𝐋𝐎𝐒 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊¹ (Pausada)

viii

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Amiga de Riddle
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—quedaste como payaso, Draco. —dijo Blaise. —en vez de votar a Potter lo convertiste en el nuevo buscador de Gryffindor.

—¡Ahs! ¡Cállate! —exclamó Draco indignado. —no puedo creer que lo hayan puesto como el nuevo jugador de Quidditch, se supone que los de primer año no podían entrar al equipo.

—hiciste el ridículo. —murmuro Alphard sin mirarlo, estaba leyendo un libro de pociones.

Draco ofendido se fue de la Sala común, pero antes grita, —¡ESTO NO SE QUEDARÁ ASI! ¡ME VÈNGARE! ¡LO JURO, POR TODA MI FORTUNA!

—se lo merece. —mascullo Theo.

(...)

En el gran comedor vieron como Draco se acercaba con Grabbe y Goyle, a la mesa de Gryffindor, más especialmente a Potter y Weasley.

—otra ves va hacer el rediculo.

—no seas malo Al, es nuestro primo... Después de todo.

—primo segundo. —aclaró Black barón.

—sigue siendo nuestro primo.

—por desgracia.

—aquí está mi venganza, que mejor que el tonto de Potter sea encontrado por Filch en la Sala de los trofeos. —comenzó Malfoy, contando su plan. —lo rete a un duelo, Weasley iba a ser su segundo.

—no cantes victoria antes de tiempo. —aconsejó Nicole.

—esto va a ser el definitivo.

—estas loco. —murmura Blaise, riéndose en sus adentros, los primos black solo los ignoraban estando más atentos en platicar algo más interesante como la Astronomía.

(...)

Al día siguiente Draco se esperaba no encontrar a Potter en el gran comedor, se llevó una gran sorpresa ver a un Harry feliz y cansado, eso saco de quiso a Malfoy y a los black y sus amigos una que otra risa de burla.

—que te dije Draco, estás asiendo el ridículo, parála o máncharas tu reputación.

—Black. —siseo Draco, con molestia. —no-te-metas.

—oye Draco, cálmate, Alphard solo te está dando un consejo. —se metió Hidra, en alerta de una pelea, ya que los susodichos estaban parados y mirándose con fiereza. —además, debes ser consiente que en cualquier momento Weasley y Potter te avisarán con el director.

—no me pueden hacer nada, mi padre es miembro del consejo escolar.

—corruptos de mierda. —murmuro Alphard, sorprendiendo a todos. Alphard en si era mucho de maldecir y decir insultos leves, pero no sé atrevía a decir vulgaridades.

—¡Alphard Sirius Black-Wolf! ¡No puedes decir esas cosas delante de nosotras!—exclama Hidra, sorprendida como indignada.

Hidra fue educada por Walburga Black, una señora con elegancia y clase, Hidra había sido criada para ser toda una damita, pero por la intervención de su madre, pudo ser ella misma, una niña educada, amable y con una elegancia natural, la única cosa que estaba de acuerdo con su abuela era de esas palabras horribles –en su opinión– pues le ponían incómoda y eso no ayudaba cuando el, Alphard, con el que para todo el tiempo juntos tiene la boca muy cochina.