seven

1K 158 8
                                    

Después de casi dos horas, YoonGi se encontraba saliendo del café. Una sonrisa de labios resplandeciendo en su boca al igual que un brillo peculiar y enamoradizo en sus ojos, sus mejillas espolvoreadas de un suave rosa y la ilusión de una conversación agradable con la persona que su lobo empezaba a reconocer como parte de sí.

Probablemente había sido el día más agradable de su vida; encantado con el omega rubio y su forma sumamente interesante de hablar. Se había enterado de muchas cosas y no podría estar más a gusto, pues, en definitiva, no esperaba que el menor se soltara tanto con él. Supo entonces, que su color favorito era el cafe, aunque el lila le fascinara y el negro fuera su primera opcion a la hora de vestir, que a pesar de trabajar en una cafeteria, TaeHyung no era exactamente amante del cafe y que, si estaba en sus manos evitarlo, siempre iba preferir un buen té o una deliciosa y caliente chocolatada. Odiaba las prendas ajustadas a pesar de recalcar que lucían maravillosas en su cuerpo y adoraba sentarse a ver caricaturas infantiles con su hija.

Oh, YoonGi se llevó la sorpresa de su vida cuando el omega le habló con facilidad de la pequeña cachorra. La emoción no cabía en su pecho cuando el menor relató poco a poco momentos cómicos de la más pequeña o algunas mañas y costumbres que tenía, estaba completamente fascinado.

Aun con el recuerdo de la sonrisa radiante del rubio, YoonGi se encontró con una escena desagradable a apenas una calle de la cafetería.

El auto de SeokJin estaba estacionado a un lado de una acera, mientras que el junto a ChaeYoung estaban a un lado de este, con la omega siendo sujetada fuertemente del brazo y ambas expresiones ardiendo entre la furia y la tristeza. Se acercó sin duda alguna, dispuesto a proteger a la pequeña omega rubia que siempre estaba con él. Intencionalmente, potencio su aroma una vez se encontraba cerca, llamando de inmediato la atención de ambos y haciendo sus mejillas colorearse.

— Yoon… — Escucho a Chae susurrar antes de interponerse entre los dos y lograr soltar el agarre que el mayor tenía sobre la otra.

SeokJin le miró con rabia contenida, YoonGi le dio una mirada tranquila.

— ¿Qué demonios te pasa? — Cuestiono y, contrario a sus palabras, su expresión y tono eran completamente calmados.

— No te incumbe. — Gruño SeokJin, a la defensiva. 
— Lo hace si estás tratando de someter a otra omega, a mi amiga. — Murmuró, todavía en calma pero levantando el mentón, con autoridad. El alfa no se espero a que SeokJin decidiera responder, se volteo dándole la espalda y acuno en sus manos el rostro triste de ChaeYoung, limpio con cariño sus mejillas llenas de lágrimas y le sonrió, tratando de darle calma. — ¿Qué ocurrió, nena? — El tono dulce y cálido la hizo sonreír, sin embargo negó.

— Tengo que solucionarlo con el, Yoon… Solo…

— Chae.

— Prometo contarte después, ¿si? Estoy bien. — Y sonrió de nuevo, tratando de convencerlo, YoonGi suspiro y asintió resignado, beso su frente y se giró, de nuevo, su mirada endureciendose al ver al omega mayor.

SeokJin desvió la mirada y tan pronto como un parpadeo, YoonGi se apartó y continuó con su camino.

Durante las primeras calles, camino a paso lento, como si estuviera esperando por si ChaeYoung se encontrara en problemas. Su animo se vio afectado, siendo evidente por su mirada gacha y el aroma a chocolate con un agrio desagradable. Le preocupaba demasiado. Sabía que su amiga omega era capaz, sin embargo, le parecía que el haber empezado una relación con otro omega, específicamente SeokJin, le estaba superando.

Él no tenía nada contra el mayor, claro que no, lo conoce de años y es una de las pocas personas que conocen su historia, sin embargo, si involucra a ChaeYoung era completamente distinto. Conoció a la omega cuando él estaba terminando la secundaria y ella recién entraba a la escuela, con un par de cursos adelantados. YoonGi jamás se consideró un héroe, pero al ver como la omega le tomó cariño y siempre lo seguía a todo lado curiosa después de que la defendiera de unos bravucones, le fue inevitable no sentirse alegre por ser considerado como uno, desde entonces, son amigos.

Ella también era de las pocas que conocían su historia.
Un alfa con miedo al compromiso que lleva huyendo de su casa y padres desde los dieciséis años. No es que haya hecho algo malo. Min YoonGi pertenecía a una familia de estatus medio que anhelaba tener uno más alto y destacar en la sociedad, por eso, su hermana mayor fue casada por sus padres cuando cumplió dieciocho, uniendola a una Omega que no amaba pero era de buena familia. Ambos hermanos sabían que a YoonGi no le esperaba nada distinto, así que recibió ayuda de su hermana para que, tan pronto terminará la escuela, huyera de la casa.

Sus padres lo amenazaron por dos años, al no conseguir nada, simplemente se aburrieron e hicieron como si solo hubieran tenido a su hermana. Al mes de aquello, le llegó un paquete al cuarto que rentaba, su madre había recortado su rostro de cada foto familiar y se lo había enviado hecho trizas junto con su ropa a medio quemar y sus peluches favoritos deshechos. Se volvió a mudar. Permanecía en contacto con su hermana, sin embargo, no lo suficiente para que sus padres dieran de nuevo con su paradero. ChaeYoung tenía una situación similar con su familia, menos sádica, pero igual le afectaba, entonces, siendo un apoyo mutuo, ambos lograron dejar cosas atrás.

Eso sí, YoonGi no mencionaba el tema con absolutamente nadie y, cada cierto tiempo, cuando su infancia regresaba a invadir pensamientos, el alfa simplemente se miraba y comenzaba de cero.
Un cobarde, cómo era llamado de forma constante por ChaeYoung. No lo negaba, pero su orgullo se veía gravemente afectado cuando lo recordaban.
Su teléfono sonó en los bolsillos de su abrigo, lo sacó rápidamente dando una vuelta y caminando a pasos acelerados, contesto sin ver el nombre de contacto.

— ¿Chae, todo bien? — Cuestión con afán. Se detuvo en seco cuando escucho una risita familiar, alejó el teléfono con el ceño levemente fruncido y se detalló en qué no tenía el número registrado, sus mejillas se sonrojaron en anticipación. — D-disculpa, ¿Eres…?

¿Quién crees que soy, Hyungie? Eres un alfa tonto, tonto. —  Su tono era meloso y divertido, YoonGi suspiro y, una vez más, dió la vuelta para seguir su camino, está vez, recuperando la suave e ilusa sonrisa.

— TaeHyung, ¿Cómo conseguiste mi número? — Cuestiono curioso.

Lo robé de la libreta de contactos que tiene SeokJin Hyung aquí, me alegra que seas ese Min YoonGi, me hubiera dado muchísima vergüenza si no me hubieras contestado. — Confesó, ambos soltaron una risa. — Agendame, pero ponme algo bonito, lo veré mañana y depende de eso, te invitaré a un café.

YoonGi sintió sus mejillas arder y su lobo juguetear emocionado, suspiro antes de contestar. — ¿Me invitarás a otro? Eso quiere decir… uh, ¿Tendré la oportunidad de seguir conversando contigo?

La línea se quedó en silencio y YoonGi quiso reírse cuando escuchó un chillido amortiguado del otro lado.

Depende de cómo me agregues, se creativo. — YoonGi pudo imaginar la suave sonrisa del otro. — Igual, fue agradable hablar contigo, Hyung, eres un alfa tonto pero no tanto, además le agradaste a YeJi, eso es muy difícil si se trata de alfas.

YoonGi saboreo la respuesta en sus labios y se detuvo, a la mitad de la acera, miró unos segundos al suelo y susurro, sin querer ser escuchado, solo porque su lobo se lo pedía a gritos. — ¿Puedo verla de nuevo? Es una niña muy linda y me gustaría mucho poder verla, si tú me dejas por supuesto, sigo siendo un desconocido.

Eres lindo estando nervioso y, claro, yo te escribo, ¿está bien? A YeJi también le gustaría verte de nuevo.  — Un corto silencio. — Cuando llamaste preguntaste por Chae, te iba a preguntar sobre ella también, SeokJin Hyung llegó llorando y olía a Sandía, cómo estaban juntos supuse que paso algo y como la pasa contigo, pensé que sabrías. Me distraje un poco. — Soltó una risa y YoonGi sonrió. — Tengo que volver a la barra, ¿Me escribes?

— Por supuesto, cachorro.

TaeHyung no sé molestó está vez en tratar de ocultar su chillido emocionado. — Es extraño, pero eso me ha gustado, espero tu mensaje, Min YoonGi.

Y colgó, sin darle chance al alfa de responder.

kittens - YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora