Confesión

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- Adiós, Hinata; hasta mañana, Kageyama. - Yamaguchi se despidió de ambos, con una sonrisa y un ligero movimiento de mano, en el punto de separación, antes de seguir a Tsukishima por el camino que les correspondía.

Así el par de tontos también continuó con el suyo.
- ¿Qué planeas hacer entonces, Kageyama? - Hinata sonaba muy entusiasta al hablar. Ya estaba enterado de la determinación que tenía Kageyama sobre declararse. - ¡Estoy tan emocionado por ti! Todavía no puedo creer que seas capaz de tener esa clase de... Sentimientos.

Kageyama solo le miró mal de reojo mientras seguía sumergido en sus pensamientos. - Quiero hacer que pase un día agradable antes de que me rechace y me pida que nos dejemos de ver.

- Agh, Kageyama, qué deprimente. - Se quejó fingiendo cansancio. - ¿Por qué estás seguro de que te va a rechazar?

- Es obvio que le gusta el tonto de Mierdashima. - Se veía más molesto al hablar pero había una cierta tristeza en su rostro.

- Qué tonto, Kageyama. - Le respondió con voz burlona. - Eso es imposible, ¿A quién le podría gustar Tsukishima?

- Parece que a Yamaguchi. - Gruñó.

El más bajo suspiró cansado. - No estés celoso Kageyama, solo son amigos desde no sé cuándo. - Hinata empezaba a molestarse con la actitud del azabache.

- De todas formas no creo gustarle. - Dijo resignado.

Hinata no iba permitir que tuviera tan poca fe en sí mismo, se detuvo y, cuando Kageyama se percató de eso y dejó de caminar para voltear a verlo, lo miró fijamente a los ojos.

- Yo digo que sí tienes oportunidad, creo que a Yamaguchi no le molestaría salir con alguien que no sabe leer la hora del reloj. - Habló seriamente en voz alta para intentar darle valor.

Obviamente no funcionó, ya que el rostro del azabache se volvió rojo de enojo y vergüenza.

- ¡T-tú tampoco sabes leerlo, idiota! - Intentó golpearle en la cara pero Hinata lo esquivó.

- ¡Sí sé! ¡Sí sé! La manecilla más larga- - Fue interrumpido por una mano aplastando su cara.

- Solo cállate y ayúdame. - Después de un corto forcejeo Hinata logró empujar la mano del azabache, le miró mal y le sacó la lengua.

Luego de una tonta pelea y unos cuantos insultos, ya normal en este par, retomaron su conversación anterior.

- Tiene que parecer un día normal, si eres demasiado obvio lo espantarás. - Le advirtió.

Kageyama asintió, esperando a que siguiera hablando.

- Vean una película, ¿Cuáles le gusta?

- Las de comedia romántica. - Contestó rápido.

Hinata trató de disimular su cara de disgusto. - Pero la mayoría de esas son muy malas.

- Sí, eso le da risa. - Lo dijo con una sonrisa dibujándose en su rostro, recordando cómo Yamaguchi se burlaba de lo que los personajes hacían, decían y la forma en que se desarrollaban las escenas.

- Bien... - Le parecía un tanto extraño, pero bueno, tenía que ser amigo de Tsukishima. - Siempre hay una de esas, ¿Qué más le gusta?

- Los insectos. - Volvió a dar una respuesta rápida.

- No se me ocurre nada con eso. - Contestó un poco desconcertado.

Hinata llevó una mano al mentón mientras intentaba pensar, Kageyama solo esperaba espectante a lo que fuera a decir.

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