Me la había pasado todo el día durmiendo. O eso creí yo. Me desperté a las doce del mediodía. Pero no quería levantarme de la cama aún. Oí unas voces que provenían del salón.
Agarré mi teléfono y me puse a ver las redes sociales. Aegan había publicado una foto conmigo. Nos veíamos tan tiernos.
Hasta parecía que nos queríamos.
-Hasta que por fin te levantas.- la voz de Aegan se hizo presente en el cuarto.
-Tengo derecho de dormir hasta tarde¿no crees?.- apague el teléfono y lo coloqué en la mesa de luz.
-¿Quieres algo de desayunar, rarita?.- preguntó echándose a la cama.
-¿Puede ser servicio a la habitación?.- le pregunté acariciándolo.
-¿Tan mal te deje ayer que ni caminar puedes? Eso que aún no lo hemos echo por atrás pero.- Aegan paro por el golpe que le he dado en la cabeza.-Grosera.- espetó riendo.
-No juegues con eso.- me reí yo también.
-Ya.- hizo una pausa.- ALEIX, PREPÁRALE UN DESAYUNO A T/N, AHORA.- gritó a la puerta .
-Mandón.- se escuchó decir a Aleix.
-Linda foto por cierto.- le dije jugando con sus anillos.
-¿Verdad? Me veía divino en esa postura de niño dormido.-Aegan recibió otro golpe pero esta vez en el hombro.
-Bien, tu también estabas linda, rarita.- suspiré echando mi cabeza hacia atrás en la almohada cuando dijo eso.
-¿Harás algo hoy?.- le pregunté agarrando mi celular.
-Hoy.- se hizo el pensativo.- No, no realmente.-
-¿Te apetece ver una película conmigo?.- pregunté esperanzada. Sabía que la respuesta quizá sería un rotundo NO. Conociendo a Aegan no es propio de él un gesto como este. Y menos con una chica con la que sale 90 días y luego la desecha.
-Que cursilerías.- suspiré cansadamente y agarré mi teléfono ante su respuesta.
-Bien, de igual forma no te necesito para ver la película.- le escribí a Owen para ver si quería ir.
-¿De qué hablas?.- preguntó mirando mis acciones.
-Nada Aegan, ve y haz lo que quieras.- deje el teléfono en la mesa de luz y me levanté a buscar algo que ponerme.
-Si quieres podemos ir.- me dijo tratando de tranquilizarme.
-Descuida Aegan, si tu no quieres alguien más si.- agarre unos jeans negros y una camisa y me metí al baño.
-¿Podrías dejar de ser testaruda e ir conmigo?.- preguntó del otro lado de la puerta.
-Iré con Owen y por si no quedó claro, mi oferta fue retirada.- abrí la perilla de ahí caliente y me sumergí.
-Owen.- repitió en un balbuceo. Luego de decir eso dejo de molestar.
[...] -T/N se que querías ir conmigo pero esta noche no puedo, mi madre tiene trámites y debo acompañarla, otro día será.-
Me vestí para nada. Para absolutamente nada.
-¿Qué sucede?¿Te dejaron plantada? Bueno con ese vestuario yo también te hubiera dejado plantada.- el siempre tan dulce.
-Eres un imbécil.- suspiré y tire las llaves del apartamento en el sofá.
-Si te vistes como la gente quizá te lleve, aún no es tarde.- dijo Aegan.
-Prefiero quedarme en casa a que me vean contigo Aegan.-
-Que lastima rarita, eres mi novia por 90 días, vístete y nos vamos.- capullo.
-Bien.- dije caminando a paso apresurado a la habitación y dando un portazo. Me puse un vestido rojo. Uno que me sentaba de forma genial. Era ceñido y resaltaba mis curvas. Curvas a las que Aegan llamaba "Planisferio".
-¿Ya estas?.- preguntó con su tono característico de arrogancia.
-Lista, imbécil.- suspiré pasando por al lado suyo sin mirarlo. Sabía que el estaba mirándome fijamente, pero no iba a darle el gusto de devolverle la mirada.
Eres todo un imbécil Aegan Cash, pero aún así, te quiero.
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