Capítulo 2

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Freya Colón.

Todos los días tenía la misma rutina, me levantaba, me limpiaba los dientes, me duchaba, iba al colegio para luego volver a mi casa, donde no encontraba a mis padres, nunca. Nunca hubo nada realmente interesante en mi vida, nunca me considere una chica interesante.

¿Mis padres?, todo el día fuera de casa, la vez que estaban era por pura suerte. Nunca estaban en casa. ¿Tenía hermanos?, no, pero considero que es algo bueno, porque teniendo en cuenta como es mi forma de vivir... Uy no, un niño aquí no sería bienvenido.

¿Tenía novio?... Podía decirse que no.

No creía en los compromisos, al menos no creía del todo en ellos.

Mi primo se sentó a mi lado, su cuerpo flacucho abrazaba el mio mientras veíamos una serie en Netflix, "Lucifer".

Mi cabeza estaba sobre su hombro y mis piernas estaban sobre el sofá, ambos estábamos cómodos, con total confianza; después de todo, lo había vuelto a ver luego de aproximadamente seis meses.

—¿Y tu novia?—le pregunte.

—Termine con ella, hace más de un mes, ¿no lo sabías?—pregunta y puedo notar un poco de diversión en sus palabras. —Además mi mamá ama divulgar mi vida personal—hace una mueca.

—Normalmente duras dos meses con cada una, no sé porque no me sorprende en lo absoluto—respondí, ignorando lo último que me había dicho, Erick ríe.

Un silencio se formula en la sala; Erick tenía dieciocho años y yo tenía diecisiete, por tal motivo Erick se quedaría conmigo en la casa de mis padres, debido a que el es mayor de edad; nuestros padres estarían de viaje todos los días, prácticamente.

—Mañana iremos a clases, estarás en mi mismo salón—musita con desagrado.

Tome su mano derecha y comencé a jugar con sus dedos, asentí con la cabeza mientras movía su dedo índice. Mañana por fin iría al colegio de niños ricos y engreídos, no me agradaba aquello, pero mi primo estaría conmigo.

—Eso es bueno, ¿no?—pregunte con un tono de emoción.

Erick parece analizar algo, luego de unos minutos suelta un suspiro.

—Supongo—se encoje de hombros.

Me aleje de su cuerpo y lo mire, Erick parece inquieto, en sus ojos verdes puedo verlo.

—¿Estás bien, hermanito?—pregunte viendo sus ojos por unos minutos.

—Si, tranquila—murmura. —Terminemos de ver la serie, ¿no querías terminar de ver a tu marido?—pregunta incómodo, asentí con la cabeza.

(***)

Erick no había llegado aún al colegio, me encontraba parada frente a la puerta del aula de clases que según me dijeron era donde estaría yo. Había examinado el lugar, no conocía a nadie.

Un par de chicos llamaron mi atención, ambos eran idénticos, sus facciones, sus rostros, sus labios, sus ojos... Todo. Nunca en mi vida había visto a gemelos en persona, de hecho, aunque vivía anteriormente en New York, nunca había visto a dos chicos iguales, así que hacerlo ahora, era raro.

Me quedé parada esperando a mi primo, sentía la mirada de mucha gente sobre mi, ¿acaso nunca habían visto a una chica nueva? ¡Que sensación más incómoda!.

Me crucé de brazos mientras miraba fuera del salón, mi primo aún no llegaba, dios mío, ¿Donde te has metido Erick Brian Colón?. Tenía ganas de gritar a la nada, aquellas ganas desaparecieron de repente cuando veo a Richard, mi amigo, sí, amigo... Él se acerca a mi.

Metida entre líosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora