Azul (Jenlisa)

Descubrimiento

Tres años después

Jennie miraba la ventana de la habitación de Lisa, no la había visto hace dos semanas y le preocupaba, la última vez la había invitado a su cumpleaños 18 y Lisa salió huyendo, si bien era verdad que estaría rodeada de sus amigos de la escuela también quería a la señorita Lisa con ella, era su amiga después de todo.

Su madre la llamo y tomó su mochila para dirigirse a la escuela, con su bicicleta pedaleó hasta esta.

Al llegar saludo a Jisoo y a Jimin.

Terminando la clase caminaba con Jisoo sobre la banqueta cada una conduciendo su bicicleta con algunas bolsas sobre las canastillas, su amiga se había ofrecido a ayudarle llevando algunas cosas a su casa.

—También estaba pensando e invité a la señorita Lisa a mi fiesta.

—¿Lisa?, ¿La de la casa amarilla?— asentí.

—Si, ella es mi amiga

—Pero si ella no sale de su casa Jennie, con lo de su accidente y esa marca en su cara dudo mucho que quiera ir a una casa llena de gente— Jennie miro confundida a Jisoo por lo que acaba de decir, ¿accidente? ¿marca?

—¿Qué?, ¿Cuál marca?

—Jennie ¿no sabes?

—Jisoo, no se de que hablas

—Que la señorita Lisa tuvo un accidente y tiene una cicatriz en el rostro, por eso no sale de su casa.

—Yo...no sabía nada— comenzó a pensar en todas las veces que aunque lo intentara no la podía ver— por eso nunca deja que la vea.

Jennie se encontraba confundida y muy triste, pensando que por eso Lisa había huido de ella y ahora seguramente no quería ser su amiga.

Llegó a casa y con ayuda de Jisoo ordenó todo lo que había traído en las bolsas; su cumpleaños era en una semana y su madre había estado retrasada en muchas cosas pero todo estaba en orden, ahora su misión era hablar con Lisa y entenderla.

Se dirigió a la casa de Lisa después de despedir a Jisoo y tocó la puerta, nadie le abrió, había silencio, pero Jennie sentía una mirada sobre ella.

—Señorita Lisa, quiero hablar — dijo — se que estás aquí, puedo sentir tu mirada sobre mi.

Espero pacientemente pero nada sucedió, de un momento a otro Lisa entre abrió la puerta dejando ver solo medio rostro

—Ya te lo contaron, ¿no?

—Eso no importa, no estás obligada a ir a mi fiesta, pero yo quiero seguir conservando a mi amiga.

—No somos amigas, princesa — le dijo sin más y Jennie exclamo sorprendida —Somos vecinas.

Jennie no sabía si tranquilizarse por lo que dijo o sentirse mal de que no la considerara su amiga.

—¿Por qué no me lo dijiste? — preguntó.

—No pensaba decirle mis desgracias a una niña, además estoy segura que algún chismoso de este pueblo te lo contaría.

—Jisoo no lo hizo con esa intención, no soy una niña.

—Entonces es chismosa, vaya, Jennie eras una niña cuando comenzamos a hablar — Jennie se cruzó de brazos.

—No me hubiera importado

—Por supuesto que si, hubiera huido despavorida al verme

—¿Por qué dices eso?, eres una tonta Lisa — le dijo

—¿Ya no soy señorita Lisa, Princesa?

—Lo siento — bajo la mirada — es solo que no me gusta lo qué haces, catalogas como soy como si no me conocieras —Lisa lo entendió

—Quiero verte...— y Lisa cerró la puerta de golpe

Jennie miro la puerta ahora cerrada y suspiró, dio media vuelta para irse pero la mano de Lisa la jalo hasta el interior de la casa, pegándola a la puerta Jennie la miro asombrada.

—¿Juras que no huirás?— Jennie asintió frenéticamente con el corazón a mil, estaba frente a Lisa, aunque no pudiera verle medio rostro sus ojos la hipnotizaban.

Jennie sabía que lo que sentí por Lisa no podía ser correspondió algún día, pero no podía evitar que le gustase.

Ella era atractiva, esa marca no le haría cambiar de opinión.

Lisa movió su rostro hacia la luz y movió su cabello un poco para enseñarle a Jennie la cicatriz, ella la miro asombrada y cubrió su boca con sus manos.

—Es horrible, ¿lo ves?, soy horrible y ahora puedes dejar de acercarte a mi si quieres — Lisa se cubrió y trato de darse la vuelta para dejar de acorralar a Jennie

—Lisa no...—ella la abrazo y comenzó a llorar — lo siento, no tengo miedo, no eres horrible — sollozó

—No llores, Jennie — dijo y Jennie se estremeció — no llores, princesa —Dijo esta vez más suave, separó a Jennie para verla a los ojos

—Es solo que..... ¿Cómo pudieron hacerte eso? — La miro con los ojos húmedos y Lisa pasó su meñique por su mejilla para quitar las lagrimas

—Solo lo hicieron

—Debió doler mucho, Lisa

—Lo hizo, pero ya no, eso ya paso Nini, por suerte pude sobrevivir —Acarició su mejilla.

—Deja de llorar, no me gusta— Jennie sintió y Lisa intento alejarla de ella, pero Jennie pasó sus manos por su cuello, quedaron demasiado cerca— No puedo ir a tu cumpleaños, pero te prometo darte un buen regalo.

—No importa, Lisa— limpió su ojos, Jennie alzo un poco su cuerpo de puntitas y le dio un suave beso en la mejilla herida.

Alguien abrió la puerta y miraron a la persona que entraba, Jennie bajó sus manos y se alejó un poco.

—Lisa...hija— la madre de Lisa la miro y después miro a Jennie — ¿Qué pasó?, ¿Estas bien Jennie?

La mujer se acercó a Jennie preocupada

—No es como si fuera a lastimarla, madre, a ella no— Lisa río sarcásticamente y Jennie vio como su madre le lanzaba una mirada asesina para después mirarla a ella

—Tienes que ir a tu casa Jennie

—Después hablamos, princesa — ese nombre para Jennie hacia qué todo en ella se pusiera feliz, asintió y se dirigió a la salida siendo guiada por la madre de Lisa.