| Callar también es mentir. No te ama , como yo a ti. |
Narra Evie.
¿Por qué demonios lo bese? Tengo novio, o bueno, eso creo.
Corrí a mi habitación, y para mi mala suerte estaba Ben fuera de ella.
— Evie... — me miro de pies a cabeza — ¿Dónde estabas?
— Eh... ¿Dónde estabas tú? Se supone que teníamos una cena.
Y entre a mi habitación cerrándole la puerta en la cara.
No podía callar mas. Necesitaba decirle a alguien lo que había pasado con el amigo de Mal y ella en definitiva no era una opción.
Narra Doug.
Estaba en mi habitación, después de que Evie se fue me puse a limpiar un poco, acomodar los vasos utilizados y levantar las cobijas que había puesto en el suelo.
Cuando alguien toca a mi puerta. Al mismo tiempo recibí un mensaje.
Decidí ver el mensaje antes de abrir la puerta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Otra vez con esa maldita insistencia.
Abrí la puerta y ¡oh vaya! el rey está aquí.
— Su majestad — hice una pequeña reverencia de burla
— Ja ja, vi a Evie esta mañana. — dijo
— Normal, es tu novia. — dije recargándome en el marco de la puerta
Él por alguna extraña razón se veía enfadado.
— Traía tu ropa. — dijo
Así que por ahí iba esto. Bien Doug, Mal confía en ti.
— Normal, durmió aquí. — dije
El me miro extrañado.
— Olía a ti, ¿cómo explicas eso? — dijo un poco más molesto.
— Normal. Tu novia da los mejores abrazos. No sabes lo satisfactorio que se sintió que me abrazara toda la noche. — dije muy, muy serio.
Él estaba apunto de darme un puñetazo, cuando llego Mal. Lo detuvo y no le quedó de otra que sólo marcharse.
— Vaya. Lo hiciste. — dijo
— ¿Se fue ya? — dije serio. Después de que Mal asintiera, solté un suspiro.
El me pudo haber golpeado ahí mismo. ¿Y yo? Si, hubiera perdido.
— Eres un miedoso — río Mal entrando a mi habitación.
— ¡Ey! No soy miedoso, soy tímido para pelar.
Mal río y dijo que iría a ver a los chicos al campo de tourney, no me quedo de otra que seguirla. Era mi única amiga.
— Hola niños — saludo Mal
Yo solo opté por irme a sentar a una de las bancas. No eh visto a Evie desde esta mañana, probablemente ya recuerda lo qué pasó y no quiere verme.
Pero ese pensamiento se esfumó cuando la vi llegar.
Saludo a los chicos y se dirijo a mi.
— Hola ¿Doug cierto? — dije. Asentí.
¿Enserio Evie? ¿Me besaste ayer y hoy no me recuerdas?
Regrese el saludo y se nos acercaron los chicos.
— Ey Doug, Evie, ¿quieren jugar tenis? — dijo Jay
Evie asintió para después decir que se iría a cambiar.
— Mal te explicará todo después, por ahora niño, aprovecha esta oportunidad— dijo Carlos
Dios Mal, vas a hacer que me de diabetes, tú y tu plan.
Y así se fue la tarde jugando con los amigos de Mal, me estaba acercando a Evie cada vez más.
En cuanto al plan de Mal, bueno...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si, en definitiva mi mejor amiga estaba loca.
Evie quiso acompañarme hasta mi habitación no entendía por que.
— Entonces, ¿por que la princesa quiso acompañar a este humilde plebeyo hasta su cuarto? — dije abriendo la puerta y dejándola pasar.
— Necesitaba hablar contigo.
Okey; mentiría si dijera que no estaba asustado.
Evie pasó y se sentó en mi cama.
— ¿Sobre qué? — dije entrando y sentándome a su lado.
— Dime la verdad. ¿Por que me besaste? — dijo mirándome a los ojos.
— Solo respóndeme algo. ¿Amas a Ben? Por que te aseguro que él no te ama como yo a ti.
Ella no dijo nada. Solo me beso. Sin más.
Eso quizás respondía a mi pregunta. Pero necesitaba oírlo de su voz.
Quizás la calentura le gano.
A través del beso se abalanzó sobre mi haciendo que cayera a la cama. Ella estaba encima mío, me estaba besando. Cuando de repente, entre besos susurro:
— No.
Estaba confundido.
— ¿No qué? — susurre de vuelta.
Ella me dejó de besar, se levantó de encima mío, me dio un pequeño pico y soltó: