Capítulo Treinta y Cinco

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Narra Bellatrix

Salté de un lado a otro con un chillido de placer al ver los caballos.

Mi pelo rebota mientras corro.

"¡Cariño, por favor no huyas de mí!" Klaus gritó y vi a Finn reprimiendo una risa.

"¡¡Pero... caballos !!" Le hice un puchero al hombre y me puse de puntillas queriendo acariciar a los caballos. Suspira por mi gran cantidad de energía.

"Lo que sea que Kol te haya hecho, lo mataré personalmente". Murmura y yo frunzo el ceño resoplando y pude ver a Finn mirando a Klaus con los ojos muy abiertos.

Levanto los brazos y Klaus finalmente se dio cuenta de que lo escuché.

"¡No! No bebé, lo siento."

"Es muy tarde."

"¡No, no lo hagas!"

"Ya está en movimiento". Mis brazos casi completamente cruzados. Manos agarrando mis bíceps.  

"¡Ponlo fuera de movimiento!" Empieza a correr y entrecierro los ojos.

Lanzo mis brazos cruzados a mi vientre y él se detiene ante mis palabras.

"Me hiciste enfadar." Dije antes de darme la vuelta y jadear.

"Buen trabajo hermanito

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"Buen trabajo hermanito." Finn dijo antes de adelantarse. Envolvió sus brazos alrededor de mí y resoplé girando mi cabeza accidentalmente o no tan accidentalmente golpeándolo con mi cabello.

"Él simplemente no quiere que le asustes, amor". Susurra en mi oído y saco mi labio inferior y miro a Finn con una mirada de cachorro.

"Por favoreeee." Le digo y dejo que mis manos descansen sobre las suyas y él sonríe.

"Por supuesto mi amor." Susurró y cedió casi de inmediato.

Reboto de felicidad. Klaus se acerca y le doy los ojos entrecerrados y me mira molesto. "Hermano, no tienes ninguna determinación." Dijo y aprieto la nariz negando con la cabeza.

"Quiero decir que no tienes que montar a caballo en absoluto..." murmuró y fruncí el ceño antes de mirar hacia abajo. Mis emociones se apoderan de mí.

Él lo prometió.

Me mira mientras mi labio comienza a temblar y Finn gruñe.

"¡Klaus, déjala ir con los malditos caballos!" Siseó y Klaus me miró antes de abrir los ojos. Rápidamente toma mi cara entre sus manos.

"Shhh amor, lo siento, ¿vale? Vamos a montar a caballo. ¿Sí?" Dijo y sonrío levemente.

Finn agarra una mano y Klaus la otra.

Nos acercamos a los caballos y ellos me dejaron ir ya que de inmediato me acerco el caballo blanco y marrón.

Era una forma de ellos y los veo inclinándose el uno hacia el otro, así que decido escuchar mientras actúo como si no lo fuera.

La reina de tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora