Capítulo 2: Vacío.

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CRISTAL

Me sentía mal por sumar más mentiras a mi maldito prontuario pero eran necesarias, aunque el rostro desanimado de Harris me hizo replantearme las cosas pero ya no podía dar marcha atrás ya lo hecho, hecho estaba, aunque al menos debí despedirme o agradecerle por traerme pero si lo hacía el me hablaría y yo no tengo tiempo para sus dramas, no ahora. Debía apresurarme, no sé cómo pero debía llegar rápido a mi cuarto. Las cosas se salieron de control y si Ash se entera lo que he estado haciendo todos estos meses definitivamente va a odiarme. A ella sus padres le pagan todo, yo no tengo un puto centavo y sé que no lo va a entender, va a insultarme, y quizás golpearme para luego ya nunca hablarme, desde el primer momento en aquella fiesta dónde ese tipo se me acercó supe que me iba a meter en un embrollo enorme pero no podía darme el lujo de rechazar la oferta, caía cono anillo al dedo, fue un maldito Ángel del Infierno que me ayudó, pero a pesar de eso el idiota de Michael si me va a escuchar, sabe que no puede llevar mercancía a mi cuarto si yo no se la solicitó mierda. Argh.

─Hola nena, justo iba en busca de Ash...─ Gab apareció de la nada interceptándome en las escaleras.

─ Oh no ¿ella está en el cuarto?─ sujete su brazo frenándole el paso y haciéndolo tambalear. Asintió confundido y yo corrí por los escalones, debía llegar a detener a ese imbécil.

Definitivamente estaba en serios problemas. Sólo rogaba al cielo qué el idiota bueno para nada de Mich no haya abierto su sucia bocota.

Corrí por el pasillo en busca de la puerta de mi habitación, jamás el camino a esa maldita puerta se me había hecho tan largo, Gab me perseguía pues mi prisa al parecer lo puso en alerta, al fin mis manos giraron el picaporte y lo que encontré dentro nos dejó atónitos a ambos.

Mich estaba en mi escritorio escribiendo mientras Ash, q su lado, señalaba algo en un libro.

─Oh...hola muñeca, hasta que llegas...─ una enorme sonrisa en Mich me dejo recalculando.

─ Hola cariño, ya estoy lista para irnos, ya llegó la maestra oficial así que la suplente se va...─ Ash con enorme sonrisa se levantó de su silla y corrió a abrazar a su novio quien la besó para luego salir ambos por la puerta.

Yo sólo me quedé tiesa a un costado sin entender un carajo de la vida.

─Hasta que llegas, al final ya me iba interesando la literatura...─Mich arrojó el lápiz y la hoja sobre el escritorio con fastidio.

─No puedes venir cuando se te ocurra, no aquí...─saque el celular sin Android que me dio─ Todo el tiempo ando con ésta mierda, úsala.

─Ya, ya, muñeca...nadie va a enterarse que eres una sucia traficante...─Rio divertido achinando sus azules ojos y por alguna razón que aún no descubro no le arroje el celular por la cabeza.

─Bien, sólo dime ya que quieres, yo no te llamé. ─ solté aire por mi boca, ya estaba cabreada y quería que se fuese cuanto antes del cuarto.

El pequeño balcón del cuarto es adorable, me gusta estar sola y fumar, estar tranquila, sin Ash diciéndome que me estoy matando, o arruinando mis neuronas, estamos en la universidad se supone que así debe ser, veo el humo, blanco y denso elevarse al oscuro cielo, una brisa me hace temblar levemente, doy la última pitada al pequeño que armé y elimino la evidencia, ya es hora de dormir, Ash seguro se quedará con el rubio.

Me recuesto pensando en ese idiota que arruina mi existencia pero acelera mi corazón. ¿Qué pensaría él si se entera? ¿Qué haría si me ve así? En fin, tampoco me interesa demasiado. Ash ya me vio algo drogada pero en fiestas, no sabe de mis visitas nocturnas al balcón y cómo casi todos aquí fuman marihuana no sospecha del olor. Si se entera se enojara y me aterra lo que pasaría.

ATADOS #SYPS® (+18) (Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora