Decisión

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Kageyama estaba ansioso por que llegara el sábado, por fin iba a poder pasar tiempo con Yamaguchi y como extra podría repasar los temas que menos entendía.

Habían decidido encontrarse en el parque cerca a la preparatoria, y enseñarle él mismo el camino a su casa en lugar de correr el riesgo de que Yamaguchi se pierda; no era una ridícula excusa solo para pasar el mayor tiempo posible con él, no.

En el camino solo hubo silencio pero no era uno incómodo; aunque Kageyama estaba muy consciente de sí mismo y podía sentir como sus propias manos sudaban, no percibio que algo molestara a Yamaguchi o eso creía ya que no era muy bueno leyendo a las personas.

                                          •••

Cuando ya estaban cómodos en el cuarto del armador empezaron con la sesión, que no duró mucho ya que Kageyama se quedó estancado en una pregunta y se negaba en avanzar a la siguiente.

Yamaguchi suspiró.

- ¿Te gustaría descansar una poco ahora? No es bueno que te estreses tanto en un solo problema, después se te hará más difícil.

Kageyama solo asintió con la cabeza mientras relajaba su postura.
Ambos estaban sentados en piso con las espaldas contra la cama y una mesa baja en frente.

El pelinegro pensó que esta sería una buena oportunidad para entablar una conversación, giro su cabeza para decir algo pero no sabía qué.

El contrario inclinó un poco la cabeza y lo miró extrañado.

- ¿Sucede algo, Kageyama?

- No. - Negó al instante y con una voz un poco fuerte, luego se tranquilizó. - Es solo que, b-bueno, lamento si te hago sentir que pierdes el tiempo.

El pecoso solo río bajito.

- ¿Estás bien, Kageyama? Ya hemos estudiado juntos, sé el tiempo que le toma a tus pobres dos neuronas hacer su trabajo. - Dijo con una sonrisa burlesca en la cara mientras chocaba su hombro contra el de él. - No tienes que disculparte de nada. - Esto lo dijo con una sonrisa más cálida.

Kageyama le agradeció con una sonrisa. Ignorando como su corazón bailaba al ver a Yamaguchi ser burlón, sin ser cruel, y luego amable en un solo segundo.

No había nada en Yamaguchi que no le gustase.
Y estaba seguro que lo que le faltaba por conocer de él, también le gustaría.

- Pero, en serio, ¿Estás bien? Últimamente has estado actuando extraño... Solo conmigo. - La sonrisa que tenía se había vuelto una triste y sus ojos reflejaban preocupación. - ¿Hice algo mal?

Kageyama volteó todo su cuerpo para verlo de frente con una expresión seria en su rostro.

- ¡No!.. Tú no has hecho nada mal... Tú jamás- tú jamás harías algo mal.

Yamaguchi tenía una cara de sorpresa pues todo sucedió de manera repentina, pero luego empezó a reír.

- No tenías que decirlo con esa cara, me asustaste. - Se llevó una mano al pecho mientras seguía riendo.

- Lo siento.

Escucharlo reír, saber que fue él quien le hizo reír, hizo que se sintiera orgulloso. Eso era raro

Después de dejar de reír, Yamaguchi volvió a hablar pero con una voz más suave.

- Sabes, puedes decirme lo que sea que te esté molestando, no ahora si no quieres ¡Ah! O tal vez no a mí, pero sí a alguien en quien confíes más. - Estaba un poco nervioso cuando dijo eso.

Algo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora