El baile II
El baile transcurrió, para cuando comenzó a oscurecer se prendieron las luces en los enormes candelabros del techo iluminando el centro del salón en el que las personas bailaban como si su vida dependiera de ello, las cortinas se cerraron en un dos por tres y la seda de estas flameaba mientras las doncellas las ataban. La decoración no era del todo nefasta, pero no pude sacar de mi mente que ese candelabro colgado allí podría alimentar por años a una familia o incluso a un aquelarre entero, aunque no ahora, en estos momentos a las brujas el dinero no les sirve de nada, los humanos son crueles, tanto que luego del huracán dejaron de prestarnos servicios, los comerciantes marginaron a las brujas y dejaron de vendernos todo, incluida la comida, así que no, probablemente vender ese candelabro y dar ese dinero a las brujas no ayudaría en lo más mínimo. En fin, todo mi odio a los humanos se resume en la reina Narine.
Aún así ahora estoy pisando su castillo y me he permitido amar a alguien con el mismo apellido y la misma sangre.
Es por ello que he decidido dejar de hacerlo, dejar de amar a Ryle es mi segundo objetivo más importante, el primero es salvar a todas las brujas. Es un objetivo muy ambicioso, lo sé perfectamente, pero estoy dentro. Estoy en el maldito castillo.
—¿En qué piensas? —Ezra estaba junto a mí en la mesa de ponches, casi olvido que él está aquí, su presencia no ha sido del todo desagradable hasta ahora.
—Nada, solo miraba a las personas bailar.— Veo que él espera que agregue algo más, así que lo hago.—Mira a ese sujeto de allí. —Le dije apuntando a ningún sitio en específico. —Es tan torpe. —hace un tiempo no hubiera dicho eso y me estaría sintiendo mal por hacer un comentario así, pero desde que han capturado a las brujas mi mente solo piensa que los humanos no merecen mi lástima. Obviamente mi acompañante no piensa igual, porque se lo ha tomado como un pase para comenzar a criticar.
—Y ese hombre, se mueve con la gracia de una morsa.—asentí y aunque el comentario no me causó risa, fingí que sí y el lo tomó como mi aprobación para seguir hablando así. —Y esa mujer ¡Qué nariz tan puntiaguda! —él esperó a que me largara a reí pero él no lo hizo, es cierto que el es de los más apuestos humanos en el salón, pero me parece que está tomándome el codo y yo solo le di la mano, demasiado confianzudo, debo decir que no me molesta tanto que molesten a los humano, pero que quien lo haga sea un propio humano es algo nuevo. Aún así cómo no respondí, el continuó.—¡Y mira a esa chica, pálida como bruja!
Oh, ¿Qué acaba de decir? ¿Pálida como bruja?
La mirada que le lancé debe haber sido brutal, porque apresuró en corregirse.
—No tengo nada contra las brujas.—dijo rápidamente y yo estoy muda—Me refiero, son geniales, me gustaría tener una, emmmh, ¿Cómo decirlo? —comenzó a tartamudear —amiga, si, amiga bruja, o bueno, algo más. No lo sé.— hizo una pausa y siguió— Incluso si tú fueras una bruja, no tendría problemas porque eres muy bon...—lo interrumpí de golpe.
—'Qué sabes sobre mí?— le pregunté esperando que el tono de desesperación en mi voz no fuera demasiado evidente, sí, yo sabía que el probablemente estaba al tanto de mí, pero si él lo supo ¿Lo saben a caso todos lo guardias?
—Oh, no, no, tranquila, sólo te hemos visto pasear por ahí con el príncipe y debido a tu, eh, llamativo color de piel, supuse que eras una bruja, veo que ya solucionaste tu problema de palidez.— dijo apuntando mi brazo empapado en maquillajes.
—¿Bruja? ¿Pensaste que yo podría ser un bruja?— se lo dije con un tono ofendido, no soy tonta, estoy consciente de que Ryle advirtió a sus guardias a no decir nada sobre mí, pero prefiero no correr el riesgo, eso sin dudas.
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Trono De Brujas ✔️ (EN EDICIÓN)
RomanceCuando la realeza decide mandar a buscar a cada una de las brujas para darles un destino fatal, Thadea decide luchar por sobrevivir sin compañía alguna, jurándose a sí misma odiar por siempre y con toda su alma a cada uno de los miembros de la famil...