Capítulo 5

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Un golpe que retumbó en la puerta me despertó sobresaltada. Me levanté de la cama y fui a abrir. Era Diana y me miraba sorprendida.

-¿Estabais durmiendo todavía?- me preguntó mientras bajó la vista hasta su pequeño reloj de muñeca-¿no querréis llegar ya el segundo día tarde no? Estaba esperandoos en la cafetería para ir a desayunar y me pareció raro que no llegarais.

Entonces miré mi reloj, eran las 9. Ayer llegamos tan cansadas que se nos debió de olvidar poner el despertador.

-¡Mierda!

Encendí la luz rápidamente y desperté a Molly y Noelia. Me di cuenta de que Nicole también se había quedado dormida, así que la desperté también. Me lo agradecieron, nos vestimos rápidamente y cogimos nuestros libros. Aún nos sobraban 15 minutos para ir a clase y teníamos que desayunar. Nicole se despidió de nosotras y nos marchamos. ¿No piensa ir a clase o qué? pensé para mis adentros, en realidad, me daba igual lo que hiciese con su vida, así que me fui con Diana, Noelia y Molly a la cafetería.

Después de desayunar, quedamos en encontrarnos después de las clases en la cafetería, dado que a cada una la tocaba por desgracia en una clase diferente. Me fui a buscar mi clase cuando de repente vibró mi móvil, me había llegado un mensaje. Observé el número y pronto le reconocí, era el mismo número que me había escrito hace unos días.

Hay que madrugar más por las mañanas eh, no se pueden empezar las clases ya llegando tarde.

Lo admito, estaba terriblemente asustada. Primero el otro día en casa y ahora aquí. ¿Cómo ha conseguido mi número? y sobretodo, ¿cómo sabe en todo momento dónde estoy y qué estoy haciendo? ¿me estará siguiendo y estaré en peligro? No tenía ni idea de qué hacer, lo primero en lo que pensé fue en ir a buscar a Diana porque su clase era la más cercana a la mía, pero entonces, llegaría tarde a mi clase. Después de tanto pensamiento, me decidí por echar a correr hasta llegar a clase, por lo menos allí a lo mejor estaba segura. Entré en clase y me senté al lado de un chico con gafas que estaba sentado en la segunda fila escribiendo algo.

-Hola, ¿me puedo sentar? -pregunté tartamudeando un poco- Soy Dannielle-me presenté.

-Sí, claro. Encantado, yo soy Fernando, pero puedes llamarme Fer.- me respondió sonriente-¿te encuentras bien? Estás algo pálida.

-Sí, no es nada, pensé que llegaba tarde a clase porque el despertador no sonó y...-intenté disimular.

-Tranquila, has llegado bien. ¿Quieres que quedemos después de clase en la cafetería y hablamos?- me calmaron aquellas palabras, pues estaba asustada y no me apetecía para nada tener que estar sola hasta que empezase la siguiente clase. Así que acepté.

**********

Al acabar la clase, fui con Fer a la cafetería. Nos tomamos un refresco cada uno y estuvimos hablando. Me contó que era de Valladolid y que vivía con su madre y su hermana pequeña de 13 años, porque su padre había fallecido hace un par de años. No tenían mucho dinero y su padre era el que sacaba a la familia adelante trabajando de mecánico en un taller algo lejos de su casa, pero que desde que falleció, había sido él el que traía algo de dinero a casa ayudando en diversos trabajos que le ofrecían pero sin dejar atrás los estudios. Si no llega a ser tan buen estudiante, no podría haber llegado hasta donde está ahora en la Universidad, pues el poco dinero que tenían no se lo permitía y lo había conseguido gracias a muchas becas. Quería estudiar ingeniería, exactamente para ser ingeniero mecatrónico.

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