Kageyama x Hinata [pt1]

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Corazón roto ☽︎

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Corazón roto ☽︎

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Sentado en aquel viejo asiento detrás de la escuela, era tarde en la noche y comenzaba a refrescar. Pero eso no importa realmente a un corazón roto como el de Hinata Shouyo.

La luna y las estrellas brillaban más que en cualquier otra noche, tal vez era por qué se acercaba el invierno, o tal vez porque aquellos ojos grandes estaban llenos de lágrimas. Tanto que hasta brillaban más que todas esas estrellas juntas.

La brisa que soplaba le revolvía el cabello y junto a él, las ideas. Cada pensamiento le destrozaba un poco más el alma, y eso lo molestaba. Jamás había experimentado este sentimiento pero lo odiaba, deseaba poder olvidarlo, pero no podía.

Su vista se mantuvo en la luna, intentaba pensar cualquier otra cosa, realmente lo estaba intentado.

¿Que hace girar a este frágil mundo? No lo sabía, para nada tenía una respuesta a eso, pero si había algo tan poderoso que podía mover un mundo, ¿Por qué no podía sanar esa herida que no se veía?

Se aferró a sus piernas al sentir pesadas lágrimas caer por sus mejillas, había evitado este momento durante todo el día, durante toda la semana. Que hermosa era la noche, entonces ¿Por qué lloraban esos grandes ojos?

La luna en su punto más alto, llena y deslumbrante, solitaria pero reconfortante. De algún modo se parecía a él y eso le dolió un poco más.

¿Acaso lo iba a ver hasta en la luna?

Sintió unas pisadas a lo lejos y su vista se dirigió al gimnasio, hacía rato había acabado la práctica y aún que sabía que era tarde, no quería volver a casa. Tragó saliva al ver una silueta salir del gimnasio y un temor de ser descubierto lo abrumó, no quería que quien sea que estaba ahí, lo viera en ese estado.

Que cruel era la noche, juntando a aquellas almas en ese momento tan inadecuado.

Kageyama había estado buscando al menor todo el día, apenas lo había visto en el entrenamiento y ni siquiera pudo hablar con él, se sentía frustrado. Parecía que lo evitaba y había decidido buscarlo, pero como un fantasma había desaparecido otra vez.

Hinata lo vio claramente y se quedó completamente quieto, esperando que no lo descubriera, era él la persona que menos quería ver. Hacía semanas se rumoreaba que Kageyama tenía novia, rumores que Hinata intentó evadir, pero… hacía una semana exacta había visto sin querer a Kageyama besando a una chica de su clase y desde ese día, desde ese momento, sintió un agudo dolor en el pecho. Ni el golpe más fuerte en el Voleibol le había dolido tanto.

Pero qué cruel era la luna, alumbrando con una perfecta claridad el cabello naranja del menor que no quería ser descubierto, haciendo que el mayor lo vieran sin problemas.

Hinata se tensó al ver cómo el mayor lo veía fijamente, y sintió aún más temor al verlo caminar en su dirección.

Sus ojos brillaban por las lágrimas acumuladas, se había sentido perdido por toda aquella semana, y justo cuando se derrumbó, cuando llegó a su límite… fue encontrado.

—¿Hinata?

Se puso de pie y retrocedió, no, no quería verlo.

Su corazón latía con fuerza, de todo lo que podía pasar, nunca pidió enamorarse de su compañero de voleibol.

Kageyama sonrió al confirmar que era él, pero frunció su ceño al ver cómo aquellos ojos grandes brillaban. Estaba llorando, en medio de la noche, solo.

—Hinata —volvió a llamarlo, no recibir respuesta lo tenía inquieto, y ver cómo se alejaba aún más.

Dejó su bolso tirado y comenzó a acercarse con más rapidez, el menor tropezó torpemente al no ver con claridad gracias a su borrosa vista.

Apretó los labios al verlo, tan alto, tan espléndido, tan lejano.

El mayor lo ayudó a ponerse de pie y, sin decir alguna palabra, deslizó suavemente su mano hacia su mejilla y limpió aquellas lágrimas. Su mirada, aún que brillaba bastante, era tan apagada que eso movió algo dentro de Tobio.

—¿Que pasa, Hinata? —preguntó viéndolo con preocupación.

Y eso terminó de herir el gran corazón del pequeño gigante, tan atento, tan bueno, tan…

Kageyama era todo lo que soñaba, y verlo preocupándose por él solo lo hizo soltar otra lágrima.

—¿Por qué lloras? —le preguntó sin dejar de verlo.

Y delante de la luna, Hinata soltó en voz muy baja algo que lo tenía ahogado desde hacía ya varios meses.

—Porque te amo.

Que tierna es la noche para un corazón roto.

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One shot [Haikyuu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora