Capítulo 3

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Laura se había marchado hace pocos minutos, Zoé la hermanita de Roman había salido a jugar con el niño de al lado, y sólo quedabamos Roman y yo haciendo el ensayo, no hablábamos más de lo necesario. Y realmente eso me agradaba, mientras más rápido termináramos, más rápido me iría a casa, lo siguiente que paso me desconcertó demasiado.

-Lo siento- Creo que en ese justo momento creí que me daría una tortícolis, debido a la rapidez en la que mi cuello se giró para verlo.

-¿Qué?- Lo había escuchado, pero quería que lo volviera a repetir.

-Lo siento Sofía, realmente lo siento si sirve de algo-.

-Mmmm ok -Nunca creí que tendría a Román Smith delante de mí disculpándose de manera sincera, porque si, eso mostraban sus ojos, sinceridad.

-¿Solo eso piensas decir?- Algo que debo admitir es que por primera vez, yo Sofía Stivens, me había quedado sin habla.

-¿A caso debería decir algo más? - Quizás la manera de hacer la pregunta no fue la correcta, pero me había acostumbrado estar siempre a la defensiva con él.

-Es de mala costumbre responder una pregunta con otra, pero no, esta bien, solo quería que lo supieras-

Bien, tenía que decírselo o no me quedaría tranquila.

-Mira Roman voy a ser sumamente honesta contigo, no me caes bien, y no solo por lo que pasó de niños, más bien porque no tolero a las personas que fingen ser una cosa y son otras, esa fachada de niño bueno que te cargas, no me convence.

Su reacción por un momento fue de total asombro y luego pasó al enojo en menos de lo que se dice piña.

-¿A caso estás loca?- Sus ojos se habían oscurecidos de manera muy notoria, por un milisegundo sentí miedo, pero también me enojé por su reacción.

-¿Cómo me llamaste?- Me llamó loca señores, eso si no se lo aguantaría, a las únicas personas que les permito llamarme así es a mamá y a Amber.

-Lo-ca, no tienes ningún derecho a decirme nada de eso, ni si quiera me conoces.- En cada palabra su rostro se acercaba más al mío, me iba arrinconado cada vez más en la esquina del sofá, se me estaba dificultando respirar.

-Aléjate Roman- Intenté que mi voz sonará fuerte y segura, pero la cercanía que ambos teníamos hizo que más bien saliera en forma susurro.

-¿Por qué debería? Tú misma haz dicho que no soy bueno, o es que ¿A caso tienes miedo que haga algo que al final te termine gustando?-

Sus ojos bajaron a mis labios y instintivamente no pude evitar remojar estos. Solo nos separaban unos pocos centímetros.

Una vocesita en mi cabeza me decía que me alejará, pero por alguna razón que desconocía mi cuerpo no reaccionaba.

Sus labios tocaron los míos, moviéndose de manera sincronizada, su mano se había posicionado en mi muslo subiendo un poco el final de mi vestido.

Maldita sea ¿Qué estoy haciendo?.

Algo por fin dentro de mí había reaccionado, mis manos estaban temblorosas y con la poca fuerza que tenían lo empuje, recogí mis cosas lo más pronto posible. Honestamente no me atreví a mirarlo y lo único que pudo salir de mi boca fue:

-Yo terminaré el ensayo, adiós Román.

Salí lo más pronto posible de ahí, por mi mente solo pasaba la pregunta de:

¿Qué mierda hice?.

ROMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora