Miércoles 18 de agosto.
7:30 a.m.
Desperté sin dudas más temprano de lo que haría normalmente, la noche anterior coloqué una alarma con el propósito de encontrar en casa al señor Taylor; no sabía a qué horas podía encontrarlo en casa o que horas desaparecía por eso debía estar pendiente todo el día por cada rincón de la casa. Podría sonar un poco intensa mi idea en mi pero, era todo lo contrario, las conversación del día anterior fueron simplemente perfectas; desde mi punto de vista al menos lo fueron, superaron mis expectativas ya que había ideado ese momento desde siempre.
Nuestra primera conversación.
Sonaba romántico, siempre pensé que nuestra primera conversación sería llevada acabo en un campo, un campo lleno de flores violetas con música clásica de fondo. Yo estaría leyendo o tal vez escribiendo mientras el se acercaría hacia mi, me cuestionaría sobre el que estoy leyendo o sobre que tema relevante estoy escribiendo y de ahí se haría la primera conversación más interesante jamás formulada pero creo que por primera vez la realidad superó por completo mis expectativas y no puedo evitar sentirme la chica más dichosa.
Me cuestioné alrededor de veinte minutos frente al guarda ropa varías veces las mismas preguntas, ¿Qué se supone que usaría para verlo por segunda vez?, ¿Se fijará mucho en el estilo de las chicas?, ¿Aprecia el estilo formal en las chicas?; mi cabeza no paraba de formular preguntas absurdas pero, no lo podía evitar, todo se relacionaba con el y por eso cada detalle debía ser perfecto.
Después de mi propia crisis con las preguntas acerca de las prendas terminé por elegir algo "elegante", de echo un estilo elegante muy básico, mi mente no es nada conformista; llevaba una camisa manga larga blanca de botones, pantalones de vestir negros, zapatos bajos color crema y por último un gran abrigo negro. No hacía frío pero, no sufría de calor así que todo estaba resultando de maravilla.
Decidí arreglar mi cabello de la manera más natural posible hasta lograr un resultado con el que pudiera estar al menos cómoda para luego proceder con el maquillaje, no me hice gran cosa más que colocar un poco de rubor, máscara de pestañas y el toque final era un delineado de labios; un peligroso delineado de labios. Estaba completamente lista para bajar y encontrarme sin dudas con el.
Deseaba poder encontrarlo y ofrecerle tomar el desayuno en la parte trasera del patio, desayunaríamos waffles con frutos rojos y café, tal vez hablaríamos de política o le cuestionaría cosas relevantes como, ¿Cuánto se tardaría en pedirme matrimonio? O ¿Cuantos niños quisiera tener a mi lado?, ¿Escaparíamos para vivir cerca o lejos de Londres?; tenía millones de preguntas para cuestionar pero lo más importante sin duda era encontrarlo.
Es verdaderamente cierto que mi cobardía jamás lo invitaría a tomar el desayuno juntos pero algo en mi al menos quería sentirlo cerca de mi, quería admirarlo el poco tiempo que podría hacerlo, quería que con solo mi mirada supiera lo capaz que soy de hacer cualquier cosa por su amor, ciertamente era lo que quería.
—¿Luce?— Cuestionó mi padre en tono de confusión ya que verdaderamente era demasiado temprano.
—Papá— Sonreí ante el.
—¿Tienes algo que hacer acaso?— Preguntó.
—No papá— Aseguré.
—Que inesperada sorpresa Luce, pero es lindo; ¿Quieres tomar el desayuno conmigo hija?.
—Oh' Bueno— Mediante esa conversación matutina podía sacar información de los itinerarios de "The cross" así que no fue difícil acceder— Me encantaría papá.

ESTÁS LEYENDO
The same moon- [Roger Taylor]
RomanceSiempre anhelé haberme enamorado en octubre para dedicar la luna de ese mes...