𝐋𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊¹ (Pausada)

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Carta
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Walburga después de aceptar a su nieto en su casa, y enterarse que su hijo, Sirius, fue encarcelado en Azkaban por traición, cosa que era completamente mentira, y ella, su esposo y su hijo menor lo sabían, intentaron hacer todo lo posible por ayudar a Sirius, después de la derrota de Voldemort, el apellido Black fue manchado por los integrantes de su familia, por apoyar a el mago más temido, empezando por Bellatrix Lestrange y su familia política, a su hijo Sirius, creyendo que el era el infiltrado, y bueno también a Regulus, pero el fue salvado por Albus Dumbledore.

Los Black ya no tenían ni voz ni voto, podrán tener riqueza, podrán tener la sangre pura pero eso no les iba a quitar que ya no tenían ese poder, pues los Black eran considerados casi como la realeza en el mundo mágico, ahora era como cualquier familia de magos y brujas.

—Amo Alphard, el desayuno ya está servido.—anuncio Kreacher, el fiel elfo doméstico de la familia Black.

Alphard que todavía seguía en el mundo de los sueños, no escucho nada de lo que Kreacher dijo.

—Amo Alphard, el desayuno ya está servido.—repitió con irritación, Kreacher. No podía no recordar a su amo Sirius de pequeño.—Kreacher va a traer agua, aver así se levanta más rápido.

Y como si fuera lo más peligrosa del mundo, Alphard se levantó de un salto de su cama.

—Que malo Kreacher.—murmuro entre dientes.

—Kreacher no va a estar toda la mañana levantando al amo Alphard.—dijo Kreacher, después de salir del cuarto.

Alphard que ya estaba más despierto que dormido, se paró y se fue a su baño, para que se alistara y se cambiara, después de asearse bajo para desayunar.

—Tanto te demoras Al —comento Hidra con una sonrisa —Kreacher dijo que tenía que amenazarte con tirarte agua en tu cara.

—Buenos días —saludo a sus abuelos y tíos que desayunaba tranquilamente, ellos asintieron y después Alphard se sentó al lado de Hydra —y si, me amenazó.

—Alphard ya come que se va a enfriar —sonrió Walburga con orgullo —además te llegó algo asé una hora.

Al decir eso, Alphard dejo los cubiertos y miro a su abuela con una hermosa sonrisa, pues lo único que esperaba desde que cumplió los once años era su preciada carta de Hogwarts, además que Hidra ya tenía su carta asé unas semanas atrás.

—que bien—exclamo —abuela tenemos que ir ya al Callejón Diagon.

Orión soltó una pequeña risita por aquello y dijo:—Alphard paciencia, primero come y después te damos la carta para que lo leas, ¿está bien?

—Okay.—contesto Alphard, conforme.

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Al terminar de desayunar todos se acomodaron en la sala de estar, para que ahora sí Alphard pueda leer su carta más tranquilo.

—ya abuela, la carta, porfavor. —pidio Alphard con educación.

—Alphard, por favor, la clave del éxito es la paciencia.

—madre ya dale al pobre Alphard, que no está a nada de que se desmaye de la impaciencia.—bromeo Regulus.

Algo que sirvió para que Hidra soltara una pequeña risa.

—esta bien, toma.—y le dio un sobre de color crema de su túnica, que tenía el sello de el escudo de Hogwarts en el medio de la carta.

Alphard lo agarró y lo abrió, con la mirada atenta de todos los presentes, leyéndolo con voz alta.

COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director:
Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore
(Orden de Merlín, primera clase, Gran hechicero, jefe de magos, jefe supremo, confederación internacional de magos.)

Querido Sr: Alphard S. Black

Tenemos el placer de informarle qué ha sido aceptado y dispone de una plaza en el colegio hogwarts de magia y hechicería seguidamente le detallaremos de todo el equipo necesario, por favor la la solamente. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.

Mil cordial:                                                             
Minevra Mcgonagall
Directora adjunta

Al terminar de leer la carta, mira a su abuela con una seriedad sorprendente y dice:

—tenemos que mandar una lechuza antes del 31 de julio.

Al terminar de decir la oración, sonríe y se sienta al costado de Hidra para conversar de Hogwarts.

—Al, se te olvida algo.—informa Orión.—te falta tu lista de útiles.

Alphard solo muro adentro de empaque y en efecto, había otra carta.

—No lo saques, todavía, mañana vamos a ir al Callejón Diagon —informo Regulus —para comprar tus cosas y de Hidra.