Colección de historias cortas de MoDaoZuShi
Si tienes alguna idea que les gustaría que escriba, adelante. ;)
Pueden tomar ideas de cualquier Historia Corta que suba para escribir su historia, solo avísenme, estaré ansiosa de leer sus trabajos
(Este...
Lan WangJi tenía dos opciones ese verano: Ayudar a unos primos con su puesto de alitas o cuidar de JingYi todas las vacaciones, y no es que quisiera al pequeño niño que su tío adopto, pero simplemente no podía creer que un niño fuera tan... inquieto
Naturalmente, prefirio estar en el puesto de alitas y cobrar en lugar de atender a los clientes, sus primos insistieron en que su cara atraería a varios compradores
Entre ellos, conoció a Wei Ying.
Lan WangJi jamas había estado tan ansioso por esperar a un cliente
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─Bienvenidos a Gusu-Alitas─ Le dijo Lan Zhan a la pareja frente a ellos ─¿Que van a ordenar?
─Ah, unas alitas picante 3 por favor─ Le pidió el hombre, antes de extenderle la tarjeta para pagar, Lan Zhan la tomo hábilmente, la puso en la terminal y la volteo para que el hombre anotara su pin. Le regreso la tarjeta junto con el ticket para que recogiera la comida
El negocio de Gusu-Alitas era de unos primos por parte paterna, usualmente Lan Zhan no estaría trabajando en este establecimiento (Ni en ningún otro) Pero recientemente su tío había adoptado a un primo lejano que había quedado huérfano, el negocio había pertenecido a los padres de su primo, ahora que el negocio no tenía una supervisión, Huan, el hermano de Lan Zhan, le había pedido que tomara el trabajo de cajero
De esa manera, su hermano esperaba que el antisocial Lan Zhan pudiera hablar mejor con la gente
─Hola, buenas tardes─ Lo saludo el joven de ojos grises, con una sonrisa encantadora ─Unas alitas extra picantes, unas dulces y BBQ, por favor─ Le pidió sacando su cartera, pero Lan Zhan no pudo moverse, no hasta que el extraño le extendió el efectivo
Se obligo a tomar el dinero y anotar en la computadora, después le regreso el cambio junto con el ticket
─Muchas gracias─
─Mn─ El muchacho paso a recoger su pedido y Lan Zhan se obligo a prestar atención al siguiente cliente
─Si quiere le consigo su numero─ Dijo entre dientes el cliente mientras entregaba el dinero y Lan Zhan sintió que sus orejas ardían de la vergüenza, tanta que no tuvo cara para mirar a la cara a los demás
Los siguientes días, el mismo joven vino al local a diario y cada día Lan Zhan esperaba que dieran las 6 de la tarde para que el joven llegara. Hasta que un día llego con una mujer y con un niño, el corazón del cajero se retorció en su pecho
