𝗟𝗮 𝗻𝗼𝘃𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗮𝗺𝗶𝗴𝗼. ❘ [𝗗𝗘𝗩𝗜𝗘]

➪ 𝗗.

| Entre tú y yo la química se siente
y es muy fuerte. |

Narra Evie.

Dios, creo que se me tiene que quitar la maña de besar a este chico. Pero, clichémente, sus labios saben a menta con chocolate.

— No — respondí, ni siquiera sabía por qué.

— Evie. — me dijo

— Perdón — susurré para huir de ahí.

¿Estaba siendo cobarde? Si. ¿Y qué?

Todos tenemos derecho a estar confundidos, y el hecho de no saber qué diablos me pasaba estaba realmente justificado.

La verdad es que el mejor amigo de Mal había impactado en mi vida de una manera agradable.

Sentía una inexplicable conexión. Algo que me decía que tenía que estar ahí, pero una parte de mí seguía amando a Ben.

Una parte de mi corazón añoraba estar con Ben, se imaginaba entrar de blanco a una iglesia, portar una corona en la cabeza y tener quizás unos cuantos herederos corriendo por los jardines.

Pero la otra mitad, quería vivir la experiencia de tener a alguien que te amara. Alguien que se preocupara por si ya comí, o si me siento bien.

Una parte de mi corazón atesoraba esos fugaces recuerdos de Doug. Una parte de mí quería quedarse ahí.

Tenía dos criaturas en mis hombros, uno era un pequeño ángel que me decía constantemente que Ben era el indicado y que tenía que soportar cualquier cosa con tal de ser la reina.

Y el otro era un pequeño diablillo que me decía que Doug daba los mejores besos que había probado.

Quizás tal vez y solo tal vez ese pequeño diablillo estaba pensando en tener un amante, uno a puntos sordos de el Rey de Auradon.

Y quizás tal vez y solo tal vez, esta humilde chica peliazul le haría caso (por primera vez) a lo que su corazón le decía. A lo que realmente quería.

Narra Mal.

Me encontraba en la habitación de Doug (no hay sorpresa yo siempre estoy aquí), estaba recostada en la cama con los pies recargados en la pared, una pose que últimamente se me hacía tan cómoda.

Mi amigo se miraba triste, se escuchaba triste por teléfono así que decidí venir a verle.

— ¿Que sientes entonces? — dije

— No tengo la menor idea Mal. Un día me besa al siguiente no me conoce — dice frustrado

¿Beso? ¿Escuche bien?

— Doug. Solo hazla feliz.

— ¿Como puedo hacer feliz a alguien que no quiere estar cerca de mi, ah? — dijo pasando sus manos por su cara.

Ahora que lo veo bien, Doug despeinado y sin lentes era bastante atractivo.

— Eres lindo. — dije sin pensar