Capítulo 3

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Christian Vélez.

Estaba furioso, muy furioso.

¿Qué tenia mi hermano que yo no?. Sí, el era menos idiota, pero no por ello debían escogerlo siempre a el. Me senté en la silla al lado de la morena mientras veía como caminaba con el moreno. Tomó asiento a mi lado nuevamente y cuando iba a hablarle.

—Christopher, ¿tienes el numero de mi primo?—le pregunta ella a mi copia mejorada quien acababa de entrara al salón.

—Sí—responde él.

—Bien, háblale a el para obtener la dirección de mi casa—dice ella con una sonrisa, mi hermano asiente con la cabeza.

¿Le sonrió a mi copia mejorada? ¡Esto tiene que ser una broma!. Alessia paso por mi lado dedicándome una sonrisa coqueta, esperando que se la devuelva, sin embargo, no lo hice por estar cabreado. 

Mi hermano se sienta silla más atrás y yo volteo a ver a la morena a mi lado.

—Él y yo, somos prácticamente lo mismo—le digo, ella da la vuelta para mirarme.

—¿Te lo he preguntado?. No. Métete en tus asuntos, gracias—me sonríe hipócrita. 

Ay Dios, alguien me pone todo muy difícil, ¿por qué?. ¿Dios mío que he hecho para merecer esto?, bueno, tal vez hice muchas cosas malas, pero no por ello me merecía la indiferencia de una chica. 

Por la noche quede con unos amigos en una carrera de autos clandestina, ¿yo competiría?. Definitivamente no, no me gustaría llegar en dos piezas a mi casa, sino, mi madre me reviviría para volver a matarme.

Christopher llega a la habitación en cuanto acabo de ponerme la playera, el arquea una ceja mientras me observa.

—¿Dónde vas a ir?—pregunta mi hermano.

—¿Dónde voy a ir?... humm, buena pregunta—asentí con la cabeza. —Tal vez vaya a casa de Freya, ya sabes—dije con una sonrisa.

Mi copia mejorada ríe.

—Esa chica no te quiere ver ni en pintura—yo ruedo los ojos. —Trata de ir con cuidado y no te metas en ningún lío—musita mi hermano.

—Me lo has dicho seis veces en la semana—le recuerdo antes de salir de la habitación.

Cuando bajo las escaleras diviso a mi madre parada en medio de la sala, cuando me ve, maldigo internamente.

—¿Para dónde?—pregunta.

—A casa de una amiga, ya sabes—me encogí de hombros.

Mi madre suspira y niega con la cabeza, tal vez maldiciendo tenerme por hijo, o quizá porque piensa que solo salgo para follar, sea lo que sea, definitivamente no piensa en algo bueno de mi.

—Tienes dieciocho años y aún no sé qué es lo que harás en el futuro, ¿acaso piensas que la vida es fácil?. Christian..—.

—Mami, mi amiga me espera—me acerque a ella y la cubrí con mis brazos antes de que diga algo. Bese su frente y la abrace a mi. —Te quiero mamita, nos vemos mañana—le digo para caminar nuevamente hacia la puerta.

—¡Christian Donnan Vélez Muñoz! ¡Ve..—.

—¡Adiós! ¡Te quiero!—la interrumpo para cerrar la puerta e irme al estacionamiento lo más rápido que puedo.

Esa señora es capaz de perseguirme con mi copia mejorada, simplemente para saber a donde iré, y claro que no quiero eso. Cuando llego hasta el ferrari negro, sonrío.

(***)

Cuando llego al lugar la música resuena por todos lados, es inevitable mirar a todas partes; mucha gente venia e iba a diferentes partes del lugar. Era en un club, donde a los alrededores, más tarde realizarían la carrera. 

Metida entre líosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora