La reina de tres

Capítulo Once

Narra Bellatrix

Mientras nos sentamos en el comedor, todo lo que pude fue mirar al hombre de cabello rubio arenoso.

Irradiaba emociones. Culpabilidad, tristeza e ira.

Sin embargo, su rostro no mostraba nada. Como si no mostrara nada o no sintiera nada.

Luego está Elijah, que se siente ansioso, nervioso y celoso.

Cuanto más miro a estos hombres, más me veo a mí misma.

"¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?" Klaus pregunta y bajo mis ojos a mi camisa ensangrentada. Gruñendo, señalo mi camisa.

"Esto pasó cuando rompiste el bol que contenía tu sangre, ¿tienes una camisa extra que pueda tomar prestada o al menos tener ropa de chica?" Pregunté y vi a Elijah sonreírme.

Klaus solo levanta una ceja, "puedes ir a la habitación de Rebekah para agarrar algo de ropa, aunque podría ser algo más vieja". Dijo con una sonrisa.

Entrecierro los ojos antes de ponerme de pie. "Quizás solo saquearé tu ropa". Dije con actitud.

Salgo de la habitación y subo las escaleras. Reviso la primera habitación por la que paso.

Al ver una cama recién hecha y la luz del sol entrando en la habitación, me aseguro de alejarme de la luz del sol antes de ir al armario.

Miro algunas de las prendas y sonrío. Sabiendo que esta era la habitación de su hermana. Tenía muchos vestidos hermosos en su día.

Algunos eran un poco excesivos, pero me di cuenta de que incluso Klaus, después de todos estos años, todavía los conservaba porque sabía que su hermana probablemente guardaba recuerdos en cada uno de ellos.

Sonreí suavemente antes de salir de la habitación y pasar a la siguiente. Sin molestarme en mirar alrededor como si todavía se viera algo igual, me muevo hacia el armario.

Al ver trajes y zapatos de vestir, sonrío sabiendo que esta era la habitación de Elijah. Sonreí tocando cada uno de los trajes. Hubo algunos diferentes.

Me di cuenta de que estaba parado en la puerta mirándome.

Me doy la vuelta y le sonrío al hombre. "No tomaré tus camisas. Solo exploraré." Hablé en voz baja antes de salir, pero me detiene.

Suavemente toma mi mano y me guía hacia su tocador. Saca una camisa blanca con botones para mí.

"Toma..." habló entregándome la camisa. Le sonrío.

Agarro suavemente la tela. Luego escucho un golpe en la puerta de abajo.

Mirando a Elijah, rápidamente me quito la chaqueta y la camisa y él gira la cabeza lejos de mí.

Me abrocho la camisa y solo abrocho tres de ellos. Antes de ponerme la chaqueta de cuero.

Agarrando su mano, sonrío antes de bajar las escaleras tirando de él detrás de mí. Él estaba en silencio como yo.

"Niklaus, ¿quién es?" Preguntó mientras bajábamos los escalones.

Klaus se vuelve y nos sonríe sarcásticamente. "Nuestro amigo Stefan vino de visita". Dijo, pero sus ojos se posaron en nuestras manos y frunció el ceño.

Sin embargo, cuando se acercaron a mis ojos, le di una mirada suave que hizo que el ceño fruncido desapareciera un poco.

"¡Dame la cura Klaus!" Stefan habló tan duro como pudo. Sin embargo, era como un niño pequeño. Tratando de ser duro pero en realidad es un maldito conejito suave.