Epílogo

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Epílogo

-Amber- ¿En serio teníamos que rodear Espinadragón?- cuestiona recuperando el calor corporal tras atravesar el reino caído.

-Aether- Perdón, pero era el camino más rápido para llegar a los puertos de Liyue jeje, aunque aun no hemos salido de Mondstadt.

-Paimon- Paimon cree que hubiera sido mejor ir con Ganyu y Keqing y luego separarnos en la entrada a los territorios de Liyue- comenta sacando la nieve de su cabeza.

-¿?- ¡Al fin llegan! ¡No saben por cuánto tiempo los estuve esperando!- dice un chico vestido de verde sentando en un roca detrás de ellos.

-Paimon- ¡El bardo de pacotilla! ¿Qué haces aquí?

-Venti- Jeje, los estaba esperando, ya lo dije Paimon.

-Amber- ¿Eh? ¿Cómo llegaste aquí tan rápido?- cuestiona asombrada- ni siquiera te vimos salir de la ciudad.

-Venti- Venía a ofrecer una... pequeña ayuda jeje.

-Aether- ¿Eso quiere decir que tú...?

-Venti- Como lo dije aquel día bajo el árbol sagrado, eres alguien realmente especial jeje, y personas especiales necesitan una pequeña ayuda de vez en cuando, ¿no?- menciona guiñándole un ojo al rubio.

-Amber- No estoy entendiendo nada de esto.

-Venti- Jeje, tú abuelo estaría realmente feliz por ser el alma libres que eres hoy en día, una pena que no siguiera en los Caballeros para ver tu progreso- dice sonriente a una Amber realmente sorprendida de saber de su abuelo.

-Amber- ¡¿Cómo sabes que mi abuelo perteneció a los Caballeros?!

-Venti- Fue el mejor en su puesto en sus mejores días, su búsqueda por redimirse le trajo su mayor tesoro, la actual caballera exploradora de Mondstadt jeje.

Amber estaba estupefacta escuchando como Venti describía a su abuelo, como era posible, fue cuando el bardo sin ningún problema se reveló ante una persona más. Una fuerte corriente de viento la separó a ella de Aether y Paimon dejándola frente a frente con el bardo que empezaba a emitir un aura del color característico del elemento Anemo.

-Amber- E... eres Barbatos...- pronuncia incrédula de ver que aquel bardo borracho y liberal era todo este tiempo el arconte de Mondstadt.

-Venti- Eres un gran ejemplo de libertad de todos los hijos de Mondstadt, ¿no viene mal un poco de ayuda de vez en cuando verdad?

Un arco color esmeralda aparecía frente a la exploradora atónita por todo lo que estaba sucediendo. Venti le pidió tomase el arco, aun sorprendida poco a poco estiró su brazo y tomó el arco, un resplandor se formaba en el mango del arco.

-Venti- La pureza, pensamientos y arrepentimientos de este arco han vuelto a resurgir, su poder ahora te pertenece a ti Amber.

La gran corriente empezó a disiparse volviendo al terreno donde estaban Aether y Paimon esperando sentados en una roca por ambos.

-Venti- Bien, mi trabajo aquí ha terminado- dice sonriente como siempre.

-Aether- Vaya, un arco nuevo- dice asombrado por el brillo de ese arco.

-Venti- Esta bonito ¿no? Jeje.

-Amber- Esperen un momento, ¿por qué actúan con tanta naturalidad?- cuestiona muy extrañada- ¡¿Ya sabías que Venti era Barbatos?!

-Paimon- ¡Ujum! No lo parece ¿verdad?- menciona generando la risa del bardo.

-Venti- Ahora, pediré solo dos cosas, la primera, que esto quedé entre nosotros, ¿esta bien?- le dice sonriente a la exploradora quien asentía positivamente con mucha velocidad sin decir nada- y segundo... ¿tendrán algo de mora que me presten? Jeje...

El rubio solo reía por tal pregunta al igual que el bardo, la hada mostraba su decepción tras pensar que pediría algo más racional y una Amber que aun estaba estupefacta de tener al mismísimo Barbatos y que no fuera como ella hubiera pensado en un principio.

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Inazuma... ¡SORPRENDEME!

Explosión eléctrica (IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora