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CAPÍTULO TRES
(  pleasure & pain  )






Cora envolvió su mano alrededor del cuello de Draco en un intento de acercar su rostro al de ella juntando sus labios mientras él la posicionaba sobre su regazo acariciando su muslo para después desabrochar los botones de su camisa.

Acomodó a un lado los mechones de cabello para lograr dejar besos sobre la piel de su clavícula, agarrándola por la cintura y acercarla más a él. Cora jadeó ante la sensación de su bulto frotarse contra ella. Inclinó su cabeza hacia atrás permitiéndole más acceso a su cuello a la vez que suaves gemidos salían de su boca.

Comenzó a mover lentamente sus caderas contra él cerrando los ojos.

—Te sientes tan bien, Cora.

Draco giró sus cuerpos para ahora quedar encima de ella, agarró el inicio de su falda.—¿Puedo?

—Sí, hazlo.

Mientras seguía besándola, subió la tela de su falda para después bajar lentamente sus bragas por sus piernas. Descendió su boca hasta quedar frente a su calor, sonrió al alzar la mirada y notar a la chica cerrando los ojos mientras soltaba leves jadeos.

—Abre tus piernas para mí.

Cora soltó un gemido ante la sensación de sus labios besando la parte interna de su muslo; agarró la sábana con fuerza.

—Mírame.

La chica abrió sus piernas mientras miraba cómo sus ojos se oscurecieron una vez que se encontró con los de ella. Luego el rubio agachó la cabeza, acercándose al calor entre sus piernas.

—Mierda.—murmuró la morena cerrando los ojos de nuevo y arqueando la espalda ante el movimiento de su lengua.

Draco volvió a mirarla moviendo su lengua más rápido, observando cómo ella luchaba por evitar que sus gemidos salgan de su boca.

—Déjalo salir. Que todos sepan lo bien que te hago sentir.


( . . . )


Cora jadeó cuando abrió los ojos y vio el techo sobre ella. Había sido un sueño. Se maldijo a sí misma girando la cabeza hacia un lado.

Sorpresivamente, se encontró con una compañera de cuarto, Lena Clemonte, besándose con un chico. Rápidamente se dio cuenta quién era. Cabello rubio platinado. Túnica negra y verde. Iba a asesinarla.

—¡Oigan! Lamento interrumpir este hermoso momento, pero, por si no se dieron cuenta estoy en la habitación.—dijo desviando su atención de la pareja que parecía no poder quitarse las manos de encima.

Lena separó sus labios de los de Draco tan pronto como escuchó a Cora hablar. Se rio nerviosamente empujando al rubio; el chico miraba a su amiga mientras se arreglaba la camisa.

—Lo siento, no creí que despertarías pronto. No volverá a suceder.—lamentó Lena con un poco de vergüenza en su voz, arreglándose su túnica.

Cora suspiró irritada volviéndose hacia su compañero de cuarto, se alegró al notar la expresión en su rostro notablemente avergonzada.

—Sí, espero no tener que presenciar eso de nuevo.

Una vez que dijo eso, se levantó de la cama sin siquiera mirar al chico y salió de la habitación dirigiéndose hacia su sala común. Draco se arregló dándole una rápida sonrisa a Lena.

—Te veré más tarde.

Rápidamente salió de la habitación para intentar alcanzar a Cora.


( . . . )


Una vez que estuvo a unos metros detrás de ella, se aclaró la garganta.—¿Celosa?

La chica dejó de caminar una vez que escuchó al rubio cerca.—¿Por qué estaría celosa? No me interesa lo que hagas, Draco. Si quieres follarme simplemente dímelo y buscamos un lugar; ya estuvimos de hacerlo pero no te importan mestizas, ¿verdad?

Cora se dio vuelta para mirarlo cruzándose de brazos esperando una respuesta.

—Tienes razón. No estoy interesado en personas que están por debajo de mi nivel. La razón por la que creo que estás celosa es porque no pudiste follarme esa vez, así que te molesta que tu amiga pueda experimentar lo que tú nunca podrás.

—¿Por qué iba a querer divertirme contigo cuando tengo la oportunidad de follar con alguien como Finn? Es un chico más guapo, mayor, maduro y me trata mucho mejor.

Sonrió al ver como su confianza iba decayendo ligeramente ante sus palabras. Justo cuando Draco iba a decir algo, la puerta de la sala común se abrió y vio a Madame Pomfrey entrar al lugar.

—Mierda.

El chico miró a su alrededor ansiosamente buscando algún lugar para esconderse hasta que notó una esquina cerrada. Rápidamente agarró la mano de Cora y la llevó allí. La morena estuvo a punto a quejarse, pero Draco le tapó la boca con su mano indicando que guarde silencio poniendo su dedo sobre sus labios.

—Madame Pomfrey entró.—susurró mientras lentamente bajaba la mano de su boca.

—Oh.

Inclinó la cabeza para ver a la enfermera persiguiendo a un grupo de Ravenclaws. Volvió a posicionar su cabeza como estaba antes, pero terminó haciendo que su nariz quedase muy cerca de la de él. Sentía que su cuerpo se tensaba e inconscientemente bajó la mirada hacia sus suaves labios.

Sus narices rozaban y sus ojos se encontraron; el intenso gris oscuro junto con el verde claro. Él se acercó, casi tocando sus labios y cerró los ojos por unos segundos.

—No te muevas. Se está acercando.—murmuró Draco casi inaudible.

Cora pensó en asentir pero se dio cuenta de que el menor movimiento haría que sus labios se tocaran. En ese momento, no sabía exactamente qué hacer así con la adrenalina corriendo por sus venas preguntó lo primero que se le pasó por la cabeza.

—¿Por qué me desprecias?

Y con el sonido de la puerta cerrándose, ambos se alejaron el uno del otro. El rubio se aclaró la garganta saliendo de dónde estaban para rápidamente bajar las escaleras, saliendo de la sala común y evitarla por completo.


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⏰ Última actualización: Feb 22, 2022 ⏰

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PLEASURE & PAIN | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora