Capitulo 2: Mentiras Piadosas

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HOLA! AQUÍ ESTÁ AL FIN EL OTRO CAPITULO... SÉ QUE ME TARDÉ BASTANTE PERO ES QUE QUERÍA PUBLICAR UN CAPITULO LARGO...
ESPERO LO DISFRUTEIS Y NO OLVIDEN DE DEJAR SUS COMENTARIOS PARA VER QUE TAL🙈

#ROYER
Siento los nervios a flor de piel cuando mas me acerco al lugar donde la Señora del departamento de niños y familia me citó, no quería que mis hermanitos escucharan lo que tendría que decirme, en cierto modo le agradezco, lo malo es que queda bastante alejado de casa y hace mucho frío, trato de calentarme un poco frotando los brazos con las manos, la chaqueta que llevo puesta esta tan vieja y gastada que casi nada me protege del frío.

Entro a la cafetería que por obvias razones esta bien calentito, el olor a café y el rico aroma de panes recién echas inunda mis fosas nasales, provocando que mi estomago rugiera recordándome que hace días vengo comiendo bastante poco, ignoro rápidamente todo eso, enfocándome  a lo que vine, recorro con la mirada y de lejos la veo.

Una señora de aproximadamente cuarenta años que quiere aparentar menos, su cabello corto en tono negro contrastan con su piel blanca, sus ojos color miel poco expresivos detrás de aquellos anteojos la hacía aún mas seria de lo normal, estaba vestida tan elegantemente que me da un poco de vergüenza sentarme junto a ella
—Señor Haas tome asiento por favor —dice al verme, ni siquiera se inmuta en sonreír.
—Gracias —susurro más nervioso que nunca.
—¿Sabes a que te he llamado no? —asiento —bien. Al grano entonces... ¿usted quiere hacerse cargo de sus hermanos? consiga un trabajo seguro, con buen ingreso, que asegure el bienestar de sus hermanos de lo contrario dentro de dos semanas el departamento de niños y familia pasan por ellos...

—Es muy poco tiempo —digo a duras penas, es imposible que a ese tiempo consiga algo decente y peor aún con el historial que tengo —Además no pueden llevarse por que sí, soy su única familia...
—Por supuesto que puedo —sonríe de forma escalofríante, haciendome entender que por su estatus puede hacer conmigo lo que le plasca.

—¡Pero por favor señora! ¡Son mis hermanos! ¡Deberías de entenderme y Ayudarme... por favor!
—Mire Señor Haas mi trabajo es velar por el bienestar de esos niños y dudo mucho que un ex convicto como tú pueda darles una buena vida, ¿No lo crees?
—No puedes quitármelo, sabe que soy inocente —contesto desesperado, ella vuelve a sonreir y acercándose a mi escupe con desprecio
—Ya esta advertido Royer Haas, consigue un buen trabajo o sus queridos hermanitos terminaran en casas de adopciones—se levanta de la mesa con aire de superioridad y se marcha.

—¡Pero la  madre que la pario maldita bruja egocéntrica! —grito golpeando la mesa, haciendo que varias personas giren a verme, la rabia, la impotencia de no poder hacer nada me invaden convirtiéndose en un nudo en mi garganta, cierro los ojos intentando controlarme pero las lagrimas salen por si solas, no tengo que llorar, tengo que ser fuerte es la única manera de enfrentar esta vida de mierda que me toco vivir desde que murió mi papá.

Con la manga de mi sueter trato de secar mis lagrimas y justo en ese momento escuché una voz tan dulce cerca de mí diciendo—Lo vas a conseguir, te lo prometo —giro abruptamente encontrándome con una maravillosa mujer sentada junto a mi, su voz era tan idéntico a la de mi madre que por un momento aluciné —Yo te voy ayudar.
—Lo de la prostitución no van conmigo, gracias —contesto borde, intentando no tomarme en serio y seco mis lagrimas con el dorso de mi manga.

—Venga que si te prostituyera para vivir el primer día ya me moriría de hambre —suelta mientras sonríe.
—Ah ¿si? Yo diría que te volverías millonaria.
—Lo Dudo y más siendo tan borde —contesta mirándome de arriba a abajo como si me analizará.
—Pruébame —le reto y ambos sin poder evitar volvemos a reír.
—Te hablo en serio tontin, soy Katrina Morris trabajo en Recursos Humanos en Ranvich Fashion
—Ah de los riquillos —contesto sin mucho animo, tenía hambre y sólo quiero irme a casa, hace dos días que no como nada sólido y mi cuerpo me esta pasando factura.
Observo a la persona que está atrás de la muchacha con un plato lleno de bizcochos y donas, ojala pudiera solo comerme una, trago saliva disimulando el deseo y vuelvo mi atención hacia ella.

Cicatrices del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora