Capítulo 14: "Ahora mando yo."

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Soy la chica más responsable del mundo, siempre respetando los días en los que subo capítulo y lo sabéis.

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Vale, eso no se lo cree nadie, ¿cierto?

Pues eso, que disfrutéis el capi♡ y perdonad si no tiene la misma calidad, llevo bastante tiempo sin escribir y tengo que practicar un poco ♥
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Inuyasha sangraba por diferentes partes del cuerpo, Sesshomaru jadeaba por el cansancio, Koga perseguía a Jaken, quien no paraba de huir de él por toda la casa y yo... yo seguía ahí parada. Sin aún saber que hacer.

El peli-plata, con Tessaiga empuñada, corrió hacía Sesshomaru. Él, imitó su acción.

No me gustaba eso, Inuyasha estaba muy gravemente herido y sabía que, si llegaban a colisionar, algo muy malo podría llegar a pasar.

Busqué en la habitación, necesitaba algo que me pudiese ayudar a parar esa situación.

Y para mejorar todo, el tiempo que tenía antes de que chocaran se estaba agotando.

Y entonces lo vi:

Mi arco y mis flechas.

Sobresalían de la parte trasera de un armario, no tardé en cogerlos.

Tenía el arma, ahora solo me quedaba saber que haría con ella, aunque la decisión fue instantánea.

Con una rapidez, de la que yo misma quedé asombrada, me puse en posición de arquera y apunté a mi objetivo.

Si no lo hacía bien las cosas iban a acabar muy mal, eso era demasiada presión sobre mis hombros.

Tardé unos cortos segundos en intentar tranquilizarme, cuando lo hice, la dejé ir. La flecha salió disparada hacía ellos.

Un tiro perfecto.

Retrocedieron a causa del impacto y me miraron.

-Aome, -me llamó Inuyasha. Su voz sonaba aspera y dubitativa. -¿Qué se supone que haces? ¡Estaba a punto de acabar con él!

El peli-blanco tan solo lo ignoró.

-Déjanos. -me ordenó. Si pensaba que le iba a hacer caso estaba muy equivocado.

-No. -me acerqué a Inuyasha. -¿Qué haces aquí? - pregunté señalando el suelo. Aome la dulce no existía en este tipo de situaciones.

-He venido a rescatarte. -cruzó los brazos sobre su pecho.

-¿A rescartarme? -me reí, puse mis brazos en jarra y me volví a poner seria. -te dije que no me buscárais, además... ¿Cómo se supone que me habéis encontrado?

-El olor... a sangre. -me golpeé mentalmente, no entendía como se me podía haber pasado eso por alto.

-Bueno no importa, -comenté.- la situación es esta: tú, -le señale.- te vas a ir, y tú, -esta vez señalé al Lord.- me vas a dejar tranquila.

-Dejar tranquila... ¿¡Qué es lo que le has estado haciendo a Aome?! -Inuyasha gritó preocupado. Me impresionó que aún le quedasen fuerzas para siquiera alzar la voz.

Definitivamente a veces podía resultar muy pesado.

-Siéntate.

Inuyasha cayó al suelo al instante.

-Ahora, vamos a aclarar todo esto.

De las cenizas renació el FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora