One shot [Haikyuu]

Bokuto x Akaashi

Apuesta

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—¿Verdad o reto, Akaashi? —le preguntó con una sonrisa pícara Kuroo al ver que la botella apuntaba en su dirección.

—Uhm… ¿Verdad? —respondió simplemente, ni siquiera le estaba prestando demasiada atención al juego, solo estaba ahí por qué Bokuto lo había obligado, quien irónicamente no estaba ahí ahora.

—¡No! —le dijo con una gran sonrisa Hinata, que se encontraba a su lado— ya has dicho verdad, lo que significa que debes elegir reto.

Akaashi vió al menor con una ceja alzada y asintió sin más.

—De acuerdo, reto.

Kuroo sonrió con malicia, al igual que Tsukki y Hinata. Ambos comenzaron a hablar por lo bajo y Akaashi aprovechó aquel momento para ver si veía a Bokuto, hacía rato dijo que iría a la cocina en busca de algo para comer pero aún no volvía y le inquietaba pensar que podía estar haciendo alguna travesura.

Hoy era la última noche del campamento de entrenamiento y a Kuroo y Bokuto no se les ocurrió mejor manera de despedirse que pasar una noche de chicos. Akaashi pensó en negarse al principio, pero al pensar en Bokuto a solas con Kuroo… simplemente no quiso que eso pasara.

Aunque de saber que invitaría a Tsukishima y a Hinata la historia hubiese sido distinta, pero ya estaba ahí y solo le quedaba disfrutar, si era posible, de la noche con sus amigos.

—Ya tenemos tu reto —Akaashi volteó a ver a Kuroo y los demás.

—¿Que debo hacer? —preguntó tranquilamente.

—Debes ir un día a clases con falda —el pelinegro abrió sus ojos de par a par al oír el reto que le habían puesto los otros.

—¿Que? —preguntó esperando sólo haber oído mal.

—Sabemos que no estaremos para confirmar que lo hagas, pero le diremos a Bokuto que lo haga por nosotros —Shouyo le sonrió.

—No voy a vestirme de chica —respondió Akaashi volviendo a su expresión neutral.

—No tienes opción, o cumples el reto o… —Kuro tocó su mentón pensando— o mueres.

—Eso es muy extremista.

—¡Solo hazlo! —le gritó Shouyo— o le diremos a Bokuto tu secreto.

Akaashi se asustó repentinamente y se preparo para negar todo, pero al oír las pisadas de Bokuto detrás de él se volteó velozmente.

—¿Por qué has tardado tanto? —le preguntó rápidamente.

—Es que la cocinera me descubrió y me invitó una taza de leche —le dijo sonriendo— Fue extraño, pero mientras la tomaba me contó sobre cómo su ex la engañó. Aunque más raro que eso era la ropa que traía.