Capítulo 5

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Christopher Vélez.

La chica comenzó a hacer las tareas muy despreocupada, sin importar que yo la estuviera mirando. Hacia muecas, fruncia el ceño y se removía en la silla tratando de centrarse en su trabajo, yo no puedo evitar apreciarla, era jodidamente hermosa, un puto sueño para mí.

Entendía porque mi hermano propuso lo de la apuesta, pero no podía seguirla; si me acostaba con ella quería hacerlo porque ella quisiese, no porque mi hermano puso un reto.

¿Ya había dicho antes que me atraía?, Pues, vuelvo a repetirlo, me atrae como no tiene idea y estoy seguro de que si mi hermano no estuviera en medio, ella sería mi novia. Así que no está mal considerar la idea de encerrarlo en el sótano.

Lo que estaría mal sería que me pregunten por él.

—¿Qué dice aquí?—pregunta ella viéndome, me incline hacia ella para observar.

—Según yo, la monarquía—dije, Freya me miró con una ceja levantada. 

—No creo que en biología se hable de la monarquía—soltó una risa sarcástica y yo asentí con la cabeza.

—Entonces, creo que solo debes ignorar esa parte—sugerí, ella negó con la cabeza mientras reía. —¿Puedo dar un tour por toda tu casa?, te juro que no tocaré nada, solamente...—.

—Hazlo, no quiero que te mueras de aburrimiento—me dice sonriente.

Me levanté del sofá dejando mi celular sobre la mesa de la sala, para así comenzar a recorrer la casa, pasé por la cocina, estaba ordenada, pareciera que la chica es amante del orden. Todo estaba en su lugar, perfectamente ordenado, salí de la cocina para caminar hacia otra habitación.

La puerta estaba abierta, así que me tome la libertad de entrar; comencé a mirar la habitación hasta que me di cuenta de algo. No era una habitación cualquiera, era una librería.

¿Este es el paraíso para nerds? ¡Definitivamente!, todo estaba acomodado, mis ojos viajaban entre los diversos libros que habían. Me acerque a una estantería y tomé uno en mis manos.

Pídeme lo que quieras.

Era lo que decía en la tapa, la portada era bonita y me gustaba. La volví a poner en su lugar, no iba a ponerme a leer libros mientras hacía un tour por su casa.

Salí de la pequeña biblioteca para caminar hacia otro lugar, mirando solamente las habitaciones de la planta baja; tampoco quiero que diga que soy un curioso empedernido.

Aunque, si lo soy.

—¿Algo que te llame la atención?—me pregunta la morena desde la sala, había pasado como seis veces delante de ella y cada que lo hacía, ella soltaba una risa.

—¿A parte de ti?, nada—le digo despreocupado.

Ella no responde ante mi cumplido, simplemente me dedica una sonrisa para seguir con lo suyo; ponerse al día con los deberes. Estaba jodidamente aburrido, sin saber que hacer.

Tal vez Christian hubiera sacado provecho de la situación, tal vez Christian ya se la hubiera follado al entrar. Pero yo no soy él, y no quiero ser él.

—¿Tu hermano siempre es un imbécil?—me pregunta de la nada, me acerco a ella para tomar asiento a su lado nuevamente.

—Desde el vientre—respondí encogiendome de hombros, la chica suelta una risa que se contagia al instante.

—Apuesto que así hablas ahora; pero luego no puedes vivir sin tu hermano—me señala con el dedo índice.

Mi mirada viaja a sus labios, tiene unos labios tan apetecibles que no puedo evitar relamer los míos.

—¿Acaso tienes hermanos?—pregunte arqueando una ceja. La chica negó con la cabeza.

—Me llevo con mi primo así como tu te llevas con tu hermano—se encoge de hombros.

—El chico ese, el que estaba contigo... ¿es tu novio?—pregunte de forma repentina.

Freya soltó una risa mientras me observaba con un semblante lleno de diversión; aunque a mi no me causa gracia.

—¿Richard? ¡No!—exclama. —Él simplemente ahuyenta a los chicos de mi, no es mi novio pero, nuestros padres se han dignado a que vayamos juntos a la misma institución y todo eso. Pero no es mi novio, lo veo más como un familiar que otra cosa—se encogió de hombros nuevamente.

—¿Y te...?—.

—No hablemos de eso, son arenas que no quiero pisar… ¿Vale?—pregunta, yo asiento con la cabeza.

Asentí con la cabeza, no quería incomodarla, pero quería saber más de ella; pero si no quiere responder esas preguntas puedo hacerle otras...

(***)

Christian Vélez.

Recosté mi cabeza sobre la encimera de la cocina, Christopher estaba en casa de Freya haciendo quien sabe que, mientras yo estaba aquí, sin poder cogerme a nadie porque todas tienen cosas que hacer.

Miraba mi celular cada segundo para ver si no tenía un mensaje de mi hermano, no, no me llegaba ninguno y tampoco se conectaba al WhatsApp. ¿Por qué me hacía esto?.

Me levanté del taburete para acercarme a la nevera, de ahí saque una botella de whisky, no soy de tomar este tipo de bebidas, pero la situación lo ameritaba.

Camine hacia unos vasos y tomé uno para cargar el contenido de la botella en éste, estoy harto. No me preocupa mi hermano, me preocupa lo que esté haciendo con Freya, y sí, estoy envidiando a mi hermano en estos momentos.

Me volví a sentar sobre el taburete y tomé mi celular para mandarle un mensaje, no recibí respuesta por parte suya, aunque tampoco la estaba esperando. De seguro el se encontraba follando con la chica y yo estaba aquí como un reverendo imbécil mandando mensajes sabiendo que no respondería.

Mi madre no se encontraba en la casa, así que podía hacer lo que yo quiera, pero hay un pequeño inconveniente... no tengo ganas de hacer nada, y tampoco ninguna de mis chicas estaba disponible.

¿Acaso no puedo follar con alguna sin buscarlas?. Mierda, necesito hacer algo, es viernes... Necesito salir, necesito despejar mi mente.

Pero vale, por hoy me quedaré aquí, como chico bueno, aunque de chico bueno no tengo absolutamente nada...

Metida entre líosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora