Capítulo 3: Fuego. (sin editar)

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CRISTAL

Hoy es 15 del mes, y cómo cada quince debo ir a la clínica Santa Victoria a mi cita con el psiquiatra, debo ir aunque sea domingo, o feriado, o llueva, o hayan zombies, igual debo asistir. Recojo una campera, llaves, celular y dinero y espero el bus que me lleva al loquero.

Ingreso a la sala de espera, cómo simpre hay enfermeras amables y sonrientes, no se cómo logran estar tan calmadas con los gritos que hay alrededor de pacientes muy poco estables, sin hablar de los caminantes, esos pacientes que van y vienen sin parar murmurando cosas, quizás oyen voces del más allá, no lo sé, yo evito contacto visual con cualquier interno.

-Señorita Dunn, el doctor Dempsy la espera...- una amable enfermera me informa.

Ingreso al despacho y me siento en el ya conocido y cómodo sofá.

-Hola Doc, cómo le va?

-Bien, bien, y ati?

-Bien, magnífico...- reí irónicamente.- por eso es que vengo aquí...

-¿Vas a clases?

-A veces...- me miró desepcionado y anotó en su cuaderno.

-¿Has vuelto a fumar?

-¿Acaso importa?

-Pongamoslo así, si yo te hago un análisis de sangre ahora ¿Encuentro sustancias?

-No...- claro que no, llevo tres días bebiendo agua cómo camello, seguramente ya salió de mi sistema el último cigarro que fumé.

-Bien...¿has hablado con tu madre?

-Mensajes solamente, ella me evita, ya sabes, soy la culpable...- otra vez anota en su cuaderno. Genial

- ¿Y algo interesante ha pasado este mes?

-Mmm, pues, Luis va a mi universidad, lo veo constantemente...- eso si que es algo importante.

- ah, y como te hace sentir eso?

-Normal, al principio me puso contenta verle ya sabe, es mi ex, luego me dio bronca y ganas de verlo muerto y ahora simplemente  me da igual, es uno más en el campus...-mentira.

-Bien, y has hecho nuevos amigos?

Un narco, un boxeador, y uno que corre carreras ilegales.

-Si, algunos, de otras carreras lo que es bueno, hablar mucho de derecho se vuelve tedioso...- respondí con una sonrisa.

-Bien y has ido de fiesta o a reuniones sociales con alcohol.?

Si.

-No, la última a la que fui terminé con resaca ya sabe y no me gusta ese estado aparte me afecta al estudiar...- otra mentira.

-Si no tienes nada más que quieras contarme puedes irte...- me dio una sonrisa amable.

-Bien, pasaré a ver a mi amiga...- salté del sofá l ser liberada antes de tiempo.

-De acuerdo, pero la próxima quiero que me cuentes la verdadera historia...- me quedé helada, no se le puede mentir a él. Asentí con la cabeza y salí corriendo del consultorio antes de que se arrepienta y me ate en el sofá hasta que cante todo.

Camine por los ya conocidos pasillos que llevan al enorme y floreado jardín, sonreí al verla en el banco de siempre junto a la misma mesa dónde la vi por primera vez tomando el té.

-Hasta que llegas, niña creí que no vendrías y te mandarían a encerrar cómo a mí...- reí por su dramatismo.

-Ya, ya, estoy aquí...de todas maneras acá la pasaría mejor que en la universidad.- me senté frente a ella observando el modesto florero que de seguro armo ella dañando el jardín.

ATADOS #SYPS® (+18) (Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora