34° En honor a Fred Allen y Malena Santiago.

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5 de enero del 2020.


Sostengo la mano de Nash con la mía, mientras el padre que da la misa la empieza, hoy 5 de Enero del 2020, se cumplen 10 años de la salida y caída de un avión que no dejo ningún sobreviviente, y entre sus fallecidos estaban Fred Allen y Malena Santiago, los padres de Nash, nosotros estamos en las primera hilera de asientos, y Bastian con Henry están en la cuarta fila.


Se que Nash se aguanta las ganas de llorar, pero su armadura de acero no durara mucho tiempo, es la primera vez que pasamos un aniversario de luto con su familia, formalmente siempre los pasamos en nuestro pueblo con mis padres como apoyo y llevamos flores al cementerio.


-hermanos estamos aquí reunidos para rendir un homenaje a dos seres muy queridos, Fred Allen y Malena Santiago, lastimosamente dios se los llevo a su santa gloria antes de lo que todos quisiéramos, pero quienes somos nosotros para desafiar las ordenes de nuestro señor Jesucristo, así que para empezar guardaremos un minuto de silencio en memoria de nuestros hermanos-dijo el padre y toda la capilla quedo en silencio.


La ceremonia paso en silencio y lagrimas que bajaban de mis ojos al recordar a los padres de Nash, como había dicho una vez, sus padres y los míos eran muy buenos amigos, de echo mis padres con los de Nash empezaron la tradición del coctel de acción de gracias hace 20 años, tradición que se mantiene año tras año y todos sabemos que en nuestros corazones y mentes esas dos personas siempre vivirán.


Después de lo que fueron dos horas de ceremonia, salgo abrazada de Nash de la capilla, ahora se supone que se tiene una recepción en la casa de Rosalba.


-quieres ir directo a la hacienda o nos quedamos un rato en el pueblo?-le pregunto a Nash y el me ve con lagrimas en los ojos.


-nos quedamos un rato, necesito no se distraerme un poco-dijo Nash recargando su cabeza en mi hombro.


-claro, nos podemos quedar un rato-dije a mi mejor amigo, sabia que si me daban a escoger entre mi felicidad y la de Nash, sin dudar pediría la felicidad de Nash sobre la mía.


El es un chico que a sufrido demasiado desde muy pequeño, sus padres comenzaron a obsesionarse con su trabajo cuando Nash tenia solo 6 años, y bueno murieron cuando Nash casi cumplía 8 años, a pesar de que sus padres dejaron estipulado que el quedaría a cargo de mis padres, su familia paterna le peleo la custodia a mis padres, luego la hermana del papa de Nash lo culpo durante mucho tiempo, pues si Nash no se hubiera enfermado una noche antes del accidente, sus padres no tendrían que haber vuelto de su viaje de negocios al día siguiente y estarían vivos todavía, y el no tuvo el valor de pisar la casa de sus padres hasta que cumplió los 15, y a los 16 pidió emanciparse para tener independencia un poco y según el dejar de ser una carga con mis padres, claro que el nunca fue una carga, aun recuerdo el día que empezó a la mudanza y remodelación de la casa de sus padres, ese fin de semana lloro frente a mi mientras empacábamos las cosas de sus padres (cosas que aun se encuentran en el ático de la casa), así que después de mucho llorar, logro quedarse en la que era la habitación de sus padres, y a pesar de toda su mierda no dejo de preocuparse nunca por la agencia de sus padres, claro tiene un CEO pero el sigue teniendo la mayoría de las acciones y gracias a eso es que no le falta nada.


-estas bien Nash?-pregunto Henry acercándose y yo negué con la cabeza pues Nash aun tenia su cabeza en mi hombro.

Hasta Que Nos Conocimos. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora