo mismo como para aceptar cometer una tontería más en su lista.

Algo obvio pero necesario de aclarar, es que eso sucedía con cada ataque de celos que tenía.

Los celos son una mierda, declaró Minho mil veces.

Y Hyunjin lo comprobó cuando fue a casa de su mayor en un momento inoportuno.

A esos lectores que estában leyendo todo conforme lo subía,  ya duermanse csm que es tarde.

SELFISH FEELINGS ┃𝐇𝐘𝐔𝐍𝐇𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora