-¿Hay otras personas que podrían estar dispuestas a ayudar?- preguntó casi de forma acusatorio, de alguna manera tenia la sospecha que esta niña no era la única con sorpresas.
Otro asentimiento. Debía imaginarlo.
Según Xion, habían muchos que sabían un poco sobre lo que estaba haciendo Ansem y otros dragones que se habían enterado de lo que había hecho con uno de ellos, sin saber los detalles. Los lo suficiente como para enviar una ola de miedo a través de sus súbditos, pero no pudieron hacer nada, en su posición. Con la ayuda de un caballero, podrían llevar al señor ante la justicia. Xion ya había enviado susurros a través de las cocinas sobre las hazañas de Sora y Riku, sin mencionar la verdadera naturaleza de Sora, y estaba dispuesta a ayudarlos a navegar por el castillo y proporcionarles información sobre su funcionamiento interno.
Todavía esperaban a que la oscuridad actuara, pero con la ayuda de Xion, hicieron un trabajo rápido para reunir al puñado de hombres de Ansem, bajo la amenaza del acero y la fuerza bruta que solo los dragones podrían lograr sin esfuerzo, y los aseguraron en celdas donde el chef de castillo Terra, vigilaba. Hasta que solo tres hombres quedaban en el castillo como una amenaza. El propio Ansem, Xigbar y un hombre al que Xion se negó a acercarse, Vexen.
Primero se acercaron a Vexen. El hombre era un alquimista, con su propio conjunto de talleres, donde todavía estaba sentado, velas encendidas en una tenue bruma sobre la mesa. Estaba de espaldas a la puerta abierta, y Riku entró primero, lo más silencioso posible, pero el hombre alto aún giraba en un mechón de cabello largo y rubio, y lo miró fijamente con una mirada gélida.
-Ah, el caballero. ¿Y dónde está su dragón, señor?- Los ojos de Riku se agrandaron y Sora se detuvo en el borde de la puerta. -No te preocupes, no le he contado a Lord Ansem sobre él. Solo querría que lo mataran. Una criatura tan maravillosa, seria un desperdicio.
Los ojos de Vexen se movieron hacia la puerta, como si sintiera a Sora.
-Vamos, muéstrate.
Sora entró en la habitación, con los músculos tensos, y Riku se movió hacia el alquimista. Casi bloqueando por completo la vista del hombre hacia Sora.
Vexen gruñó, y fragmentos de hielo se alzaron entre ellos.
-No crea que puede entrar en mi dominio sin obstáculos. Pero para serlo sincero, no es usted quien me interesa.- Regresó su atención a Sora. -Ansem te tendría muerto con tu cabeza colgada como trofeo sobre su chimenea, pero no yo. Incluso si destruyeras mis experimentos, preferiría que vivieras para estudiarte y ver cada parte de tu cuerpo, como lo hice con tu hermano.
Antes de que Riku pudiera reaccionar, Sora ya había lanzado un ataque.
¡¡TU!!- La habitación retumbó con el gruñido de Sora cuando tiró al hombre al suelo.
Más hielo irregular se había formado ante la orden de Vexen, atrapando a Riku afuera, y a los dos, adentro, donde Vexen sostenía un bisturí afilado en la garganta demasiado humana de Sora.
-Solo quiero verte de cerca, criatura.- Riku comenzó a atacar la barricada helada, incluso mientras Vexen continuaba tranquilamente, presionando el filoso objeto en Sora.- Deshazte de este feo disfraz humano y enséñame esas alas, de seguro son tan hermosas como eran las de él.
El hielo ya se estaba derritiendo con el calor envolvente del cuerpo de Sora cuando soltó otro gruñido y antes de que él hombre pudiera seguir sus provocaciones, las garras del dragón atravesaron el pecho de Vexen. En su último aliento, el bisturí del alquimista cortó la garganta del chico y Riku gritó horrorizado.
-¡¡Sora!!
Los ojos azules se volvieron hacia él, brillando con lágrimas no derramadas, pero Riku estaba más preocupado por la sangre que manaba de su cuello.
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To Slay A Dragons [SoRiku] AU
Fiksi PenggemarSir Riku deambula por el Radiant Kingdom en busca de su próxima misión o aventura. Hay una recompensa por matar a un dragón en el extremo norte del reino, pero lo único que realmente le importa es la emoción. Poco sabe él, no es tan fácil matar a...