Días después.
Con varias recomendaciones de parte de Sisifo sobre la cesárea y su tiempo de cicatrización, Kardia abandonó el centro médico del brazo de Dégel quién contento, parloteaba sin cesar. Para sacarla, tuvo que pedir permiso por medio día, más debía pagar esas horas un fin de semana.
Ella lo escuchaba sin interrumpirlo, adoraba el timbre y la belleza de sus palabras cuando se dirigía a su persona y más ahora que eran padres. Antes de irse, pasaron por neonatología donde con lágrimas de felicidad, contemplaron a Camus quién abrió sus ojos cautivando más a sus padres, en especial a su madre que besó la incubadora prometiendo que pronto lo cobijaría en sus brazos.
Manigoldo vivía en las nubes tanto así que en una consulta, ese día en que Kardia fue dada de alta, sin querer escribió Albafika en el recetario de una paciente que extrañada le hizo ver su error. Incómodo, procedió a corregir ante la divertida mujer que le recomendó lo siguiente:
—Escríbale si tanto la extraña.
—No es lo que parece...
Hace apenas unos días que ella le dio su número telefónico, chateaban en sus horas libres, pero de ahí no pasaba Manigoldo. Kardia se burlaba diciéndole que parecía un cervatillo asustado cada vez que su amiga le escribía, si la bicha supiera que le sudaban las manos y tartamudeaba con el celular porque ella era tan correcta en su escritura, lo entendería.
No reparó en la presencia de Sisifo hasta cuando este carraspeó, el castaño era compañero de departamento desde el día en que Sasha lo dejó con su hijo, molesta por indisponerla como madre. La joven no le dejó fácil, le dejó claro que no quería verlo asomar la nariz ni por Aioria que vivía aferrado a su peluche de león, los biberones y su brisa cerca de la ventana. Por supuesto que él apesadumbrado, prometió que sería firme con Aioros que a palabras de Yuzuriha, pasaba triste por no verlo.
—¡Das asco pony!—le espetó ante las ojeras bajo sus ojos—bueno si fuera gay te diría que no eres mi tipo, pero sinceramente, estás pasándolo mal sin ver a tus mocositos.
Para qué negarlo.
Sisifo mordió el labio inferior tembloroso, su temple estaba por derrumbarse luego de haber atendido a una mujer embarazada de seis meses quién entre confidencias, le comentó que deseaba nombrar a su retoño como él.
—Verás—le dijo en tono de confidencia, despertando el interés del galeno—Sasha sale con un muchacho que trabaja en Recursos humanos de este hospital, eso lo supe cuando nació tu hijo menor y tú estabas estresado porque a ella le dio esa preeclampsia que casi la mata...
—Si lo sé—dijo sin un ápice de celos—se llama Tenma y nunca me ha molestado que visite a Sasha. ¿ Por qué el chisme?
Por respuesta, Manigoldo le mostró unas fotos donde el referido y la joven intercambiaban miradas cariñosas, para Sisifo, todo marchaba bien hasta que vio en un video a su segundo hijo en brazos de Tenma quien le hacía juegos.
Todos sabían lo posesivo que podría ser el castaño con sus retoños, no toleraba que nadie más que él y Sasha, jugaran con los infantes. Antes que su celular termine hecho añicos, Manigoldo lo apartó de la mano de su colega quién tenía una venita en su sien a punto de estallar.
—¡ Es lo único que no tolero!
Manigoldo supo que metió las patas por indiscreto. Pobre Tenma, se enfrentaría a la ira de un padre celoso.
—No le sacarás los dientes ¿ No?
Con el entrecejo arrugado, el castaño respondió en tono irónico.

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Prueba de fuego
Fiksi PenggemarUn corazón débil. Un amor pendiendo de un hilo por una enfermedad. Las Parcas amenazan con cortar el hilo de vida y dejarlo huérfano de su cariño y presencia.... Sólo una luz de esperanza podrá salvarla... Un padre que lo detesta e intenta separarlo...